Pleno Nacional de la UPEC. Autor: UPEC Publicado: 28/06/2025 | 10:47 am
Tenemos la Ley de Comunicación Social y tenemos a los directores de los medios, pero también tenemos al Departamento Ideológico para hacer cumplir su rol a las fuentes de información, aseguró Maridé Fernández, vicejefa de esa área del Comité Central del Partido, en las conclusiones del cuarto Pleno del Comité Nacional de la UPEC.
En un encuentro liderado por Ricardo Ronquillo, presidente nacional de la UPEC; Alfonso Noya, presidente del Instituto de Información y Comunicación Social (IICS), Tubal Páez, Presidente de Honor de los periodistas, de líderes de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y la Asociación Hermanos Saíz, de jóvenes creadores, e integrantes del Comité Nacional de la UPEC, con varios de sus premios nacionales y la Heroína del Trabajo Miozotis Fabelo Pinares, los delegados discutieron una aguda agenda de trabajo.
Aunque dado a conocer al final del intercambio, la noticia más firme del encuentro fue la proclamación, en voz del presidente de la UPEC en Santiago de Cuba, Víctor Hugo Leyva, del comunicado “Alerta mundial: se apaga un amenaza y continúa un genocidio”, que contiene la postura de todo el gremio en torno al juego bélico de Estados Unidos, Israel y otras potencias en detrimento de la seguridad y hasta la pervivencia de las naciones del Sur Global, especialmente del castigado pueblo palestino.
El primer punto de la reunión, defendido por tres reputados colegas, fue “La infraestructura crítica del sistema de medios de comunicación en Cuba. ¿Cómo hacer periodismo en estas circunstancias?”, a cargo de Jorge Legañoa, vicepresidente del IICS, y las doctoras en Ciencias de la Comunicación Ana Teresa Badía y Rosa Miriam Elizalde.
Legañoa esbozó un plan de acciones liderado por su Instituto para asegurar la llegada profesional a las audiencias cubanas en medio de las severas condiciones económicas del país. El vicepresidente explicó los desafíos de un sistema de involucra en la producción, el transporte y la trasmisión a las principales entidades responsabilizadas con el respaldo material a esta actividad.
La falta de financiamiento para la infraestructura crítica en radio y televisión y la obsolescencia tecnológica han sido retos considerables para el Estado Cubano, que dispone medidas para avanzar. Ello requerirá -como explicó el ponente- acompañamiento multisectorial, formación de recursos humanos y atención a los colectivos. “Todos los actores deben involucrarse en las soluciones”, dijo.
El vicepresidente del IICS afirmó que debe trabajarse en la creación de un clima organizacional adecuado y apoyarse en la ciencia y la academia. Lo fundamental es, como señaló, que “al Gobierno le preocupa asegurar la comunicación aun en los contextos más adversos”.
Esa voluntad de país quedó clara también en la intervención de Ana Teresa Badía, quien comentó que hace muchos años el líder cubano, Fidel Castro, había llamado a estudiar y resolver estos dilemas. La especialista compartió algunas de las conclusiones de estudios científicos que demuestran que para hacer periodismo de crisis y de riesgo -con los matices de cada uno de ellos- hay que articularse.
Por ello, los análisis de expertos como ella han implicado la integración de estudiosos del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la Defensa Civil, el Instituto de Meteorología y el IICS, entre otros organismos, con la visión de uniformar la terminología y trabajar en el concepto de multiplataforma.
Las experiencias para comunicar en situaciones adversas demuestran la valía del diálogo cara a cara, el uso de altoparlantes, bocinas en el entorno de emisoras radiales y la realización de intervenciones comunitarias. “Hay que asegurar -consideró la especialista- la colaboración entre organizaciones y entre medios de prensa, la inserción de estos en fuentes renovables de energía y el aprovechamiento de nuevas narrativas y formatos.
De igual modo, Ana Teresa Badía recomendó ajustar la política editorial a tales situaciones, enfocarse en enfoques preventivos y segmentar los públicos y líneas de mensaje.
La Doctora Rosa Miriam Elizalde se centró en la asimetría que enfrenta Cuba en el escenario digital, dado que el ecosistema digital “de la Isla” rebasa en mucho sus propias fronteras, con la emigración -y sus implicaciones infinitas- como tema fundamental.
Ese ecosistema parece tener puro “mestizaje”: actores institucionales nuestros, comunidad dentro y fuera del país y actores globales diversos, como los inefables cobradores de la chequera del imperio.
De tal panorama se deriva la asimetría expuesta por Rosa Miriam, inducida con sostenido financiamiento externo, una fuerte infraestructura de redes propagandísticas antigubernamental que supera cuanto consiguen en esa línea nuestros medios más avanzados, así como con manipulación algorítmica, censura selectiva y empleo de técnicas de intoxicación y operaciones a gran escala como las de falsa bandera, difundidas supuestamente desde aquí adentro.
¿Qué hacer?, preguntó respondiendo la respetada colega: construir una estructura más abierta y participativa del sistema de comunicación, fomentar redes comunitarias, fortalecer la seguridad de la infraestructura digital, profesionalizar esta esfera de la batalla cultural que libra el país y formar, para conducirla, cuadros con dominio de otros discursos imprescindibles -como el político y el cultural-, buscar respaldo internacional en este campo así como pasar de lo reactivo a lo proactivo en las campañas.
El presidente nacional de la UPEC refirió al respecto la importancia de que los medios respondan comunicacionalmente, pese al deterioro de su infraestructura, a los retos del país. “Necesitamos un sistema de prensa con autoridad, conectado con los problemas de la gente y articulado con el sistema de instituciones”, señaló.
En ese tramo del Pleno, José Alejandro Rodríguez, Premio Nacional de Periodismo José Martí, llamó replantearse el papel de la prensa en la guerra sin cuartel que vive la nación y en el lugar de la crítica, la cual, dijo, debe verse “como acto de amor”. El colega aseguró que demasiada cautela no conduce a nada y preguntó qué sentido tiene entregar a otros los espacios de la crítica. “Pareciera que el país es la reunión… pero hay otro país de temas más complejos”, dijo antes de lamentar que en Cuba “todo el mundo se permite hablar mal de la prensa cuando ella tiene muchos profesionales talentosos y valientes que requieren mayor incentivo. “El principal riesgo de todos -aseveró apuntando a los críticos de la crítica- está en las mentes de las personas y en ciertas incertidumbres de la realidad”.
A seguidas, Randy Alonso, director de Ideas Multimedios, comentó aristas de la disparidad comunicacional expuesta por Rosa Miriam, propiciada también, a su juicio, por condiciones objetivas. El líder de Cubadebate y la Mesa Redonda comentó debilidades del sistema de formación profesional, lastrado severamente por la pandemia de COVID-19 y que, junto a otros factores, condujo a que ahora no tengamos en los medios a todos los que necesitamos y que tampoco todos los que tenemos sean lo que necesitamos.
Randy lamentó el evidente retroceso en la colaboración de las instituciones con los medios de prensa, a contrapelo de la Ley de Comunicación Social aprobada, y compartió ejemplos de cómo esas trabas ralentizan al extremo serios propósitos editoriales.
El director de Juventud Rebelde, Yoerky Sánchez, colocó en el debate otra arista del dilema: los jóvenes graduados que recibe por lo general no son dados a presentar trabajos. Reciben -añadió- graduados con buenas capacidades para escribir pero carentes del ardor por hacer periodismo.
Otro punto candente esbozado por Yoerky fue la desventaja del ingreso del periodista -aun aquellos en medios en experimento, con las ventajas que supone- frente a las formas de economía privada. “Hay colegas -dijo- a quienes no interesa el experimento porque tienen cuatro o cinco pluriempleos. Con el pluriempleo hemos prostituido el periodismo”, cerró aludiendo a la interpretación práctica que hacen muchos al relegar su misión central en su medio y dedicarse a pellizcar ingresos de varios sin aportar realmente mucho a ninguno.
A solicitud de Ronquillo, Ismael Lema, director de Palante, refirió la experiencia de esa publicación en la producción de contenido humorístico para redes sociales con el empleo de la IA y la inserción en el colectivo de estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y otros jóvenes, una evidencia, según el presidente de la UPEC, de que se les puede atraer con proyectos interesantes y nuevas formas de comunicación.
El debate trajo la santiaguerísima agudeza de Reinaldo Cedeño, quien considera necesario repetir que los colegas se van por lo poco que reciben y preguntó en el plenario por qué hay resistencia a pagar antigüedad en el gremio -él, por cierto, cumplirá en septiembre 34 años de un periodismo de excelencia- y confesó que se preocupa cuando ve en los medios elogios a procesos fallidos como la bancarización, que “anda remal; la gente no quiere saber de eso”.
Dado al equilibrio, como todo gran colega, Cedeño reconoció entonces la integración de hermanos conseguida por los medios en Santiago de Cuba tras el azote del huracán Sandy, una experiencia que le permitió entender mejor el valor de la radio y la necesidad de que sea más apoyada.
El reclamo de colocar la profesión periodística donde va fue reiterado por Víctor Hugo Leyva, presidente de la UPEC en Santiago de Cuba, quien añadió que los colegas debemos acompañar a la gente de pueblo con la crítica que ello implique. Además, consideró que habrá que perfeccionar muchas veces la Ley de Comunicación y saber exigir y hasta demandar a terceros, amparados en ella.
La defensa del sector involucra, por supuesto, al presidente Ronquillo, que repitió de nuevo su idea de que los periodistas cubanos merecen un monumento a su resistencia y a lo que han hecho en condiciones muy difíciles.
Joel García, director de Trabajadores, comentó que la formación de los jóvenes pasa también por su llegada responsable a los medios, cosa que muchos -que tomaron la carrera con otros fines- ni siquiera hacen. Ante ese déficit, él es partidario de aprovechar mejor la posibilidad de la entrada de profesionales de otras áreas a los medios, ya vigente.
El director de Trabajadores relató algunas experiencias preocupantes sobre la manera en que terceros incumplen la Ley de Comunicación Social. En un caso extremo, un organismo llegó a descalificar al medio en espacios oficiales por la exigencia de este en torno a sus derechos.
Ariel Terrero, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, admitió auto/críticamente que no todos sus graduados muestran al cabo conocimientos básicos para el periodismo y refirió como causas de ello el propio debilitamiento -similar al de las redacciones- de los claustros. La FCOM busca caminos adicionales para fortalecer esa formación, lo cual incluye la invitación a periodistas destacados a colocarse frente al aula, en formatos diversos. El decano mostró que todos los problemas son de todos: “El mal periodismo -sentenció-, el aburrido, también lastra la vocación de los jóvenes”.
Tras la apelación de Ariel a que las reuniones se abran efectivamente al diálogo, Marydé Fernández señaló que la formación del periodista tiene que incluir trabajo político ideológico, con apoyo de los profesores, y repitió el llamado a crear unidades docentes en los medios de prensa. “Los mejores periodistas debían dar clases”, convocó.
La vicejefa del Departamento ideológico del Comité Central apuntó el avance que constituye la creación de aulas anexas en nuevas provincias para perfilar mejor el Colegio Universitario para la carrera. En resumen, convocó a hacer un periodismo y una comunicación diferentes y recordó que los directores de los medios son los principales responsables de la política editorial.
Marydé recordó que tenemos que hacer comunicación en esta situación de crisis, pero acotó que aun en ella no se ha cerrado un solo medio en Cuba.
Sobre la atención al gremio, sus grandes figuras y jubilados, Ricardo Ronquillo adelantó que está a punto de concretarse un sustancial premio económico mensual a los premios José Martí, por la obra de la vida, que se extenderá más adelante, en otros montos, a los premios provinciales y ramales por todo su quehacer.
Sobre este punto intervino Pedro Rioseco, presidente de la delegación de base de jubilados de medios nacionales, la mayor del país, con más de 200 miembros, quien abogó por la dignificación, económica y de otro tipo, de los colegas que dieron al sector varias décadas de consagración y ahora son personas francamente vulnerables. Rioseco abogó también porque la Agencia Prensa Latina reciba la atención que merece.
Otro punto del Pleno fue el uso de la inteligencia artificial en los medios, presentado por la vicepresidente primera, Bolivia Tamara Cruz, y un avatar suyo absolutamente novedoso en estos encuentros.
Bolivia comentó los resultados de un curso en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, refirió los avances de Radio Sancti Spíritus, Trabajadores, Ideas Multimedios y Juventud Técnica, y explicó la creación de laboratorios de IA en varios medios cubanos. De igual modo expuso los tipos de trabajos conseguidos en fotos, vídeos, automatización de procesos editoriales, integración de sitios web y estrategias con el empleo de esta tecnología.
Casi al final del Pleno, el vicepresidente Francisco Rodríguez presentó la propuesta del Plan de actividades de la UPEC por el centenario en 2026 del natalicio del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, un plan que será enriquecido dada la grandeza del Comandante en Jefe y su arraigo entre todos los cubanos y, en particular, entre los periodistas.
A tono con los temas y el espíritu del Pleno, Marydé Fernández respaldó sus conclusiones con la respuesta que diera a su pregunta una inteligencia artificial: “La verdad de Cuba no se negocia, se defiende con pasión y con razón”. De veras, parece escrito por alguno de nuestros mejores colegas.