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Mirando desde la distancia y con cabeza fría, la presión en la cima del medallero en estos XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe debe reventar la olla cuando concluyan el atletismo, el boxeo y la lucha. Ahí deben estar los pascales necesarios para que Cuba gane el certamen, y se quite de una vez la sombra de los locales. Pero a los aztecas les quedan algunos cartuchos en la escopeta, aunque no parezcan suficientes.
Los clavados, que acaban de iniciar, reparten nueve juegos de medallas y al menos en siete concursos deben «mojarse» mejor los mexicanos. De ahí que este miércoles el país anfitrión haya acaparado una corona y otro subtítulo.
A primera hora Gabriela Belem Agundez y Alejandra Sofía, dueñas de 291,18 puntos «revolvieron» el agua en la plataforma sincronizada para damas, haciendo valer su favoritismo. Las cubanitas Yaima Rosario Mena y Annia Rivera conquistaron la medalla de plata, gracias a 270,48 unidades, mientras que las colombianas Carolina Sara Pérez y Andrea Viviana Uribe (241,74) se quedaron con el bronce.
Sin embargo, al rato sobrevino una sorpresa. El mexicano Julián Isaac Sánchez (421,90) dejó escapar la corona en el trampolín, pues tuvo un fatal último salto y prácticamente le regaló el oro al colombiano Sebastián Morales, vencedor por una diferencia de 30 centésimas. El campeón compiló 422,20 «kilos», al tiempo que el anfitrión Yahel Ernesto Castillo (400,05) se colgaba el bronce.
Aquí el cubano René Raúl Hernández (353,75) terminó en el sexto puesto y su compatriota Jorge Luis Pupo (248,05) apenas arañó el onceno escaño.
