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El santiaguero se vistió de gala en la final. Autor: Osvaldo Gutiérrez Gómez Publicado: 26/03/2018 | 09:40 pm
No van lejos los de adelante. No importa si la historia te colgó el San Benito de que no puedes contra el favorito; no valen siete coronas y mucho menos 16 victorias consecutivas en un mismo torneo, si el de atrás gana el juego bueno.
Fue ese el final feliz del equipo de Santiago de Cuba en el cierre del Campeonato Nacional de Softbol masculino, el cual concluyó el pasado domingo en Ciego de Ávila.
Los indómitos, quienes perdieron cuatro partidos frente a los «Halcones» en la clasificatoria, cayeron también por el pase a la gran final, nada más y nada menos que víctimas de un cero hits cero carreras propinado a cuatro manos entre Alain Román, sin lugar a duda el mejor serpentinero de la justa, y Alberto Hernández.
Parecía entonces que la suerte estaba echada, ningún pronóstico ponía en tela de juicio la inminente victoria de los monarcas defensores.
Sin embargo, el sistema Page al que se acogió la lid, el cual manifiesta que el equipo perdedor entre primero y segundo, desafía al vencedor del duelo entre el tercer y el cuarto lugar para luego retar al ganador entre primero y segundo, tenía otros planes.
El plantel santiaguero debía dominar a la selección de Holguín para tener derecho de optar por el título de campeones y así lo hizo, ocho anotaciones por cinco.
Luego llegó la revancha. Siete a cero fue el desenlace del encuentro ante los locales, quienes esta vez solo pudieron conectarle dos imparables al pitcheo contrario.
Gusbel Plutín fue el incuestionable héroe del desafío por el oro, pues supo frenar una ofensiva avileña que había trabajado para un promedio de .395 en la etapa regular.
Con la conclusión del torneo nacional, la escena queda lista para la preparación del softbol masculino cubano rumbo a los Juegos Centroamericanos de Barranquilla 2018, donde se aspira a ocupar uno de los tres escalones del podio.
