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En el béisbol siempre hay algo que aprender

Recién llegado de Panamá, Alfonso Urquiola cuenta a JR las ideas que trae  para el equipo vueltabajero y revela sus criterios sobre el desarrollo de este deporte en el país

Autor:

Dorelys Canivell Canal

PINAR DEL RÍO. — Justo sobre la línea que lleva desde home hasta primera base, Urquiola conversa con sus muchachos. Más que una sesión de entrenamiento presenciamos una clase de béisbol. Las preguntas y respuestas van y vienen como una estrategia para que junto a la preparación física se apropien del conocimiento de las reglas de este deporte que, sin dudas, despierta aún la pasión de miles de personas en toda la Isla.

Que Alfonso esté de vuelta en el Capitán San Luis ya es motivo para que algunos den su vuelta por el estadio. Siempre hay quien disfruta estas jornadas tanto como un partido.

—Después de una salida tan controvertida, ¿cómo asume usted la dirección del equipo nuevamente?

—Tuve momentos bastante difíciles con lo controversial que fue mi salida. No sabía que me iban a designar como mánager, incluso estaba en un contrato en Panamá por cinco años, pues no tenía aquí trabajo prácticamente. Estaba allá cuando se me preguntó si yo estaba dispuesto a asumir la responsabilidad. No pude dar una respuesta concreta al principio, pero siempre he querido estar donde sea más necesario. Regresé, ya me incorporé con los muchachos. Todo en la vida pasa y el tiempo es el mejor testigo.

«Siempre he dicho que pueden contar con Urquiola. Soy un soldado de la pelota, eso es lo que yo sé hacer y estaba privado de ello físicamente, porque en realidad sí seguía todos los campeonatos. Lo importante es que estamos aquí en este momento. Sobre el contrato tendré que hacer un ajuste con ellos, es por cinco años y a mí no me gusta quedar mal en ninguna parte».

—Ahora que está de vuelta, ¿cuál es el compromiso de Urquiola y con quién?

—Cuando me hago cargo de la preparación y la conducción de un equipo mi compromiso es prepararlo bien desde todos los puntos de vista, integralmente. Mantener un desarrollo de todo lo que es la dinámica del grupo, ese es un compromiso que tengo con los muchachos.

«El otro y más grande que hay es con la afición, el pueblo es un segundo equipo. No es solamente ganar, es dar un gran espectáculo. Creo que la razón de ser nuestra es el pueblo. Salir al terreno a darlo todo, y se gane o se pierda hacerlo con honor, hay que inculcarles esa filosofía a los muchachos. Esos son los compromisos más grandes que yo tengo».

—¿Será más difícil conformar esta nómina que cuando la serie 50?

—Yo llevaba unos años fuera y hay algunos jugadores a los que conozco, pero son los menos. Ahora hay una constelación de atletas jóvenes con los que hay que ir relacionándose.

«Para que funcione una dinámica de grupo tiene que haber una interrelación muy grande y que sea una familia. Esto se logra desde la preparación. Hay que ir caracterizando las cualidades de cada uno, las herramientas que tienen, cuáles son los más importantes para integrar el equipo, los que tengan más efectividad; es decir, una serie de parámetros desde el punto de vista técnico.

«Queremos que sea, ante todo, un equipo disciplinado, con desarrollo de valores como el colectivismo, la combatividad, el sentido de pertenencia. Esa es la guía para la conformación, por eso digo que será más difícil, porque hay que conjugar un grupo de factores.

«Además, vamos a trabajar en dos proyecciones: la primera es mantener la competitividad, no ir a participar, ir a competir más allá de que ganemos o perdamos; y la segunda es lograr un equipo de futuro, al que hay que ir formando, pero no un futuro lejano. A mí me gusta trabajar lo más pronto posible, y vamos a mantener esas dos direcciones, lograr la competitividad y hacer un equipo para el futuro».

—¿A la hora de la conformación va a apostar por las figuras más jóvenes?

—La preselección está conformada por jugadores de cierta experiencia y jugadores nuevos. Vamos a hacer un equipo que funcione.

«Tengo confianza en todos. Siempre he dicho que todos son importantes, imprescindible no hay nadie. Si no tuviera confianza en todos los jugadores no estarían en el equipo y hago lo que haya que hacer desde el punto de vista sicológico para que sientan el juego y lo disfruten, pero lo que no puede faltar en el equipo es la competitividad, la disposición al colectivismo, eso yo se los impregno a todos.

«El béisbol es impredecible, y a veces un jugador bueno tiene un momento malo y hay que apoyarlo para que salga de esa situación».

—¿Quiénes lo van a ayudar en la dirección del equipo?

—En la dirección del equipo y que han trabajado conmigo antes están Raciel Sánchez en el departamento de los pitchers, Jesús Bosmenier, y en el colectivo técnico restante están Gallardo, Alexander Urquiola, «Pototo» Valle y Cejas. Tienen experiencia, pero son muchachos nuevos. Prácticamente se están formando, porque en el béisbol siempre hay algo que aprender, nunca se sabe todo.  Es un colectivo cuya principal virtud es su calidad humana, tiene conocimientos y quiere trabajar.

—¿Serán bienvenidos atletas de otras provincias o algunos que se encuentren fuera del país?

—Eso no depende de mí, pero yo diría que si están en forma deportiva y tienen la disposición, porque no podemos decir que van a venir a participar nada más, tienen que venir con toda la filosofía que tenemos nosotros de la competitividad y de darle el buen espectáculo al pueblo, creo que no sería malo. No obstante, eso no está en manos de uno y habría que analizar los casos.

—¿Cuáles considera que sean las cualidades que debe reunir un mánager?

—La calidad humana. Un mánager es un pedagogo, es como un maestro que está formando a los muchachos. Incluso, desde el punto de vista deportivo, tiene que verlos como a sus hijos, sus amigos, como si fueran parte de su familia, que en este caso es el béisbol.

«Para conducir un equipo hay que ser ejemplo, no porque seas el director. El mánager tiene que ser ejemplo con sus acciones, no con habladurías, puedes hablar muy bonito y decir muchas cosas, pero las acciones son lo que te consolidan esa ejemplaridad. Debe primar el respeto de ambas partes y darles mucha confianza, que te cuenten cualquier cosa como si fueses su padre, porque ahí es donde se puede resolver cualquier problema.

«¿Cómo se debe conducir un equipo dentro y fuera del terreno de pelota? Un equipo fuera del terreno tiene que ser mejor que adentro, porque afuera lo que tú hagas se va a reflejar. El mánager tiene que lograr que el equipo funcione como una familia, ese es el secreto».

—¿A qué se dedican en esta etapa del entrenamiento?

—Esta es la preparación general. Estamos haciendo lo físico sin bajar los volúmenes, pero empezamos esta semana a conjugar todo lo físico con lo técnico y lo táctico. Trabajamos mucho en la estrategia por áreas, corrido de bases, la mecánica de bateo, el objetivo, los fundamentos del juego.

«El día que vamos a la playa es a nadar, correr en la arena, practicar la forma de tirarse en las bases, de cabeza para capturar bolas... pero ese día es sobre todo para hacer un trabajo de grupo. Al final hay una actividad recreativa, una dinámica para que vayan interrelacionándose y conociéndose».

—¿Qué criterio tiene sobre la estructura de la serie nacional?

—Creo que el béisbol para desarrollarlo hay que practicarlo. Un jugador mientras más pitcheo vea, mientras más turnos tenga al bate, lógicamente mejorará más. Hay que jugar todo lo que sea posible. Por ejemplo, la liga de desarrollo tiene muy poquitos juegos, esa es una liga que tiene que jugar unos 60 juegos yo diría.

«Tampoco estoy de acuerdo con la liga mayor, porque en una liga de 45 juegos y 16 equipos no se van a desarrollar los jóvenes. Los mánager tenemos la idea de clasificar, y cuando hay que clasificar tú no vas a desarrollar muchachos ni a darles oportunidad.

«Entonces clasifican ocho equipos, ya los otros ocho, excepto algunos que cojan de refuerzo, no participan más hasta el año próximo, o sea, que al año no juegan ni 60 partidos. No estamos jugando pelota prácticamente, y es lastimoso, se quedan ocho equipos, ochos aficiones que no ven ya la pelota».

—¿Urquiola, qué opinión tiene sobre los refuerzos?

—Dan un nivel más, desde el punto de vista de espectáculo también porque se concentra la calidad, pero desde el punto de vista de desarrollo no da.

«Te pones a analizar y quién gana los campeonatos, los refuerzos son ocho, son casi un equipo. Entonces no se ve de verdad el desarrollo de esa provincia para los eventos que quisieras ganar en un momento determinado. Aquí se hizo un campeonato después de la serie 50 que no tuvo refuerzos, todo el mundo iba con su equipo, si tú ganabas era con el trabajo y el sacrificio de la provincia, se veía más esa labor».

—Desde que se anunció su regreso muchos han pensado en su rivalidad con Anglada...

—Primero que todo entre nosotros prima una gran amistad de toda la vida, y por encima de eso no pasa nada. El béisbol es transitorio, vamos a ser rivales, pero prácticamente yo y él no jugamos, los rivales serán los peloteros, nosotros vamos a ser los mismos.

«Esta siempre ha sido una provincia competitiva, y siempre vamos a salir al terreno a dar lo mejor de sí independientemente de que se gane o se pierda».

 

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