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Me voy… pa’ otro equipo

El asunto es el siguiente: Yorbis Borroto y Freddy Asiel Álvarez quieren volverse Toro y Cocodrilo, respectivamente, y las autoridades deportivas de Ciego de Ávila y Villa Clara no los autorizan

Autor:

Norland Rosendo

Hay temas delicados, en los que a veces argumentos ocultos son los que más pesan. No digo que sea el caso, pero advierto, por si después sale un dato escondido. El dilema es el siguiente: Yorbis Borroto y Freddy Asiel Álvarez quieren volverse Toro y Cocodrilo, respectivamente, y las autoridades deportivas de Ciego de Ávila y Villa Clara no los autorizan, al menos para la temporada 60.

En la historia del béisbol cubano hay una lista gorda de movimientos de ese tipo, pero la mayoría en calidad de préstamo por un determinado período de tiempo o porque los jugadores no son interés de sus provincias de origen y los dejan libres para que prueben fortuna en otros lares. Pocos son los casos de estelares, ídolos de su afición, que hayan cambiado de casaca.

No había terminado el play off y Yorbis comentó su interés de mudarse para Camagüey y las razones familiares que amparaban ese proyecto, después de 17 temporadas, en las buenas y en las malas, con los Tigres avileños, como capitán de una manada que se coronó tres veces en ese lapso. Sea cual sea su destino, merecerá siempre un puesto en el altar de los Tigres estelares.

Es cierto que su presunta salida deja un vacío en las paradas cortas que por ahora no tienen cómo cubrir en el equipo. Dicen las autoridades que para septiembre podrían darle la carta de traspaso, pero yo me pregunto: ¿Si los Tigres avanzan a la Liga Cubana de Invierno con el formato circulado extraoficialmente, no es un contrasentido soltarlo entonces? ¿No iría en contra del reglamento?

Defensores de Yorbis alegan que si se lesiona o lo contratan en el extranjero, tampoco jugaría el campeonato con los Tigres, a no ser que en este último caso la provincia le vete el fichaje (sería la primera vez de una decisión así).

Razones argumentadas hay también entre quienes suscriben la voluntad de la contraparte y hasta piden que Camagüey entregue a cambio atletas en formación o haga un trueque, al estilo de las Grandes Ligas. No es una idea descabellada, que podría estudiarse para próximos reglamentos de la Serie Nacional.

Y mientras sigue la polémica en Ciego de Ávila, se destapa un caso parecido en Villa Clara. Freddy Asiel Álvarez, aún sin pedir su liberación oficialmente, comentó a la emisora radial CMHW su interés de jugar los próximos años con los Cocodrilos de Matanzas.

JR se comunicó con el director de Deportes de la provincia, Arildo Hernández, quien confirmó que no tenían ninguna solicitud del pítcher y que además ellos no autorizaban el movimiento para el equipo de los flamantes campeones. Una nota de prensa circulada a los medios ratificó la decisión del Inder en el territorio.

Sin embargo, pienso también en el impacto que puede tener para un jugador que le frustren un posible giro en su proyecto de vida. Por muy profesionales que sean, cualquier descenso en el rendimiento, lógico en el deporte, generará suspicacias.

Los tiempos cambian. En el deporte, las transformaciones suceden a una velocidad acelerada. En el extranjero todo se resuelve con los contratos. Habrá que aplicar aquí pactos entre los atletas y sus provincias, que sean flexibles, por un determinado período de tiempo, en el que las partes puedan decidir de mutuo acuerdo si lo renuevan o no, con una suerte de agencia libre a la cubana.

A fin de cuentas, nadie debe estar atado a un lugar por el resto de su vida. Y menos en deporte que, mirémoslo como queramos, no es más que un juego, una diversión.

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