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Patinar también es cosa de amor

Una joven pareja de atletas cubanos aspira a educar a su pequeña niña en un ambiente fraterno donde prevalezca el respeto hacia su autonomía, tal y como se defiende en el proyecto de Código de las Familias

Autor:

Lianet Escobar Hernández

Lara hace solo seis meses que abrió los ojos al mundo, y aunque tiene toda una vida por delante, sus padres ya han comenzado a insertarla en una actividad que a ambos les apasiona: patinar.

No podía ser de otra manera cuando papá y mamá son atletas de alto rendimiento con un talento en el deporte que bien pudieran transmitir a su pequeña, aunque aún es pronto para que esa posibilidad se vuelva certeza.

Pero mientras ese momento llega, esta bebé continúa encendiendo miradas tiernas en las redes sociales siempre que acompaña a sus progenitores, la habanera Amanda García Casadelvalle y el camagüeyano Ernesto Santiago Gómez, a alguna competencia.

«Desde que ella cumplió su primer mes la incorporamos lentamente a nuestras vidas y al parecer se siente muy contenta, o al menos es lo que expresa cuando la llevamos a entrenar o a un evento. Además, todos los patinadores del equipo la acogen con cariño y ella demuestra sentirse a gusto en las pistas», comentó Amanda en exclusiva a JR.

Como Lara, muchos niños cubanos cuyos padres, abuelos, hermanos o tíos son o formaron parte de un deporte, en algún punto de sus vidas deberán debatirse entre si ser hijos de gatos y cazar ratones, o cuchillo de palo en casa del herrero, como apunta el refranero popular.

Afortunadamente para ellos, hoy en Cuba se propone un proyecto de Código de las Familias que entre sus diversos artículos resaltan también aquellos que defienden los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes de la Mayor de las Antillas y los ve, no como propiedad de sus progenitores o tutores legales, sino como seres humanos en formación y desarrollo.

«Me parece lógico el hecho de que como padres amantes y practicantes del patinaje que somos, queramos que a nuestra hija le guste este deporte tanto como a nosotros y siguiera nuestros pasos, pero siempre respetaremos sus decisiones y la apoyaremos, tal y como lo hicieron mis padres conmigo cuando con solo nueve años me inicié como patinadora, aunque mi mamá en un principio no estuvo de acuerdo porque tenía una idea equivocada sobre de qué se trataba el deporte», comentó García Casadelvalle.

La joven de 23 años, quien es miembro del equipo nacional cubano de patinaje desde los 16, afirma que el proyecto del nuevo código familiar tiene muchos aciertos que la amparan como mujer, madre, deportista y cubana.

«La vida de mamá y atleta de alto rendimiento, al menos en lo que he podido experimentar en estos pocos meses, no es fácil. El tiempo es escaso, se le dedican muchas horas a la criatura, aunque en mi caso siempre me las arreglo para tener al menos una hora y media al día para destinárselo al deporte aún en medio de la licencia de maternidad a la que ahora me acojo.

Amanda practica el patinaje desde los nueve años y hace siete que pertenece al equipo nacional cubano.Foto: Tomada del perfil de Facebook de Amanda García Casadelvalle.

«Es ahí cuando se hace más necesario el apoyo y la ayuda de las personas que tengo a mi alrededor, sobre todo mi pareja, que también es el padre de mi hija, y mi mamá. Por eso me parece tan importante que el documento resalte y abogue por la equidad y la igualdad de derechos y obligaciones para las familias cubanas», agregó la representante antillana en la modalidad de fondo.

«También aplaudo el hecho de que en el proyecto madres y padres tengan igual nivel de responsabilidad, funciones, deberes, derechos y obligaciones para con sus hijos y que se esté defendiendo la autonomía de estos en la medida en que crecen. Eso es a lo que nosotros aspiramos con Lara, que sea el diálogo y no la imposición lo que prevalezca en su educación», expresó la múltiple campeona nacional y recordista cubana en la prueba de los diez kilómetros.

La patinadora capitalina ha participado en torneos centroamericanos, panamericanos, bases de entrenamiento en Colombia y México, además de intervenir en varias ligas del territorio cafetero; su último resultado sobre el asfalto lo consiguió el pasado mes de marzo durante la celebración del Varadero Skate Marathon, insertado dentro de las actividades de la Media Maratón de Varadero en su tercera edición.

«Obtuve el sexto lugar en mi categoría y alcancé el puesto 29 en la carrera general entre 245 participantes de diez provincias del país. Para mí fue una experiencia única, dura y relevante para el inicio de la temporada, pues realmente el tiempo que dispongo para entrenar es corto y no había podido patinar mucho. Las sensaciones no fueron las mejores pero me fue mejor de lo que esperé», agregó.

Son logros que la motivan a continuar preparándose en pos de nuevas metas, como lo será el Skate Marathon de La Habana previsto en diciembre próximo y los juegos centrocaribeños de San Salvador en 2023.

Pero no hay mayor incentivo para esta joven madre y atleta que su hija. «Hoy soy la persona más feliz de este mundo gracias a mi niña. Un impulso y una razón más por la que luchar dentro y fuera de las pistas», subrayó.

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