Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Veinte años

Arabia Saudita declaró este miércoles como feriado y festivo para todos los empleados y estudiantes tras la victoria de su selección contra Argentina

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Si las cosas que uno quiere se pudieran alcanzar…

Volver con la frente marchita…

Hace 20 años y cinco meses, exactamente el 12 de junio de 2002, en la cancha japonesa de Miyagi, Argentina empataba a un gol con Suecia (Svensson 59’/Crespo 88’) y se quedaba fuera del Mundial en la misma fase de grupos.

En aquella oportunidad, los albicelestes, quienes llegaron como grandes favoritos a la cita organizada a dúo por sudcoreanos y nipones, habían comenzado venciendo a Nigeria por la mínima (con gol de Batistuta al 63’) y luego se metieron en las patas de los caballos al caer ante Inglaterra por esa misma vía (con penalti de Beckham al 44’).

Este martes en el estadio catarí de Lusail, los fantasmas de hace dos décadas —que según Gardel son nada— volvieron a llenar de terror el alma de toda la hinchada argentina, cuando el plantel de los Lioneles: la estrella Messi y el técnico Scaloni, cayó por 2-1 ante Arabia Saudita.

Siempre que hay Copa del Mundo toca esperar alguna sorpresa. Tal vez la más fresca en la memoria pasó hace cuatro años, cuando Alemania sufrió ante Corea del Sur la eliminación en la primera ronda. Esta vez le tocó poner «el muerto» a la banda del Río de la Plata, que tras un inicio contundente y con un penal de su lado, increíblemente terminó perdiendo el rumbo.

Convirtió Messi desde los 12 pasos tan temprano como en el minuto 8’ y lo que parecía ser una fiesta rumbo a los primeros tres puntos dentro del grupo C terminó convertido en un velorio, gracias al enorme trabajo del equipo saudí, que ante la desventaja se creció como nunca antes.

El mediapunta Salem Aldawsari y el ariete Salem Alshehri, más un par de Mohammeds: el volante Kanno y el portero Alowais, fueron los grandes pilares de un plantel asiático que supo achicar espacios, contener la salida de los sudamericanos y ahogar cada intento de ataque efectivo con una precisión que muy posiblemente no sean capaces de repetir en la vida. 

Del otro lado, los actuales monarcas de América tuvieron el peor timing esperable y vieron cómo la bandera del linier se levantaba diez veces para anular sus jugadas por fuera de juego , entre ellas había tres goles (dos de Lautaro y uno de Messi).

Justo igual que hace cinco ciclos, cuando la camiseta era vestida por Ortega, Aimar, Zanetti, Sorín, Verón, Simeone, esta vez los Paredes, De Paul, Di María, «Papu» Gómez y Otamendi entraron demasiado sobrados de confianza al terreno y se olvidaron la varita en Buenos Aires (o Rosario, o Córdoba). Ni siquiera Messi, a quien puede reprochársele cualquier cosa menos la entrega, tuvo el tino para ayudar a sacarlos del barro en que se metieron, o, mejor dicho, a donde fueron llevados por unos rivales que merecen todo el crédito posible luego de una victoria histórica.

Ahora Argentina tiene por delante a México y Polonia, dos oponentes capaces de cualquier cosa (mala o buena) en este punto. Mientras, los saudíes vivirán en una nube hasta su próximo encuentro, cuando la realidad puede devolverlos (o no) a la vida a ras del pasto. Ya veremos si les toca regresar con o sobre el escudo. 

Resultados del martes

Argentina 1-Arabia Saudita 2 (Messi 8’P / Alshehri 48’ y Aldawsari 53’)

Dinamarca 0-Túnez 0 

México 0-Polonia 0

Francia 4-Australia 1 (Goodwin  9’, Rabiot 27’, Giroud 32’, 71’ y Mbappé 68’)

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