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Aunque la tasa global de fecundidad en Cuba es baja (1,29 hijos por mujer), en adolescentes se mantiene alta, con valores comparables a otros países de América Latina, en buena medida por razones culturales como la permisividad familiar hacia las relaciones sexuales y las uniones consensuales a temprana edad, lo cual deriva en embarazos no deseados, deserción escolar, abuso y violencia.
Así lo valoró para el servicio de noticias SemLac la experta cubana Matilde de la Caridad Molina Cintra, subdirectora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la Universidad de La Habana. Más allá de las propuestas legales contra el matrimonio infantil, aún falta prevención y políticas más efectivas en educación sexual integral de la sexualidad y empoderamiento femeninos, para que las jóvenes defiendan otros proyectos de vida a más largo plazo.
Al evaluar el tema durante la presentación en La Habana del informe Estado de la Población Mundial 2025, publicado el 10 de junio por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), se hizo evidente que la principal crisis global en el campo demográfico no es la baja fecundidad ni la despoblación, sino la pérdida de la capacidad de decisión reproductiva de las personas.
De acuerdo con el informe anual del Unfpa, crece a nivel mundial el número de adultos que quisiera tener más descendencia, pero no lo considera oportuno en el entorno de crisis económica, precariedad laboral y dificultades para acceder a viviendas adecuadas, y a la par crece el número de púberes que se embarazan por falta de percepción de esos riesgos y de claridad para tomar mejores decisiones reproductivas.
