Frente al espejo
Su imagen, su presencia y sus palabras... siempre estarán muy presentes en nuestra lucha diaria. Ejemplo de humanismo, coraje, moral y dignidad revolucionaria (En el corazón de una Isla, Raciel Guanche Ledesma, 24 de noviembre). Siempre junto al pueblo aportando fuerza y luz hasta la victoria. Aplicando siempre los valores más puros del sentido ético de lo que implica la palabra Revolución. Estadista ilustrado y referente mundial en la batalla de las ideas del socialismo y el internacionalismo.
Es imposible olvidar su obra para el fortalecimiento de las clases trabajadoras y más humildes de la patria. Sembró y recogió respeto por doquier. Apuntaló los pilares de la Revolución sobre la educación y la sanidad, valores estos fundamentales para el crecimiento y desarrollo del pueblo y la patria. ¡Sobran las palabras!
Hoy más que nunca debemos ver su imagen y su obra para reflexionar profundamente sobre cuál es nuestro destino, nuestros retos y nuestras implicaciones éticas y morales para defender esta Revolución única e intransferible de los pobres para los pobres. Nadie cuestiona las dificultades, pero la unidad popular, junto con el Gobierno de la nación, tiene que abrir todos los poros de la piel para absorber el oxígeno necesario para afrontar los retos que las problemáticas actuales nos demandan sin dilación. Por respeto al pueblo, por respeto a los presentes y ausentes... y por respeto a una historia única e irrepetible forjada a fuego y sangre.
Fidel nunca nos abandonó, porque su luz y su espíritu revolucionario nos alimenta cada día con dignidad y moral ante las adversidades. Por la batalla de las ideas, ¡presente! Fuerza y luz, Cuba. ¡Hasta la victoria, siempre!, Patria o muerte. ¡Venceremos! (Fernando)