La tecla del duende
Escribo 23, fecha de hoy, año de hoy y de los días que aún no transcurren, pensando en que nuestro encuentro de la semana que viene será el día 2 del mes 3. Curioso, ¿no? Y esas curiosidades numéricas generan ocurrencias numéricas, que hallan su espacio en nuestra sección.
¿Qué les parece un encuentro virtual, el jueves de la próxima semana, entre las dos y las tres de la tarde? Estamos en el año 23 de nuestra sección. Si usted que nos lee no tiene cómo acceder a internet o redes sociales, puede sencillamente comunicarse por telefonía fija o celular con otros lectores de nuestra columna en ese horario. Si solo puede acceder al periódico digital, nos deja un comentario y pudiera ser a la hora en que le resulte posible. Si esta columna le llega tarde o el mismo día, ya conoce desde la publicación de esta que puede escribirnos. Y si no nos lee, pero se entera por audios o redes sociales, comparta entre dos y tres de la tarde el próximo jueves esas publicaciones que enaltecen e invitan a mostrar lo mejor de los seres humanos.
Les propongo también que sean mensajes breves, de modo que podamos premiar con la publicación del trabajo en nuestra columna a 2+3=5 ganadores, seleccionados entre las diferentes fórmulas de participación. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
No descarto ninguna variante. Ni los pongo en 3 y 2. Será entre 2 y 3. Porque hoy es 23, del año 23. Y la próxima semana 2/3/23. Por favor, ¡envíame tu ocurrencia al respecto!
Desde Holguín reportamos el encuentro teclero más reciente, que contó con la presencia del grupo Improntu y de Lidia Calunga, junto a decenas de ocurrentes en la Ciudad cubana de los Parques. Mes de amor, libros y tertulias; ya sueñan con nuevas expediciones.
Por otra parte, desde la capital cubana de las esculturas, Las Tunas, hubo reanudación de los jelengues por parte de nuestros lectores. El mariachi Jorge Luis Corrales les acompañó y festejaron el Día del Instructor de Arte. ¡Enhorabuena!
Primer acuerdo cariñoso: Tertulia de ocurrentes, segundo sábado de cada mes, a las dos de la tarde, durante dos horas por las dos mitades de la vida. (Guillermo Cabrera Álvarez, 17 de febrero de 2005).
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