La tecla del duende
Las tertulias de nuestra columna este mes serán dedicadas a la mujer, aunque no se limitan a otros temas. Honraremos a las protagonistas de nuestros espacios en Cuba, tal y como sucedió en Sancti Spíritus, según conocí gracias al reporte de Olanis Rodríguez Peña. Hubo frases, banderas y técnicas de participación que involucraron a todos los participantes, quienes interactuaron en la Galería de Arte y compartieron cuentos, anécdotas y chistes. El brindis puso punto final al encuentro, en el que se relató el intercambio de las tecleras espirituanas que asistieron al aniversario de la Tertulia habanera con sus compañeros de todo el país.
De seguro, las espirituanas se alistan para la Tertulia de abril, dedicada a los abuelos. Al tener su espacio habitual el primer domingo de cada mes, ellas han honrado la tradición guillermiana de homenajear a las madres y padres de nuestros progenitores. Propongo entonces que este año los abuelos ocupen todo nuestro abril. Que donde sea posible, intentemos compartir presencialmente el primer domingo de abril. Y que donde no sea así, pongamos a funcionar las redes y la imaginación.
Y este fin de semana habrá otras dos Tertulias «mujeriegas» en La Habana, la cita es el sábado 9 a las dos de la tarde en la Sociedad Cultural José Martí (17 y D, Vedado). Una hora más tarde se encontrarán en la Biblioteca Provincial Ios ocurrentes santaclareños. En algún horario de la tarde, las tertulias confluirán telefónicamente. Cabe decirlo, han regresado los hermanamientos, aunque sea de otra forma.
Julio Hernández Santallana, escritor que siempre colabora con nuestra sección, llega esta vez con décimas dedicadas a la mujer cubana.
Te has ido desarrollando / en cualquier campo, mujer,/ y hoy puedes llegar a ser/ lo que estuviste soñando. / Te seguirás superando / paso a paso, cada día / tu figura merecía / una reivindicación / y fue esta Revolución / quien descubrió tu valía.
Hoy en nuestra sociedad / tu brillantez nos asombra / y es que se apagó la sombra / de tu marginalidad. / Disfrutas tranquilidad, / el pasado fue un error, / eres un ser superior / capaz de muchas acciones / y de tener mil razones / para prodigar amor.
Dícese mujer, y se adivinan ternuras, abnegaciones, divinas locuras y promesas. José Martí
30
