La tecla del duende
Desde Sancti Spíritus a Guaracabulla es el tránsito teclero esta semana. Los espirituanos comienzan a vivir el año 20 de su tertulia, tras el festejo apoteósico (y no exagero) vivido el domingo 29 de junio en la Galería de Arte Oscar Fernández Morera, de la capital espirituana.
Reportan Rolo y Arminda: Un amor forjado en los fragores de las tertulias se dio cita en el foro. Félix llegó con su esposa desde Las Tunas, como para no perderse un encuentro del que su amor es deudor. Diecinueve años estuvieron en el recuento de todos, recordando a Óscar, a la Bala, al Cañón y el paso de Guillermo Cabrera Álvarez en el primer aniversario de la tertulia espirituana, camino a la inmortalidad. María Amalia organizó actividades motivacionales; se escuchó Pensamiento, en la voz de una teclera que comenzó siendo una niña en estos encuentros. Hubo mensajes desde diferentes tertulias para saludar estos 19 años de encuentros en la Villa del Espíritu Santo.
Rolo fue sorprendido por una «paparazzi», quien le encontró durmiendo unos minutos. Se previeron acciones por los 20 años, disfrutando todos al final un extraordinario menú, fruto de la gestión compartida.
Utilizando el aventón, la botella y otros ardides, un grupo de espirituanos y la periodista Mileyda Menéndez Dávila (teclera que tuvo su inicio en Sancti Spíritus, hace unos añitos) llegarán a Guaracabulla, el próximo domingo 6 de julio. A ellos se sumarán santaclareños, habaneros y batabanoenses…
Este domingo 6 de julio tendrá lugar la 17ma. edición de la tertulia en el poblado de Guaracabulla, perteneciente al municipio villaclareño de Placetas. Hasta allí llegaremos lectores y gestores de esta columna para celebrar los 60 años de nuestro Juventud Rebelde, así como para confraternizar y mantener vivo el legado de Guillermo Cabrera Álvarez. El 1ro. de julio de 2007, el corazón inmenso de aquel periodista, bautizado como el Genio, dejó de latir. Pero sembrado al centro de Cuba, su ejemplo continuó latiendo. Que 18 años después volvamos a ese entrañable sitio, lo demuestra. Vale la pena seguir potenciando un legado mágico como el que transmiten sus palabras, desde la práctica y en el entorno de nuevos escenarios comunicacionales.