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Destacan importancia de la odorología criminalística

Autor:

Dora Pérez Sáez

Cuba ha servido de referente a otros países que comienzan a utilizar esta técnica que permite recuperar huellas olorosas dejadas por el delincuente en el lugar de los hechos

Cuba posee una experiencia de casi 20 años en el empleo de la odorología criminalística, técnica que permite la resolución de delitos mediante la identificación del olor de las personas, y que ha servido de referente a otros países que comienzan a utilizarla.

Así expresó a JR Marcos Molina, Doctor en Ciencias Jurídicas y perito superior de la División de Criminalística del Ministerio del Interior, quien explicó la importancia de esta técnica en el recientemente celebrado IX Encuentro Internacional de Ciencias Penales 2008.

«La odorología criminalística es una ciencia que tiene sus inicios en el extinto campo socialista. Ella se encarga de detectar y recolectar las huellas olorosas dejadas por el delincuente en el lugar de los hechos. Toda persona al estar en un sitio, o si tiene contacto con algún objeto, sea tocándolo o rozándolo, deja su olor, que es típico, característico; es como una firma química e inequívoca de que estuvo allí.

«La labor del perito es recuperar ese olor, recolectarlo por medios especializados, conservarlo a temperatura baja y luego compararlo con las impresiones olorosas de los sospechosos, mediante el uso de perros especialmente entrenados para el trabajo con olores en conserva.

«Esta técnica tiene la novedad de que el delincuente no se percata de que está dejando esas impresiones en el lugar del crimen. Él puede ser hábil y borrar sus otras huellas; sin embargo, deja su olor, que lo acompaña desde que nace hasta que muere».

Según explicó el funcionario, en el mundo emplean este procedimiento países como Rusia, Alemania, China, Dinamarca, Holanda, Bélgica y Suecia. La experiencia de Cuba ha servido para otros como Francia, que tomó como referente nuestra odorología criminalística para la puesta en explotación de su propio proceder.

«En un futuro —añadió— aspiramos a poder realizar investigaciones científicas que nos permitan poder evaluar esos olores con métodos químicos, sin el empleo del perro».

El experto también resaltó el desarrollo alcanzado en la especialidad de averías, explosivos e incendios, la cual es característica de la escuela cubana de criminalística, y que surgió después de 1959, con la ocurrencia de actos de sabotajes que requerían de la búsqueda de evidencias para conocer las fuentes de tales hechos.

«En las industrias pueden ocurrir determinadas averías que pueden causar otra mayor, un desastre, o puede haber una fábrica que no tenga las condiciones requeridas de seguridad, lo que puede originar un hecho de mayor magnitud.

«Por ello, esta especialidad de la criminalística cubana trabaja mucho la prevención. Nuestros peritos van a los objetivos económicos y sociales, y establecen causas y condiciones que pueden favorecer el acaecimiento de un delito o un desastre».

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