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Cuba, presidente del G77 + China: El compromiso de hacer avanzar los intereses comunes del Sur

Como principal bloque negociador de los países en desarrollo dentro del sistema de las Naciones Unidas, el G77 + China juega un papel fundamental para sus miembros en la promoción de sus intereses y objetivos comunes

Autor:

Redacción Digital

 

Cuba asume desde este jueves la presidencia pro témpore del Grupo 77 más China (G77 + China), siendo la primera vez que la mayor de las Antillas lidera este bloque negociador de los países en desarrollo.

¿Por qué es importante la participación de nuestro país en este mecanismo internacional? El G77 +China es el grupo de concertación más amplio y diverso de la esfera multilateral, con 134 estados miembros que representan dos tercios de la membresía de la Organización de las Naciones Unidas y el 80% de la población mundial.

Fundado en 1964 por miembros del Movimiento de Países No Alineados al término de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, surgió con el objetivo de estimular los intereses económicos de los fundadores y fortalecer la capacidad de negociación conjunta dentro de la ONU.

El G77 + China lo conforman en la actualidad 134 Estados, luego de la entrada de Sudán del Sur en marzo del 2015; pero mantiene su nombre original por cuestiones históricas. En el caso de China, aunque se le considera un miembro oficial, participa y colabora de forma externa.

Tras más de 50 años de existencia, el G77 ha logrado mantenerse unido con el multilateralismo como principio rector de las estrategias de cooperación Sur-Sur, a pesar de las marcadas diferencias culturales, geográficas, económicas, y realidades nacionales de sus integrantes.

En el grupo conviven algunas de las economías más grandes del mundo, como China o Brasil, con varias de las más pequeñas, por lo que en ocasiones resulta complejo hallar líneas de desarrollo comunes.

El G77 surgió el 15 de junio de 1964, tras la rúbrica de la “Declaración Conjunta de los Setenta y Siete Países en Desarrollo”, emitida al final de la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), celebrada en Ginebra.

A partir de la primera Reunión Ministerial del Grupo de los 77, efectuada en Argelia del 10 al 25 de octubre de 1967, en la que se adoptó la Carta de Argel, se fue desarrollando una estructura institucional permanente que llevó a la creación de Capítulos del Grupo de los 77 con oficinas de enlace en Ginebra (UNCTAD), Nairobi (PNUMA), París (UNESCO), Roma (FAO/FIDA), Viena (ONUDI), y el Grupo de los 24 (G-24) en Washington, D.C. (FMI y Banco Mundial).

La Cumbre del Sur es, según los estatutos funcionales del mecanismo, el órgano supremo de decisión del G77 + China, cuya primera cumbre se realizó en La Habana del 10 al 14 de abril de 2000.

Poco antes de celebrarse el evento, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en una especie de convocatoria al debate y diálogo civilizado, se refirió a lo trascendental que resulta llegar a consensos que permitan a las naciones miembros enfrentar los más grandes desafíos contemporáneos.

“El Grupo de los 77 necesita de una reflexión colectiva sobre cómo enfrentar las nuevas realidades mundiales para tener acceso al desarrollo, erradicar la pobreza, defender las culturas y ocupar el lugar que le corresponde en la toma de decisiones globales que a todos afectan. Desde su constitución, este Grupo ha desempeñado una relevante función como representante del Sur y defensor de sus intereses en múltiples negociaciones. Formamos un conjunto de países caracterizados por la diversidad en cuanto a la geografía, las culturas y los niveles de desarrollo económico. Esa diversidad no debe ser debilidad, sino fuerza”.

Y agregó: “Por encima de la diversidad y como factor de unidad y cohesión, compartimos la condición de grupo de países al que muy poco y en muchas ocasiones prácticamente nada alcanzan los beneficios del actual orden mundial con sus brillantes tecnologías, expansión de mercados y burbujas financieras”.

“La globalización, con sus impresionantes logros tecnológicos, representa un enorme potencial para el desarrollo, la erradicación de la pobreza y el fomento del bienestar en condiciones de equidad social para toda la humanidad. Nunca antes contamos con tan formidables recursos tecnológicos como los que hoy existen.

“Pero muy lejos se encuentra el mundo de ver realizadas esas posibilidades que la globalización encierra. Ella transcurre hoy bajo el dominio de la política neoliberal, que impone un mercado sin regulación y una privatización a ultranza.

“Lejos de hacer realidad la difusión del desarrollo en un mundo cada vez más interdependiente y, por tanto, más necesitado de compartir el progreso, la globalización neoliberal ha agravado las desigualdades y elevado a niveles extremos la falta de equidad social y los más irritantes contrastes entre opulencia y extrema pobreza”, continuó diciendo Fidel.

El líder histórico de la Revolución agregó: “Para que la globalización haga realidad su enorme potencial de beneficio para la humanidad, necesita ser acompañada por un nuevo orden mundial, justo y sostenible, que incluya la participación de los países del Tercer Mundo en la toma de decisiones globales; la transformación profunda del sistema monetario internacional, dominado por el privilegio del que goza la moneda nacional de Estados Unidos; un enfoque integrado del desarrollo, que evite la separación del comercio, la inversión y las finanzas en esferas independientes para ejercer más fácilmente el dominio de los países desarrollados. Necesita, además, la reducción de la creciente distancia entre el grupo de países más ricos y la gran mayoría de países pobres, y el cese de las prácticas proteccionistas en abierta contradicción con la retórica liberalizadora tantas veces repetida”.

Y señaló con total vigencia: “Nuevos conflictos y crecientes desigualdades requieren de una negociación en la cual nuestra capacidad de concertación como Grupo de los 77 y una conducta negociadora inteligente, flexible y con firmeza en los principios, son condición imprescindible para lograr un diálogo Norte-Sur renovado y capaz de estar a la altura de los inmensos desafíos globales que enfrenta la humanidad, en especial el de la necesidad de globalizar el desarrollo sobre bases sostenibles de preservación del medio ambiente y equidad social”.

Presencia cubana en el G-77 + China 

Cuba siempre ha desempeñado un papel activo en el G-77 + China, desde su incorporación en 1971. Entre las principales contribuciones de la Isla caribeña al trabajo del Grupo, está la promoción de la cooperación Sur-Sur como vía para contribuir al desarrollo equitativo entre los países.

Muchos son los ejemplos de colaboración puestos en marcha por Cuba en diversos países del Sur, prestándole especial atención al área social.

Gracias a métodos de alfabetización como el Yo, Sí Puedo, implementado por colaboradores cubanos en Bolivia, Venezue­la, Ecuador y Nicaragua, entre otros países, miles de latinoamericanos y caribeños han salido de la oscuridad de la ignorancia.

Significativa ha sido la ayuda de la mayor de las Antillas en esferas como la salud, con decenas de miles de profesionales desplegados en todos los continentes. Las acciones también abarcan la formación de profesionales tanto en Cuba como en sus países de origen, lo cual ha sido ampliamente reconocido por la Organi­zación Mun­dial de la Salud.

A instancias de Cuba, el Grupo de los 77 + China presentó en la Segunda Comisión de la Asamblea General los proyectos de resolución Hacia un nuevo orden económico in­ternacional y Medidas económicas unilate­­rales como medio de coerción política y económica contra los países en desarrollo, con el objetivo de fortalecer mecanismos de concertación política al interior del mecanismo.

Aunque Cuba nunca antes había presidido el Gru­po, sí ha ocupado la presidencia de diferentes Capítulos: Ginebra 2001 y 2010, Nairobi en el año 2005, Roma 1987 y 2001, con resultados reconocidos en todo el mundo.

Retos de la Presidencia

Como principal bloque negociador de los países en desarrollo dentro del sistema de las Naciones Unidas, el G77 + China juega un papel fundamental para sus miembros en la promoción de sus intereses y objetivos comunes.

La composición del G77 + China es muy heterogénea y diversa, por lo que el Presidente rotativo es clave para mantener la capacidad, estrategia, unidad y liderazgo del grupo frente a todos los procesos.

¿Cuáles serían las funciones de Cuba al frente del G77 + China?

La Presidencia, que es el máximo órgano político dentro de la estructura organizativa del Grupo de los 77, rota por regiones (entre África, Asia-Pacífico y América Latina y el Caribe) y se ejerce durante un año en todos los Capítulos.

El Presidente, que actúa como su portavoz, coordina la acción del Grupo en cada Capítulo.

Pakistán ostentó la Presidencia durante el 2022, y Cuba fue electa para asumirla en 2023.

La gestión cubana tiene por delante un panorama difícil, marcado por la crisis generada a causa de la pandemia de covid-19, los conflictos bélicos y sociopolíticos internacionales, y el déficit de materias primas y de bienes de consumo. Aun así, deberá trabajar para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Este reto según la ONU incluye, entre otras cosas, impulsar acciones para hacer de los servicios humanos básicos un derecho universal, poner la ciencia y la tecnología al alcance de la sociedad de forma inclusiva y hacer frente a la crisis del capitalismo con una nueva arquitectura económica y financiera. Todo ello, a través de una mirada que apueste por la sustentabilidad y la protección del medio ambiente y que se base en la descolonización cultural y económica de los pueblos.

En este sentido, Cuba se ha comprometido a hacer avanzar los intereses comunes del Sur, ampliar la cooperación y asegurar relaciones mutuamente beneficiosas con el resto del mundo.

De acuerdo con la Cancillería cubana, para nuestro país esta elección es un altísimo honor y una gran responsabilidad, consciente de los grandes retos que enfrentamos los países del Sur, entre ellos el cambio climático, la pobreza, el desempleo, la inseguridad alimentaria, las medidas económicas coercitivas unilaterales, la reforma del comercio y de las instituciones financieras internacionales, y la escalada de las tensiones geopolíticas y formas de dominación y hegemonía.

Durante su periodo de presidencia, Cuba trabajará sin descanso, de manera flexible y siempre constructiva, para llevar a la práctica la visión transformadora que defiende el G77+China, e impulsar mediante acciones reales las aspiraciones recogidas en la Agenda 2030.

En correspondencia con los principios de la diplomacia revolucionaria, la prioridad de la presidencia de Cuba será fomentar la solidaridad y la cooperación internacionales en apoyo a la recuperación post-pandemia para el mundo en desarrollo.

Se insistirá desde todas las plataformas posibles para que los países industrializados cumplan su responsabilidad histórica de apoyar, mediante la cooperación Norte-Sur, los esfuerzos en pro del desarrollo, en especial en lo referente a la transferencia de tecnología, la creación de capacidad y la financiación.

De igual forma, se promoverá el acceso universal a la educación y la salud de calidad para superar los desafíos estructurales y las presiones colosales que hoy se ciernen sobre nuestros pueblos, a la vez que se abogará por el uso de la ciencia y la innovación como motores del desarrollo.

Además, Cuba continuará apoyando firmemente un sistema de comercio multilateral basado en normas, transparente, no discriminatorio, abierto e inclusivo basado en el principio de trato especial y diferenciado para los países en desarrollo.

(Tomado de misiones.cubaminrex.cu)

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