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Por una resistencia inteligente que no pierda el tiempo

Este año ya son cuatro los municipios de la provincia de Guantánamo visitados por la dirección del país. Baracoa ha sido el territorio más reciente. Hasta él llegó en la mañana de este miércoles el Presidente Díaz-Canel, acompañado del miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba Roberto Morales Ojeda

Autor:

Alina Perera Robbio

BARACOA, Guantánamo.— En este lugar tan bello y de gente tan noble, donde en la mañana de este miércoles el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, habló más de una vez sobre la magia de un paisaje hecho de la mezcla de mar con palmeras y cocos, también se vivió un taller de pensamiento que negó esquemas y tecnocracias, que abogó por estilos de trabajo con impacto, y que no olvidó —como dijo el Jefe de Estado— que el esfuerzo por el país entraña una lucha contra el tiempo.

Esfuerzo entre todos, verdades compartidas, labor de cada día —para que la cantidad logre el salto hacia lo cualitativo—. Sobre tales filosofías reflexionó el dignatario en la reunión conclusiva de una visita al municipio de Baracoa, donde se vivió un verdadero ejercicio marcado por la sinceridad y nacido entre la dirección del país y los dirigentes del municipio. 

«Lo importante es hacer un corte por prioridades todos los meses, crear un sistema de trabajo», insistió el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, quien, acompañado del miembro del Buró Político y secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda, compartió diversas reflexiones luego de haber visitado tres lugares del territorio.

Díaz-Canel aprovecha todos los espacios para transmitir ideas, para proponer; lo hace especialmente cuando dialoga con el pueblo en las calles y cuenta a la multitud sobre el sentido de estas visitas y sobre las urgencias del país. A los dirigentes, como sucedió este miércoles en la ciudad primada, les comenta sobre la cultura del detalle, sobre todo en un lugar tan hermoso; y sobre las prioridades que el Partido Comunista y el Gobierno tienen trazadas para este 2024, sobre todo si se trata de hacerlas tangibles en el goteo de la vida.

Del chocolate cubano y otras potencialidades

Una fábrica de confituras de chocolate es uno de los lugares más atractivos del mundo. La que existe en Baracoa es una de las más promisorias, ahora mismo, que tiene el archipiélago. Su nombre es unidad empresarial de base (UEB) Derivados del Cacao, perteneciente a la Empresa de Confitería y Derivados de la Harina, con rango nacional.

Allí, donde Pedro Azahares Cuza —director de la UEB—explicó al mandatario diversos detalles alusivos al funcionamiento de un lugar fundado por el Che Guevara, el Jefe de Estado insistió en la calidad de la materia prima del país, porque cada producto de chocolate hecho en casa puede competir con los más altos estándares a nivel internacional.

En la reunión conclusiva de la visita comentó la idea de que la UEB —la cual no logra el despegue total, a pesar de una importante inversión hecha en el 2018— «transite a ser una empresa del municipio, porque aquí es donde está el cacao». Y afirmó que «todo lo que se hace en el mundo de confituras, con chocolate, nosotros lo podemos hacer». Tenemos que aspirar, dijo, a que «esta industria produzca tanto que pueda encadenarse luego con otras industrias, que se distinga por un chocolate del cacao cubano».

El segundo punto en la agenda fue la planta extractora de aceite de la Empresa Agroforestal de Baracoa, entidad que desde el 2021 triplicó su capacidad productiva a partir de una inversión importante, y que hoy sufre inestabilidad en el suministro de la materia prima: el coco, cultivo que en el territorio sufrió los embates del huracán Matthew.

El mandatario habló sobre la importancia de agenciarse esa materia prima; sobre traerla incluso de otras partes de Cuba, porque el lujo que el país no puede darse es que una entidad como la planta extractora de aceite esté detenida por no tener qué echar en sus maquinarias.

La UEB Baramar, perteneciente a la Empresa Pesquera de Guantánamo, fue el tercer punto del recorrido. La angula, producto líder de ese centro que goza de fortalezas, como la estabilidad de la fuerza laboral, es muy cotizada en mercados de otras latitudes.

Entre otros desafíos, la elevación de las temperaturas en las aguas donde se captura el alevín de la angula afectó los planes a la altura del 2022; y otro tema es la obsolescencia de las embarcaciones que deben ser usadas en la pesca de plataforma.

Palabras con el pueblo 

Este tipo de visitas forma parte «de un sistema de trabajo que empezamos a hacer este año, de manera tal que nosotros podamos ir saliendo de la situación tan compleja que hemos estado viviendo en los últimos cuatro años». Así habló el Presidente Díaz-Canel a un grupo de baracoenses, a quienes recordó que la dirección del país, en el 2024, ya estuvo en los municipios guantanameros de Maisí, Manuel Tames y El Salvador.

«Hoy aquí —ejemplificó el Jefe de Estado— hemos visitado el combinado de la fábrica de chocolate y la fábrica de coco, dos inversiones que no se están explotando a plena capacidad. Eso nos sirve para llevarnos un grupo de ideas para discutirlas ahora con los ministerios».

Díaz-Canel comentó sobre esos «dos lugares muy propios de ustedes, que dan identidad, que generan empleo y que pueden dar prosperidad y bienestar al municipio». Se trata, dijo, de «productos muy típicos de esta zona, que distinguen incluso al país».

Las cosas que funcionan mal —reflexionó el Jefe de Estado— estamos buscando que funcionen bien, «y ya hemos
empezado a ver lugares que están en lo intermedio, que estaban mal el año pasado y empiezan a avanzar para ir a un buen desempeño. Y ahí estamos aprendiendo todos».

Sobre los problemas sociales —que son temas de importancia en este tipo de recorridos— habló también el mandatario, quien trajo a colación los desafíos con la vivienda, con el camino que va de Moa a Baracoa, con el abasto de agua, con los problemas del transporte y, sobre todo, con los productivos.

Sobre esto último, razonó: «Aquí hay tierra para producir la comida que hace falta en Baracoa. Porque seguimos pensando que la comida va a ser nada más que la que importa el país». Habló entonces sobre la necesidad de que todos trabajen. Y compartió su reflexión sobre aquellos que no aportan a la sociedad y que aun así «reclaman derechos, pero no cumplen con sus deberes».

Incorporar, ir sumando, comentó Díaz-Canel, tiene que ver con no discriminar a nadie, con ir transformando realidades sociales y hacer posible que la gente sumada al empleo se convierta en sustento de sus familias. «Todo eso —enfatizó— lo tenemos que hacer de conjunto».

Desde la multitud alguien comentó al Presidente sobre el tema de la vivienda. Y en ese punto el mandatario habló sobre la limitada producción de cemento; y dijo: «Nosotros tenemos una deuda de más de 30 000 viviendas», déficit que es consecuencia de los diferentes ciclones que pasaron por diferentes lugares del país.

Siempre que en la calle el pueblo exclama: ¡Viva Díaz-Canel! el mandatario responde: ¡Que viva la Revolución! Aquí los importantes son ustedes —dijo a los baracoenses—, «ustedes, que son los que están aquí sacando las cosas adelante».

Al pueblo de la ciudad primada expresó el dignatario: «Este es un lugar único; es un lugar típico, bonito, cubano; y hay que cuidar a Baracoa». Lo dijo por el legado que guarda ese universo, por toda la cultura y la historia de un escenario que, al visitarlo, nunca más es olvidado.

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