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Ser militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) o del Partido Comunista de Cuba (PCC) es una responsabilidad y más en estos tiempos. Autor: Cortesía de los entrevistados Publicado: 15/04/2024 | 10:00 pm
«Ser militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) o del Partido Comunista de Cuba (PCC) es una responsabilidad y más en estos tiempos, pues sobre nuestros hombros recae la urgencia de lograr cambios positivos en el país; tenemos que vernos como responsables de combatir lo mal hecho, como los más capacitados para discutir temas diversos y polémicos de la sociedad, y es justamente ahí donde están los principales retos de las organizaciones: cada militante tiene que creerse y actuar en correspondencia».
Son reflexiones de José Alejandro Jiménez Ramos, un joven que desde hace casi dos años milita en un núcleo del PCC; es un núcleo de estudiantes, lo que considera una gran iniciativa de la Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río. La actividad fundamental es la atención a la Federación Estudiantil Universitaria y al proceso docente educativo, del cual «somos partícipes y ahora controladores de su calidad», explica.
Los que hoy asumimos ser militantes tenemos un compromiso con Cuba muy fuerte. Fotos: Cortesía de los Entrevistados
Sobre los retos de la militancia de ambas organizaciones políticas este estudiante de 6to. año de la carrera de Medicina dialogó con Juventud Rebelde. «Estoy seguro de que militante no es el que exige, lo es aquel que es ejemplo en el trabajo o en la brigada y también en la sociedad; militante no es aquel al que le son ajenos los problemas de los demás, no es el que pone trabas a los procesos o dificulta las soluciones», reflexiona Jiménez Ramos.
Sobre la UJC comentó sobre su responsabilidad con los niños, adolescentes y jóvenes, y hacia ellos deben seguir encaminadas sus principales acciones. Mas entiende el joven que «cada militante tiene que ver que su participación activa contribuye a resolver retos, que sus discusiones aportan ideas, que se hacen realidad sus planteamientos y no que van a un papel que muchas veces no encuentra el mejor de los lectores.
«Cuando cada comité de base discuta, proponga y ejecute la propuesta de solución a un problema, ese día podremos decir que la UJC está a toda marcha. La labor en las comunidades, por ejemplo, tiene que seguir ganando más protagonismo en las agendas de trabajo, pero que no sea la actividad recreativa, sino aquella que logre unir a la comunidad en la búsqueda de soluciones. Obtener esas victorias permitirán tener una organización con mayor credibilidad, con más poder de movilización».
Sin dejar de ser joven o estudiante las filas del PCC les abrieron los brazos. Una organización que, a su juicio, es muy rigurosa, «incluso desde los inicios, porque se es más exigente a la hora de hacer los crecimientos, un elemento en el que creo, la UJC debe ganar».
Para José Alejandro militar en el Partido es un honor, porque así tiene la oportunidad de participar desde el propio núcleo en la discusión de temas medulares y sensibles del país. «Y es también una gran responsabilidad, pues nuestro futuro tiene que ser pensando en la heterogeneidad de la juventud de hoy».
De igual modo, asiente que se debe seguir trabajando para que del mismo modo en el que la población ve al Comité municipal o provincial del Partido, como una sede a la que pueden llegar y ser escuchados, nuestros estudiantes y trabajadores, militantes o no, vean a cada núcleo como ese espacio de diálogo y no como el de la reunión mensual y el acta.
«Cuando cada núcleo del Partido sea identificado como una vía para enfrentar las complejas situaciones que se dan, entonces seremos capaces de, entre todos, quitarle un pedacito al problema y hacerlo más pequeño».
Para este muchacho se hace difícil separar ambas organizaciones aun cuando cada una tiene su reglamento, deberes y exigencias. No obstante, tiene claro, como fueron los días gloriosos de Girón, que en ambas descansa el futuro de Cuba.
«Hágase lo que está escrito, seamos proactivos cada uno de los que hoy asumimos ser militantes de una u otra organización, y la Cuba mejor por la que luchamos estará más cerca».
Orgullosamente militante
A la joven Daniela Delgado García la conozco desde los días tristes de la COVID-19. Ella destacó por su altruismo en la atención de los pacientes positivos aquejados con el virus, como parte de las brigadas de estudiantes y profesores universitarios matanceros que laboraban en la zona roja en la Universidad Camilo Cienfuegos de Matanzas, convertida en hospital. Ahora volvimos a conversar con esta joven a propósito de un nuevo aniversario de la creación del PCC.
Ella fue elegida como militante de la UJC en el año 2012, con apenas 14 años de edad, e integra las filas del PCC desde 2020. Actualmente ostenta la doble militancia al ser miembro de las dos organizaciones políticas, y se desempeña como la segunda secretaria del Comité UJC de la Universidad de Matanzas.
Daniela asegura que las organizaciones políticas la han hecho crecer como ser humano. Fotos: Cortesía de los Entrevistados
«Para mí ser militante en la Cuba actual es cada día un mayor compromiso y una gran responsabilidad con la patria», resume la joven, que el 26 de mayo próximo cumplirá 28 años de edad. El papel de ambas organizaciones es defender a toda costa la independencia, la paz y la libertad alcanzada hasta hoy; servir a nuestro pueblo y denunciar lo mal hecho», afirma esta muchacha, que por sus méritos y prestigio
fue elegida como delegada al último Congreso de la UJC y al Festival Mundial de la Juventud en Sochi.
—¿Cómo aspiras a que funcionen mejor ambas organizaciones?
—Yo aspiro para un mejor funcionamiento de ambas organizaciones que debemos involucrarnos más con el pueblo, llegar al principio de todas las causas que hoy perjudican al pueblo. Enfrentar con la verdad, aunque sea dura, y realizar un mayor control sobre cada uno de los procesos. Lograr que cada una de las organizaciones políticas y de masas, que hasta hoy han mantenido la Revolución viva, funcionen en beneficio del pueblo.
—¿Crees positivo la doble militancia o consideras que es mucho peso para los jóvenes?
—La doble militancia para mí es un proceso de fortalecimiento del carácter como joven militante, y la considero como muy positiva en la formación. Te ayuda en el funcionamiento y el razonamiento del trabajo en ambas organizaciones porque a la vez puedes aportar y recibir ayuda de ambas.
«Llevar la doble militancia no es mucho peso, porque cuando militas en ambas organizaciones estás en un contante aprendizaje y logras fortalecer la estrategia de la UJC, porque alcanzar una preparación superior en el intercambio constante con la experiencia de los demás militantes del PCC».
—¿Qué te ha aportado militar en ambas organizaciones?
—Siempre digo que la formación del carácter y el pensamiento se aprende desde la base, o sea, en el seno de la familia, pero para mí la UJC y el PCC han sido y son dos organizaciones que me han hecho crecer como ser humano, me han preparado para enfrentar cualquier tipo de dificultad, tanto personal como profesional, te enseña a cómo comportarte ante diversos escenarios. Considero que ambas organizaciones son un pilar fundamental que ha influido positivamente en mi formación.
—¿Alguna vez te han criticado por tu condición de militante?
—Por supuesto que algunas personas no ven bien el que seas militante o doble militante, pero siempre digo que cada cual debe saber respetar la forma de pensar y actuar de los demás. Jamás el pensamiento de las demás personas acerca de mi posición política ha cambiado mi perspectiva de ver la vida en la organización, porque siempre digo que mientras seas feliz con lo que haces y consideres que lo haces por una causa justa, jamás habrá arrepentimiento. Lo que con amor se hace es placentero y se disfruta. Soy orgullosamente militante y, sin que quede duda, comunista y fiel defensora de las causas justas.
