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Médicos sin fronteras

Como cada vez que me tiene en casa, mi madre se propuso romper con el mal hábito de saltarme el desayuno. Esa mañana sintonizó Radio Victoria, su compañera de todos los días, y mientras mi boca se hacía agua con sus jugos naturales (casi siempre tiene para escoger), mi atención (muy dispersa a esas horas) se centró en una conversación amena e inteligente que sostenían los doctores Martha Rosa Fernández Salgado y Silvio Antonio González Leyva (Tony), en la revista informativo-cultural En Casa.

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

 Al miércoles siguiente, me dispuse a comprobar si el elevado nivel de comunicación evidenciado por la endocrinóloga y especialista en Medicina General Integral, y el cardiólogo había sido casual, pero no, continuaban interactuando con idéntica sagacidad, mientras esclarecían decenas de dudas.

«Me gusta hacer esta labor de promoción y prevención de salud. Hay tantas cosas que tenemos que atender en el paciente, que preferimos hablar de calidad de vida, de cosas que pueden cambiar a las personas sin necesidad de que se tomen cinco o seis pastillas. Nos interesa que la gente viva un poco mejor, que aprenda a cuidar de su salud, de su futuro», explica Martha, quien se vinculó a la radio desde niña como locutora y corresponsal.

—¿Y cómo te compartes entre consultas, guardias, clases...?

—Siempre se puede sacar tiempo, sobre todo, cuando disfrutas lo que haces, cuando tienes la libertad de crear. Te confieso que después que abandoné el medio, le tomé un poco de miedo a la cámara o el micrófono. Pero cuando comencé a impartir clases, me redescubrí como comunicadora delante de mis alumnos.

Como si fuera poco, Martha también escribe. Ya publicó en Sanlope, en la colección Principito, el cuento Celulín. «Escribir es mi mejor diazepán. De lo contrario, doy vueltas y vueltas en la cama. Este pequeño libro fue como mi parto, con bajo peso al nacer y fórceps. En él les hablo a los niños de lo vital de comer vegetales. Pongo a conversar a una lechuga con una zanahoria y enamoro a un tomate de una berenjena. Celulín es la fisiopatología de la diabetes explicada a los pequeños de un modo natural».

De igual manera, Tony hizo sus pininos en la radio desde pequeño en su natal Mayarí. Luego, mientras estudiaba Medicina en Holguín, continuó como corresponsal de la FEU en Radio Angulo.

«Un buen día, hace como cinco años, me presenté en el programa, pregunté por la directora, Marta Salazar Peña, le expliqué el proyecto y le pareció bien. Desde esa fecha pertenezco al increíble colectivo de En Casa.

«Es una revista muy variada, de alta audiencia. Allí no hay nada que me estrese, al no ser que Martha no pueda estar. Hacemos un buen binomio. Con solo mirarnos sabemos qué necesitamos hacer y decir. Nos sentimos muy bien cuando alguien en la calle nos dice que le llegó el mensaje».

—En diferentes espacios de la prensa radial, plana y televisiva se habla de salud. ¿Qué distingue al de ustedes?

Martha: Bueno, todos tienen en común que son orientadores y previsores, solo que nosotros hemos tratado de ser desenfadados, sin abandonar el alto rigor científico. Estudiamos mucho antes de decir algo, pero nos interesa, sobre todo, que las personas nos entiendan. No acudimos a palabras extrañas, a términos raros, sino que se lo traducimos a la gente.

Tony: Fíjate, que en En casa no solo hablamos de los problemas del corazón y las dietas, sino que aprovechando nuestra experiencia (Martha tiene 21 años de trabajo y yo cumpliré 24), abordamos otros temas de interés o invitamos a especialistas para que ellos lo hagan y nosotros dirigimos el diálogo, hacemos hincapié en lo significativo, reiteramos. Quizá esto no lo tenga un locutor profesional, porque no estudió esta carrera. Claro, esto requiere de una superación constante, pero más que ser una dificultad es una ventaja para nuestra profesión.

—¿Existen otros proyecto?

Tony: Sí, estamos preparando otro programa, que también responderá a la salud. Martí decía que en la Medicina precaver es más importante que curar. En Casa se mantendría, pero en este otro queremos hablar, además, de la Medicina desde el punto de vista cultural: de dónde salen los nombres, contar la historia desde los papiros, hablar del origen de las enfermedades, de cuándo se habló por primera vez de estas y qué se hacía para curarlas...

«El humor sería otra vertiente, agrega Martha, sería divertido contar o representar lo que sucede en una consulta, lo que la gente malinterpreta. Hemos investigado, los oyentes nos ayudan mucho. Y basadas en sus sugerencias y necesidades informativas queremos armar este nuevo espacio.

«Optamos por esta carrera porque nos gusta hacer el bien, orientar, transformar. Ahí tenemos la posibilidad de interactuar con muchas personas a la vez. Los dos hemos sido atrapados por la radio».

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