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Con una extensa hoja de exposiciones personales y colectivas, nacionales y extranjeras, donde no faltan los reconocimientos, premios y menciones, se presenta Luis Felipe Oviedo (Guantánamo 1949), con esta muestra titulada Movimiento Perpetuo, en el Salón de Exposiciones del Hotel Ambos Mundos, en La Habana Vieja.
Son quince dibujos y tres óleos en gran formato que recogen una parte de su quehacer artístico entre los años 1988 y el 2004, en los que se acentúan su pleno dominio de la técnica del dibujo y del color, volumen y movimiento, y una manera muy propia de recrearse en el mensaje visual.
Sobre su obra pueden plantearse variadas concepciones en virtud del trazo firme, sugerente, exquisito y agudo, sin encasillamientos, porque la maestría con que conforma su discurso plástico esquiva cualquiera de las tendencias o movimientos imperantes, para ser, sencillamente, un hecho artístico importante de las Bellas Artes en Cuba.
Piezas como El flautista del Río, Trovador, Humedad, Lucifer, La procesión o Final del acto, demuestran su firmeza en el pulso para dar luces y sombras, que es, sino lo más notable de sus cuadros, al menos lo que sorprende al primer impacto visual, como podrán apreciar quienes visiten durante este diciembre la demostración que se exhibe en la histórica instalación hotelera de la calle Obispo, esquina Mercaderes.
De entre sus exposiciones destacan la galería José Martí, en Estocolmo; el Centro cultural Rafael Solana, en México; Casa Carmen Mantilla, galería Tina Modotti y Amelia Peláez, estas en La Habana, así como el Salón de Arte en Boyeros. También la gira por varias ciudades de Estados Unidos y México y su asistencia a salones internacionales junto a autores reconocidos en el mundo de la pintura, han colaborado en la difusión de su talento.
Luis Felipe es, además de pintor y dibujante, ilustrador y diseñador gráfico, profesión que realiza como colaborador para diferentes editoras nacionales y foráneas, como el Caimán Barbudo, Revolución y Cultura, Sur, Boletín cinematográfico y otras, pero lo que más me complace agregar es que fue en este diario Juventud Rebelde donde comenzó a dibujar a la edad de 19 años, allí por la remota época de los 70. Llegue hasta él la felicitación de sus amigos de ese entonces.
