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Múltiples voces en Babel y Cámara Azul

Veinticinco ediciones ha tenido el evento que como parte de las Romerías de Mayo potencia y promociona las artes visuales cubanas: Babel no solo es una vitrina de lo mejor del panorama insular, sino el escenario de un productivo diálogo entre los maestros y los jóvenes

Autor:

Erian Peña Pupo

Desde el mega evento que es Romerías de Mayo, Babel resulta uno de los puntales más altos en un programa que reafirma la idea fundadora del Dr. José Manuel Guarch Delmonte: «Porque no hay hoy sin ayer», más allá del eslogan que nos invita cada año a Holguín, inmerso en el luminoso hervidero de locuras y utopías, esa vorágine donde casi todo es posible y en que se ha convertido el Festival Mundial de Juventudes Artísticas.

Veinticinco ediciones ha tenido el evento que como parte de las Romerías de Mayo potencia y promociona las artes visuales cubanas: Babel no solo es una vitrina de lo mejor del panorama insular, sino el escenario de un productivo diálogo entre los maestros y los jóvenes.

Surgido en 1995 y organizado por el historiador y crítico de arte Ramón Legón Pino, entonces presidente de la Sección de Artes Plásticas de la AHS holguinera, Babel es sinónimo de pluralidad y de incorporación de espacios institucionales y públicos en pro del arte.

Cada edición, lideradas durante 15 años por Tatiana Zúñiga, entonces directora del Centro Provincial de Arte, se dedica a diversas manifestaciones y temáticas dentro de las artes visuales: el paisaje, la abstracción, la fotografía, el grabado, el land-art, el performance, el tatuaje, la enseñanza artística... De la misma manera, como parte del tránsito de la tradición a la modernidad que caracteriza todo el Festival, Babel ha rendido homenaje a los maestros de la plástica cubana y universal, exponiendo desde algunos de sus originales por coordinaciones con el Consejo Nacional de Artes Plásticas (CNAP) y el Museo Nacional de Bellas Artes, hasta obras de Oswaldo Guayasamín y grabados de Pablo Picasso.

Babel ha hecho posible que en Holguín se expongan al público piezas de importantes artistas, varios de ellos representantes de las vanguardias cubanas del pasado siglo, como Fidelio Ponce, Víctor Manuel, Leopoldo Romañach, Wifredo Lam, Julio Girona, Adigio Benítez, Raúl Martínez, Rita Longa, Antonio Vidal, Samuel Feijóo, Raúl Corrales, Agustín Cárdenas, Alfredo Rostgard, Salvador Corratgé, René de la Nuez, Alfredo Sosabravo y Belkis Ayón. De la misma manera que Ever Fonseca, Roberto Diago, Lázaro Saavedra, Zaida del Río, Nelson Domínguez, René Francisco, Sandra Ramos, Juan Moreira, Alicia Leal, Eduardo Ponjuán, Osneldo García, Manuel Mendive, Héctor Frómeta, Gustavo César Echevarría, Rocío García, Agustín Bejerano, Joel Jover, Esterio Segura y Arturo Montoto, han expuesto junto a importantes artistas holguineros, como Cosme Proenza, Jorge Hidalgo, Armando Gómez, Julio Breff, Magalys Reyes, Julio Méndez, Ernesto Ferriol, Daniel Santos y Miguel Ángel Salvó.

«La vocación de Babel, en buena medida por las inquietudes de quienes han transitado por la actual Academia regional de artes plásticas El Alba, de cuyas aulas nació, siempre fue muy clara: transgredir/desmitificar el recinto “sacro” de la galería desde la activación de espacios alternativos, en el que las calles y plazas ganaran protagonismo», comenta Yuricel Moreno Zaldívar, directora del Centro de Arte y miembro del Comité Organizador de Romerías.

Esta transgresión ha caracterizado el evento, cuyo lema fundacional es «De la aldea, a la isla, al mundo», pues ha priorizado lo performático en plazas y parques —recuerdo al maestro Alberto Lezcay protagonizando un performance al compás de los acordes jazzísticos de uno de sus hijos—, convocando a tomar por asalto espacios públicos y lograr intervenciones urbanas. Por otra parte, junto a los imprescindibles maestros, los jóvenes creadores de la Asociación muestran su trabajo, demostrando la convivencia de varias generaciones en el amplio escenario cubano.

«En la polifonía que constituye el macroevento, y no exento de necesarios replanteos porque las dinámicas del arte se modifican con celeridad, Babel ha contribuido a mover el epicentro de los circuitos de promoción y, por un lapso pequeñísimo, mostrar los principales referentes de la plástica nacional en diálogo con propuestas locales, osadas, experimentales, que el público ha ido aprendiendo a reconocer dentro de una misma tradición artística problematizadora y audaz: la cubana», añade Yuricel.

Relevantes muestras confluyendo en un mismo ámbito, y los conversatorios, talleres prácticos, clases magistrales y conferencias, reafirman a Babel —del que han nacido otros eventos como el Festival de Fotografía Autodidacta (FotoFest) y que en esta edición comparte cronológicamente en las redes imágenes, catálogos y otros materiales— como escenario de múltiples voces y resonancias en ese alucinante torbellino que es Romerías de Mayo.

Fernando Pérez fue invitado a La Cámara Azul a propósito de la entrega del Premio Nacional de Cine en 2007.

Miradas desde la Cámara azul

Por su parte, La Cámara Azul, como muestra nacional e internacional de los diferentes géneros audiovisuales, apareció en 2004 desde la Sección de Audiovisuales, organizada por el joven realizador Jorge Ribail ante la escasa presencia de estos, aunque desde la edición fundacional hubo cierta presencia, pues los primeros participantes internacionales fueron estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) junto a la actriz Laura de la Uz y el profesor y guionista brasileño Joaquín de Assis, cuando su telenovela Roque Santeiro hacía furor en la pantalla nacional. Entonces se proyectaron varios documentales y una Muestra de cine erótico.

«La Cámara Azul se concibió en un inicio como un encuentro de y para los realizadores. La sección teórica se concentró en el intercambio de los más jóvenes con artistas consagrados. Si en algo hemos contribuido al ambicioso proyecto que son las Romerías de Mayo como festival artístico, si en algo ha servido para que el gremio de los artistas audiovisuales crezca cualitativamente sobre todo, entonces ha sido muy bueno, y debemos estar felices por lo poquito que nos toca de ese logro», dice Ribail.

Llevada a cabo con el apoyo del Centro Provincial del Cine (en sus primeras ediciones tuvo un carácter competitivo) con obras de varios países, la cita ha dedicado jornadas a temas como el musical, el cine de autor, la producción y la animación. Asimismo ha homenajeado a Humberto Solás, Tomás Gutiérrez Alea (Titón), Manolo Redondo, al Almacén de la Imagen; a Fernando Pérez, a propósito de la entrega del Premio Nacional de Cine en 2007; Juan Carlos Tabío, cuando lo recibió en 2014, y al Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica (Icaic) en su  aniversario 60.

«El hecho de insertarse dentro del delicioso caos de un Festival tan sui géneris como las Romerías de Mayo, ya es una distinción de La Cámara Azul. Pero considero también que las proyecciones en pantallas a la intemperie, bajo las estrellas, no es algo que suceda en muchos eventos del audiovisual, y aquí lo ha distinguido.

«Durante todos estos años La Cámara Azul se ha honrado con la proyección, a cielo abierto y en salas cerradas, de obras del catálogo del Festival de Cortometrajes La Boca del Lobo, el Taller Comunitario Ojo al Sur, DOC TV de Telesur, La Villa del Cine de Venezuela, la EICTV, la Facultad de Arte Audiovisual del ISA en La Habana y sus filiales en Camagüey y Holguín; el Proyecto InCubArte de Honduras, los Estudios de Animación del Icaic, la Fundación Ludwig de Cuba, el Festival Almacén de la Imagen y el Internacional de Videoarte de Camagüey, la Muestra Joven Icaic...», añade.

El encuentro audiovisual —preparado, entre otros, por Alejandra Rodríguez Segura, Yamila Marrero, Manuel Alejandro Rodríguez y Dayana Prieto— ha posibilitado la materialización de propuestas como el documental Romerías de Mayo: Porque no hay hoy sin ayer, de Pablo Javier López.

Dieciséis años han transcurrido desde que La Cámara Azul, cuyo nombre evoca al proceso cinematográfico utilizado para que varios elementos fotografiados por separados sean reunidos en una sola imagen, se desarrollara por primera vez.«La metáfora es hermosa: el evento tenía que ser capaz de reunir en una sola imagen a jóvenes realizadores y cinéfilos de muchas latitudes. Hoy ha sido asumido por la nueva generación que lo organiza desde sus inquietudes, sus anhelos, sus aptitudes».

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