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El escultor Pedro González Pulido ya está terminando el alto relieve de Mariana. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 20/11/2020 | 01:11 am
Un alto relieve escultórico con la visión artística de su autor sobre el rostro de Mariana Grajales, Madre de la Patria, cuando el 12 de octubre de 1868, a los 53 años, se suma a la lucha por la independencia de Cuba, será donado por el artista Pedro González Pulido, profesor de Dibujo y Escultura de la emblemática Escuela de San Alejandro, a un centro educacional de la capital de todos los cubanos.
Lo dio a conocer al diario Andrés Zaldívar Diéguez, presidente de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en La Habana, quien explicó que la obra se develará el viernes 27 de noviembre en una escuela primaria que lleva el nombre de Mariana, ubicada en Santa Catalina, número 161, esquina a José Antonio Saco, en el municipio habanero de Diez de Octubre, en conmemoración del aniversario 127 de la muerte de la ilustre mambisa.
La obra llevará una inscripción que enfatiza en la hermosa y merecida condición de Madre de la Patria de aquella heroica luchadora santiaguera, cubana y caribeña.
Para la recreación artística que acomete ahora Pulido, ha tomado en cuenta viejas fotografías de Mariana, y rasgos físicos peculiares de los rostros de algunas mujeres descendientes de su estirpe que aún viven, criterios expuestos por ellas. Igualmente, para su trabajo el escultor ha tenido en cuenta la imagen a que se llegó mediante el método científico-técnico denominado Regresión de Edad, que permite conformar un retrato parecido de la persona cuya fisonomía se quiere reproducir, en este caso la Madre de la Patria en su madurez, para empotrarla en la fachada de la referida escuela primaria.
El profesor González Pulido trabaja en la terminación de la obra en su propio taller de El Vedado habanero y pretende con ella un acercamiento a un rostro más rejuvenecido que el tradicionalmente divulgado y amado por todo nuestro pueblo, con el fin de familiarizar a los niños, adolescentes y jóvenes con la cara de aquella aguerrida madre mambisa que a su hijo menor, Marcos, cuando tenía solo 14 años, le exigió: «¡Y tú, empínate, para que puedas también pelear por la independencia de tu Patria!».
