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¿Santo y Seña?: ¡Pepe Pelayo!

José Pelayo, director de La Seña del Humor de Matanzas, uno de los más insignes y peculiares grupos que ha dado la historia del género en Cuba

Autor:

JAPE

Entre las tantas cosas que debo al grupo Nos y otros, del que fui miembro por varios años, está haberme dado la posibilidad de conocer a muchos de los grandes humoristas cubanos de todos los tiempos, y en particular de aquella inmensa oleada de los años 80 del pasado siglo.

Quien hoy invito a protagonizar este espacio fue sin duda uno de los más importantes cultores del género en dicha época y desde entonces, hasta la fecha, el humorista cubano que más ha hecho por promover y ponderar el humor a nivel universal.

Jamás imaginé que llegaría a tener tan grande amistad (que conservo hasta este minuto) con Pelayo el de la Seña, como todos le conocían en aquellos remotos tiempos.

Sí, José Pelayo, el director de La Seña del Humor de Matanzas, uno de los más insignes y peculiares grupos que ha dado la historia del género en Cuba.

Como siempre digo y hago, solo les daré algunas pistas para que tengan una idea de quién es nuestro invitado, más allá de lo que puedan recordar, sobre todo aquellos que peinan canas y que se «desmollejaban» de la risa con aquel clásico de Roberto-Roberto, entre otros tantos antológicos sketches.

José «Pepe» Pelayo Pérez, nació en Matanzas, un día de 1952 y aunque es ingeniero civil de profesión, también ostenta notable currículo como escritor, guionista, comediante, cuentacuentos, realizador audiovisual,  artista gráfico, creador de fotomontajes humorísticos,  y reconocido estudioso de la teoría y la aplicación del humor en todos los soportes.

Fue fundador de la reconocida agrupación escénica que antes mencioné y colaboró por mucho tiempo con publicaciones de humor gráfico como dedeté, Palante y la revista cultural La Seña, que fundara, junto a otros miembros del grupo, en Matanzas.

Ahora mismo no me atrevería a decir exactamente qué cantidad de libros tiene publicado porque su inmensa laboriosidad le ha permitido sumar volúmenes, más que años de vida. Lo interesante es que, de esta cifra cercana al centenar, todos relacionados con el humor, más de un tercio son para niños.

Con su intensa labor ha logrado demostrar la innegable eficacia del humor como lenguaje en todos los aspectos de la vida contemporánea. Así lo revelan sus conocidas «Charlas Chaplin» sobre diferentes temas relacionados con el arte de hacer reír tales como: pedagogía, motivación lectora, salud, empresa, calidad de vida y teoría del humor. También realiza su programa de motivación a la lectura a través del humor para niños en riesgo social.

Su huella profesional ha quedado en diversos países y es miembro de la Sociedad Internacional de Estudios del Humor Luso-hispano, de la Red de Investigación y Estudio del Humor (RIEH) en Chile y presidente de la Fundación Humor Sapiens.

Entre su abultada lista de publicaciones de proyectos de investigación, ensayos, conferencias, talleres… se encuentra el Breve diccionario de Humor, un volumen fruto de largos años de trabajo y que es el más completo referente para los profesores y estudiosos a escala internacional, cubanos incluidos.

Fundó y dirigió con su hijo Álex Pelayo el sitio web sobre teoría y aplicación del Humor: humorpsapiens.com, que actualiza diariamente con todo cuanto ocurre en materia de humor en el planeta, y otros muchos materiales de interés. Un espacio que sugiero no dejar de visitar.

No me detendré a enumerar toda su infinita obra, premios, distinciones… porque sería imposible en este espacio y porque sé que usted se sentirá motivado a buscar más sobre la profunda labor que aún acomete José Pelayo en aras de dar a conocer al mundo lo importante que es reír para el futuro de la humanidad y la concepción de un hombre mejor.

Aunque José Pelayo reside en Chile desde 1991, donde se nacionalizó, nunca ha perdido vínculos profesionales con sus colegas de la Isla. Actualmente mantiene una colaboración periódica y estable con el suplemento villaclareño de humor gráfico Melaíto.

El cartero en llamas dos veces

Matanzas, 23 de junio de 1989

Colega Pible,

Director de La Leña. Santa Clara.

Amigo:

Leí su carta con mucho interés, con mucho agrado y con mucho trabajo. El problema es que no entendía bien la letra. ¿Qué pasó esta vez? ¿Me escribió con la zurda? ¿Se la dictó a su sobrinita? ¿Me trató de decir algo en clave? (Aquí cabe un chistecito relacionado con la música —por lo de «en clave»— pero no lo haré para no dármelas de ingenioso). En cuanto al contenido de su misiva (ahora pudiera caber un juego de palabras con «misiva», pero tampoco lo haré) me parece que usted se equivoca cuando afirma que «La Seña no sale por televisión». Yo puedo asegurar todo lo contrario: ¡La Seña no entra en la Televisión!... así como así… Pues tiene que pedir pase, etcétera. Y no entra porque no va hasta allí. Y no puedo decirle por qué no queremos ir para que en un futuro podamos ir.

A sus otras preguntas le respondo: Sí, no y no sé. (Pero no en ese orden).

Sobre el humor hay mucho que hablar, pero eso lo dejo para teóricos, a saber: Zumbado, Virulo o Ajubel, por mencionar tres (como puede apreciarse). Solo citaré a Fernández Flores: «El humor no ignora que la seriedad es el puntal que sostiene muchas mentiras».

Bueno, colega, me despido deseándole suerte en sus gestiones y di-gestiones (ahora sí le hice —por fin— un chistecito). Saludos a todos los que no pregunten por mí. Fraternalmente:

Pelayo

José Pelayo (Pelayo), dedeté 1989. Texto perteneciente a un intercambio epistolario con Pablo Garí Mirabal (Pible), entonces director del grupo La leña del humor de Santa Clara, y que fuera reunido en un volumen de homónimo título, publicado por la editorial Capiro, en 1994.

Manuel Hernández Valdés (Manuel), uno de los más insignes y premiados caricaturistas cubanos. Premio Nacional de Periodismo José Martí (2001) y Premio Nacional de Humor (2006). Desde muy joven publicó en las páginas del dedeté y durante muchos años le imprimió su sello distintivo.

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