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José Alberto Rodríguez Ávila. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 21/06/2025 | 10:50 pm
Antes de que transcurriera la 24ta. Bienal Internacional del Humor de San Antonio de los Baños, José Alberto Rodríguez Ávila (Avilarte) era prácticamente desconocido.
Al espirituano, nacido en 1983, le bastaron los cuatro días que duró el certamen para salir del anonimato.
Como carta de presentación trajo su exposición personal La paradoja del arquero, que tuvo el sello de garantía y aval de Arístides Hernández Guerrero (Ares), uno de los grandes caricaturistas del mundo.
Fue el Premio Nacional de Humor 2020 quien realizó la curaduría de las 15 obras expuestas en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec).
En las palabras del catálogo Ares advirtió que Avilarte parecía tener todo lo que se necesita para ser un buen caricaturista: «… una habilidad innata para el dibujo, un sentido del humor muy particular, curiosidad, cultura, convicciones, tenacidad, constancia, tener cosas que decir y estar presto también a escuchar las críticas de los demás...».
Luego de la expo, muchos se acercaron a conocer quién era el joven alto, delgado y de grandes lentes. Así supimos que es diseñador gráfico en el periódico Escambray, profesor de la escuela de arte Ernesto Lecuona, que se graduó en 2016 de Artes Visuales en la Universidad de las Artes (ISA) y que antes se formó en la otrora Academia de Bellas Artes Oscar Fernández Morera.
Durante la Bienal fue invitado como panelista al espacio televisivo Mesa Redonda, como una de las figuras emergentes del humor gráfico en la Isla. Entraba así al hogar de millones de cubanos. Al cierre del evento, su nombre también estaría en las noticias por haber recibido el Premio Museo del Humor con la obra Juego difícil.
De Voltus V a Cartoon Movement
Siendo niño, mientras sus amigos mataperreaban en el barrio, él prefería dibujar Voltus V, el robot de la serie japonesa de igual nombre. Más adelante surgirían otros modelos inspirados en los videojuegos hasta llegar a sus propias creaciones.
El contacto con el humor gráfico le llegaría a través de su profesor de la Academia Daniel Acebo, excelente caricaturista, y de amigos como Ramsés Morales, Arturo Pruna o el historietista Osvaldo Pestana Montpeller (Montos), pues por mediación de este último es que se vincula a la prensa.
Una ilustración para un comentario de la multipremiada periodista Elsa Ramos del periódico Escambray fue su primera publicación, el 10 de junio de 2016. El trabajo cuestionaba la calidad del pan. Al poco tiempo, ya graduado del ISA, comenzó a trabajar como diseñador gráfico en ese medio de prensa. En él permanece en la actualidad como diseñador y continúa publicando caricaturas de humor político.
En sus inicios firmaba sus trabajos como Alberto, pero con el tiempo y por sugerencia de Ismael Lema, director del suplemento humorístico Palante, optó por firmar Avilarte, como mismo aparece en su cuenta en Instagram. De este modo, con su rúbrica, hace honores a su madre.
La caricatura editorial toma fuerza en la vida de José Alberto, esta ha ido desplazando el video arte y el arte conceptual por unos trazos cuestionadores con los que denuncia la escalada bélica que vive el mundo, el genocidio del Gobierno israelí y su aliado estadounidense contra el pueblo palestino, son temas recurrentes en él.
Con constancia y preparación desde hace casi un año Avilarte gana espacios en prestigiosos sitios internacionales como Iran Cartoon y Cartoon Movement, donde no basta con enviar obras, se requiere fuerza en el mensaje y una línea de dibujo expresiva para poder publicar.
A buen paso va este muchacho, que les sugiero sigan de cerca. Pronto el dedeté lo tendrá con mayor asiduidad en sus páginas.
La productividad de Avilarte no solo es en el dibujo. Acá junto a su esposa Daneisy, le siguen las hijas Shelly, Diana y Sarah, cargada en brazos. Foto: Cortesía del entrevistado.
