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JR Podcast: Ni invisibles ni olvidados

¿Cómo es el día a día de una persona con discapacidad? ¿Qué se necesita para enfrentar la vida sin hablar, escuchar o poder andar? ¿Cuánto les puede aportar el deporte a estos jóvenes? La semana pasada el equipo de JR Podcast estuvo en una competencia de baloncesto sobre silla de ruedas. Escucha y comparte las inspiradoras historias de vida de las personas que conocimos allí

Autores:

Ana Isa Vidal Díaz
Lianet Escobar Hernández

Roeldis Beltrán Martínez es badmintonista y juega baloncesto, aunque un accidente provocó que le amputaran su pierna derecha. Según él mismo afirma, el día a día de un discapacitado es duro y difícil: «Yo uso prótesis, algo que no es mío y que debo aceptar en mi cuerpo. A veces me levanto y tengo deseos de caminar, otras tantas no…».

Como Roeldis, muchos son los jóvenes cubanos con una determinada discapacidad física. Unos no pueden hablar o escuchar. Otros no ven y algunos están imposibilitados de caminar, sin embargo, la mayoría cuenta con una voluntad infinita para sobrellevar su discapacidad.

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Así lo pudimos constatar a finales de la semana pasada, cuando un equipo de JR Podcast —nuestro espacio radial de debate— visitó el Hospital de Rehabilitación Julio Díaz, en La Habana, donde se desarrolló la  edición 21 del evento zonal de baloncesto en silla de ruedas.

Entre jóvenes atletas de Cienfuegos, la Isla de la Juventud y la capital, Roberto Carmona, Jefe en el INDER del Departamento Provincial de atención a personas con discapacidad de La Habana, nos comentó que el torneo tuvo como objetivo fortalecer la preparación para el evento nacional de la disciplina.

A la práctica deportiva se le da mucha importancia en la isla. Existe una amplia disponibilidad de cursos, entrenamientos y competencias para personas con alguna discapacidad.

En los últimos Juegos Paralímpicos, celebrados en Río de Janeiro, Brasil el pasado año, los atletas cubanos compitieron en 44 pruebas en ocho disciplinas y lograron un total de 11 medallas, de ellas cuatro de oro, una de plata y seis de bronce, incluido un record mundial y uno paralímpico.

[Lea el reportaje A Río sin barreras]

Yuniol Kindelán, atleta convencional, acompaña a Omara Durand durante su carrera. El guía la carrera de la multirecordista velocista , quien es débil visual. Foto: Calixto N. Llanes.

La inclusión y los límites

La lucha que libra nuestro pueblo por alcanzar la plena justicia social tiene una de sus expresiones más intensas y humanas en el Plan de Acción Nacional para la Atención a las Personas con Discapacidad.

Juana Consuelo Suárez Vázquez, Presidenta en La Habana de la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores (ACLIFIM), opina al respecto: «Nuestra misión es integrarlos a la vida socialmente útil en el deporte, la cultura y la recreación, cosa que es muy bien recibida por ellos porque con esas actividades se relacionan, se motivan. También les damos atención en su vida personal, lo que no quiere decir que le resolvamos el problema pero sí tratamos de que se sientan atendidos y escuchados», puntualizó.

El modelo de asistencia a las personas con discapacidad en la isla es muy distinto del que conocemos en otros países. Se basa en la prevención, en la atención primaria y en prácticas inclusivas que abarcan salud, educación, deporte, trabajo, arte, etc. La ausencia de lucro en los aspectos sanitarios y las dificultades económicas han hecho que se extreme la imaginación para universalizar el acceso.

Sin embargo, sobreviven dificultades… la mayoría relacionadas con prejuicios sociales.

Para Yamilé Manso Perdomo, deportista de la preselección pinera del equipo de tenis de campo y amputada de ambas piernas, en ocasiones «es doloroso sentirse invisible pues la gente no nos ve. Se dan cuenta de la silla de ruedas y nos tratan como un simple objeto. “Permiso que va a pasar una silla”, dicen.

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«Por eso quiero aprovechar la oportunidad para decirle a la sociedad que somos personas que tienen algún tipo de discapacidad física pero como seres humanos al fin y al cabo, sentimos y amamos como cualquiera y queremos sentirnos útiles», añadió.

En Cuba, las personas que nacen con algún tipo de discapacidad son incluidos en el sistema educacional desde edades tempranas, lo mismo en escuelas comunes que en centros especializados, razón por la cual los niveles de escolarización superan el 90%.

«En mi caso la ACLIFIM es fundamental, gracias a esa institución soy Técnico Medio en Cultura Física, a punto de empezar la universidad», señala Roeldis.

Rigoberto García León, Vicepresidente no profesional de la ACLIFIM en la Isla de la Juventud,  aseveró que «en la Asociación todos tenemos un nivel cultural amplio. Gracias a la Revolución el discapacitado no es abandonado y tiene derechos a veces incluso priorizados por delante de cualquier persona convencional», concluye.

El desarrollo laboral también es prioritario, en especial, bajo tres formas: el trabajo en empresas, en el domicilio y en talleres especiales. De estos talleres,  actualmente hay más de 150 distribuidos en todo el archipiélago.

Según estimaciones realizadas por organismos internacionales, existen alrededor de 367.000 personas con discapacidad en Cuba. El sexo masculino tiene un índice más alto que el femenino, con 3,57 por cada 100, contra 2,99.
La discapacidad más frecuente son las anomalías en el proceso de aprendizaje, seguidas por las físico-motoras, y las visuales. Le siguen la mental, la múltiple y la auditiva.

[Escuche los testimonios completos en nuestro podcast… ]

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