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Anglada: Buscamos un equipo competitivo, no un Todos Estrellas

Rey Vicente Anglada conversó con Juventud Rebelde sobre el equipo Cuba que quiere armar

Autor:

Norland Rosendo

Dentro de unos días, Rey Vicente Anglada partirá para México con un grupo de 28 jugadores, unos cuantos de ellos jovencísimos, que se vislumbran como el futuro bastante inmediato del béisbol cubano.

Bajo el sol abrasador de este martes, casi al mediodía, solo los bancos del Latinoamericano están vacíos. Atletas y entrenadores está metidos en el terreno. Rey lo observa todo, se percata de cada detalle. Indica, corrige. Sonríe con un chiste. Suda. Elogia una acción precisa. «Así no, fíjate en lo que te está indicando el entrenador», le dice a uno de los muchachos.

«¿Otra entrevista? Han sido unas cuantas en las últimas semanas. Ok, la gente quiere saber. Dispara», bromea, mientras sigue con los ojos puestos en el terreno.

—¿Tantos jóvenes en el equipo que llevas al entrenamiento de altura se debe interpretar como renovación en el Cuba?

—Estamos trabajando con muchachos talentosos; los que estén en condiciones de integrar la selección nacional, los vamos a incluir. Eso no quiere decir que estos 28 sean los que van a los Juegos Panamericanos, pero sí un gran porciento de ellos debe estar en Lima.

—¿Qué criterios tomaron en cuenta para elegir a los 28?

—Los números forman parte, pero los seleccionamos pensando en el concepto de equipo. Buscamos lo necesario, jugadores regulares, emergentes, de cambio, buenos corredores, y en función de eso hicimos la preselección. No queremos un Todos Estrellas, sino un equipo competitivo.

—¿Cómo es el conjunto que estás queriendo armar?

—Uno que gane (se ríe). Se necesita fabricar carreras, pues con una buena defensa que apuntale al pitcheo se puede aspirar a la victoria. En los últimos años nos han faltado bateadores de fuerza, por eso vamos a tratar de conformar un elenco lo más rápido posible para poner la velocidad en función de la ofensiva.

—Unos dicen que en Cuba hay pocos bateadores de fuerza y otros que es un asunto del tipo de swing, ¿cuál es su criterio al respecto?

—Ambas partes tienes razón. El médico está haciendo pruebas en ese sentido, también hay que ver la velocidad del swing y otros aspectos, pero es innegable que estos no son los tiempos en los que había muchos jonroneros, como Antonio Muñoz, Armando Capiró, Lázaro Junco, Agustín Marquetti, Omar Linares, Orestes Kindelán, entre otros.

—¿Dónde ponen el énfasis en los entrenamientos?

—Son más los problemas tácticos, que los técnicos. Estamos haciendo hincapié en todo, hasta en lo más mínimo, que a veces es lo que determina el resultado. Un detalle puede significar la diferencia entre un triunfo y una derrota en un juego de pelota.

—Entre tanta juventud, lo que más sorprende es el staff de lanzadores…

—Son brazos fuertes, potentes, hay que darles la oportunidad a los jóvenes, yo confío en ellos, creo que sí pueden.

—Una vez me dijo que con usted juegan los que estén bien sin importar los nombres…

—Esa es mi filosofía. Te pongo un ejemplo, los contratados son elegibles para los Juegos Panamericanos (excepto Alfredo Despaigne, porque no lo tiene estipulado en su contrato), pero le daremos seguimiento, pues no queremos traer a alguno que no esté en condiciones, sea el que sea.

«Lo mismo sucede con los veteranos, los que estén bien y se ajusten a las demandas del equipo no van a ser obviados».

—Han estado regresando y reincorporándose a los campeonatos de base unos cuantos jugadores que probaron suerte en ligas profesionales por su cuenta, incluso, en la MLB, ¿llamarías a alguno a la preselección nacional?

—Me parece muy bien que todos los que tengan posibilidades y quieran regresan sean bienvenidos, eso levantará el techo de nuestro béisbol, y si están en condiciones, claro que sí los convocaría, no hay inconvenientes en eso.

—Se respira buen ánimo en el colectivo…

—Los muchachos están contentos, ellos son la razón de nosotros, aspiramos a que se sientan bien, disfruten, salgan a divertirse al terreno y sepan pelear por su camiseta.

—¿No sientes presión con tanta expectativa desde que te nombraron director de la selección nacional?

—Ya estoy acostumbrado, no puedo tener presión porque se la transmito a los jugadores y eso es fatal en el deporte.

—En los más recientes torneos internacionales se ha visto mucha seriedad en los bancos de los cubanos, como si estuvieran tensos…

—Vamos a tratar de que no suceda mientras yo dirija, pues cuando tienes presión no ejecutas bien las cosas. Tienes que llevar a la competencia lo que aprendiste en la preparación y hacerlo normalmente, y eso se logra cuando estás bien entrenado mentalmente.

—Usted que ha sido jugador y director, ¿cuán difícil es aplicar bien lo aprendido bajo la presión del juego?

—Para nada, cuando te preparas bien en todos los sentidos, incluidos el mental y el sicológico, puedes ejecutar correctamente en la competencia lo que practicaste.

—¿Se parece este grupo al equipo que sueña dirigir?

—El éxito de una dirección es que se identifique con sus jugadores, que haya buena comunicación, y eso se va logrando poco a poco.

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