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Roniel Iglesias podría ganar este año su corona doméstica número 12. Autor: Roberto Suárez Publicado: 22/06/2022 | 11:06 pm
El torneo Playa Girón, cita boxística más importante de cuantas se celebran anualmente en Cuba, culminó exitosamente hace unos días en Camagüey y si una cosa quedó clara tras más de cien peleas efectuadas fue el enorme futuro que se le ve al boxeo cubano de cara a los retos que se avecinan.
En primer lugar, es justo reconocer los méritos de tres establecidos desde hace tiempo como son el pinareño Roniel Iglesias, el camagüeyano Julio César La Cruz y el espirituano Yosbani Veitía. En el caso de los dos primeros, llegaron esta vez a 12 coronas nacionales, lo cual los deja a una de Félix Savón, líder histórico en estas lides. Por su parte, el ídolo de Fomento sumó su décima corona, mérito que lo coloca junto a sus compañeros como otra de las leyendas del cuadrilátero.
Ahora bien, si de jóvenes se trata, en esta versión del clásico boxístico cubano fue Yoenlis Hernández quien se llevó la mayor cantidad de aplausos y el premio al atleta más técnico de la justa. El vigente campeón del mundo de los pesos medios (75 kg), disertó con su velocidad, precisión y capacidad de contrarrestar incluso a rivales como el espirituano Jorge Cuéllar, junto a quien protagonizó uno de los mejores pleitos del certamen.
Visto lo visto, Hernández tiene todo lo que se necesita para dominar a nivel doméstico durante unos cuantos años, además de trascender, como mínimo, hasta los próximos Juegos Olímpicos de París 2024 y también trascender con celeridad dentro el circuito profesional en donde ya debutó con un triunfo por KO —en el tercer asalto— ante el mexicano Juan Carlos Raygosa.
Otro que estuvo muy bien, cimentando su control en los plumas (57 kg) fue el bronce del orbe Osvel Caballero, quien ya muestra una madurez y maestría competitiva que lo presentan como un serio candidato a todos los títulos que están por disputarse. Igualmente, la presencia en su división del exigente cienfueguero Saidel Horta debe mantenerlo en alerta y evitarle que se duerma en los laureles.
Muchos aplausos se ganó también otro sureño, en este caso el representante de los superligeros (63 kg), Erislandy Álvarez, elegido con absoluta justicia como el más combativode la competición. Cierto es que debe mejorar varios aspectos de su boxeo para convertirse en un púgil de élite, pero también es verdad que la materia prima que tiene parece de gran calidad y eso nos hace pensar que pudiéramos estar viendo el ascenso de otro deportista especial.
Por su parte, los habaneros Billy Rodríguez y Carlos Castillo se impusieron en los dos extremos de la balanza: los minimoscas (48 kg) y los superpesados (+91 kg), triunfos que, más que una alegría, deberían representar para ellos el honor de prestigiar dos categorías en donde la Mayor de las Antillas ha sumado incontables victorias. Ya el tiempo se encargará de juzgar cómo resulta el complejo recorrido que se les avecina a ambos.
Muy de cerca habrá que vigilarel desempeño y evolución de Nelson Williams, vencedor en los 86 kilogramos. Dueño de una pegada y garra envidiables, el agramontino hoy no está en un peso olímpico, pero desde ahí podría ascender o descender sin problemas con tal de ocupar el puesto a algún compañero, ya sea por una lamentable lesión o porque sencillamente lo supera con sus puños.
Mención aparte merecen dos de los subtitulares: el holguinero Jorge Soto (81 kilos) y el capitalino Darián Fabián Castro (69 kg). En el caso del oriental, le plantó cara a un bicampeón olímpico como Arlen López, a la vez que el de la villa de San Cristóbal, con participación en el pasado mundial juvenil, pudiera ir colocándose como el relevo de un grande como Roniel.
