Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El béisbol juvenil en una sola tonalidad: naranja

Recientemente el conjunto de Villa Clara se proclamó por segunda ocasión consecutiva como campeones del torneo nacional juvenil en la categoría sub-18

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

El béisbol juvenil cubano tiene desde hace par de años un rey: Villa Clara. De manera contundente y clara, sin dar márgenes a las dudas, el equipo naranja ha impuesto un dominio absoluto en la categoría sub-18, dejando al conjunto de Sancti Spíritus con un incipiente sabor -aunque nunca amargo del todo- en el segundo puesto del podio.    

A los gallitos espirituanos le han faltado espuelas para desbancar del trono a la maquinaria villaclareña. Ambos llevan dos años consecutivos enfrentándose en la discusión del título, se conocen al dedillo, pero han sido los jóvenes Leopardos quienes terminan imponiendo esa casta que les viene también como una fórmula histórica.

En la final que culminó hace algunas jornadas en el estadio José Antonio Huelga, el duelo por la corona terminó con pizarra de 7-1. El marcador decretó un inamovible campeón de la justa que, sin mucho ruido, mantiene su dinastía en la categoría.        

Entre la fase semifinal y final del torneo en su versión de 2025, los competitivos Leopardos impusieron un dominio absoluto que los catapultó invictos, durante siete partidos, hasta lo más alto del podio. A la etapa conclusiva llegaron los cuatro grandes de la justa (Matanzas, Camagüey, Sancti Spíritus y los propios villaclareños), luego de un largo itinerario en un torneo que dio inicio desde principios del mes de marzo a nivel de grupos zonales.  

Sin objeción los “eléctricos” naranjas dominaron todas las estadísticas de juego en la fase conclusiva. Fueron el equipo que más ofensiva mostró (AVE 301) y el de mejor recurso desde el montículo (PCL 1.50, AVG 135).

El relevista Ángel Luis Fernández fue el caballo de batallas de Villa Clara en la etapa conclusiva, pues durante nueve capítulos, no soportó carreras, mantuvo un WHIP astronómico de 0.22, le batearon los contrarios para un ínfimo promedio de 036, propinó diez ponches y solo otorgó un boleto. Una actuación que, fácilmente, cataloga como galáctica.

Pero el jovencito Sadoc Ismael Acosta resultó un talismán, salvando las distancias, a lo “Othani”. Él no solo aportó a su equipo dos éxitos en la lomita, sino que, empuñando el madero, también causó sensación (8-5, AVG 625, CI 5, 2B 2). A la fiesta ofensiva de Sadoc Ismael en la justa se sumaron otros peloteros como Jonathan Moreno (14-6, AVG 429, CI 5) o Daniel Santos (14-5, AVG 357).       

Quizás algunos de esos muchachos lo escuchemos pronto como protagonistas de los naranjas en el máximo nivel de la pelota cubana, o vistiendo el traje de las cuatro letras hacia la Copa Mundial de la categoría, a celebrarse en Okinawa, Japón, en el mes de septiembre.

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