El equipo de canotaje estuvo entre los que más aportaron al medallero cubano. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 25/08/2025 | 11:27 pm
ASUNCIÓN.— El sábado en la noche, en el Parque Olímpico de Asunción bajó el telón de los 2dos. Juegos Panamericanos Júnior, certamen que reunió a delegaciones de 41 naciones durante dos semanas. Cuba, consciente de la relevancia de este evento para las nuevas generaciones de sus deportistas, participó con una de las comitivas más numerosas, que finalizó en la séptima posición, con 19 coronas, 13 subtítulos y 15 terceros lugares (47 medallas), después de días marcados por la perseverancia, el espíritu de superación y el anhelo de vencer en cada concurso, aunque el adversario fuera superior.
En algún que otro sitio digital leí frases desesperanzadoras acerca de este desempeño, entre otras cuestiones porque no se igualó, al menos, la actuación de hace cuatro años en Cali-Valle, Colombia, donde nuestro país cumplió con el quinto peldaño, con 29 oros, 19 platas y 22 bronces (70 metales). Primero que todo, los pronósticos precompetencias para el colectivo antillano siempre fueron conservadores y nunca se planteó como aspiración igualar o superar lo logrado en la edición primaria. Se anduvo con los pies bien puestos en la tierra y el triunfalismo no fue cosa de la que lamentarse.
Si bien es cierto que naciones como Estados Unidos, Canadá o Jamaica no le prestaron el mayor interés a estos Juegos en varias disciplinas, la gran mayoría de las delegaciones acudieron con muchas de sus mejores cartas y ratificaron que también se están tomando en serio el desarrollo deportivo en las edades comprendidas entre 13 y 23 años, como gran apuesta para el relevo generacional.
En medio de un panorama con no pocas carencias y limitaciones, la participación de la Mayor de las Antillas en esta cita multideportiva constituyó, per se, el primer éxito, toda vez que el país realizó un esfuerzo mayúsculo por garantizar la asistencia a la justa y a un gran número de los torneos clasificatorios.
Desgraciadamente, la falta de fogueo internacional para estos jóvenes atletas, con vistas a la justa paraguaya, se hizo notar, y muestra de ello es que una cifra considerable intervino aquí en su primera competición en el extranjero. A pesar de lo complejo y desafiante que es esa realidad, a los deportistas cubanos les sobraron empeño y ganas de dejar una imagen favorable. Cada escenario fue testigo de ello.
Independientemente del indiscutible nivel que gozó Asunción 2025, la delegación insular perdió en la recta final, por lesiones o enfermedades, a exponentes con posibilidades de títulos o preseas y un deporte como el boxeo, que en Cali-Valle 2021 contribuyó con cuatro cetros, un subtítulo y un bronce, no fue incluido en el programa competitivo de la capital paraguaya.
Como mismo ocurrió en suelo colombiano, fue el atletismo el encargado de comandar la cosecha dorada (8-3-2, 42 por ciento de las diademas) y a la vez fue el único deporte en el que la Isla cerró líder. Las luchas, por debajo de sus predicciones, con acumulado de 3-5-2 quedó como el segundo mejor contribuyente, seguido por canotaje (3-3-3), judo (1-2-1), clavados (1-0-2), levantamiento de pesas (1-0-1), remo (1-0-1), taekwondo (1-0-1), tiro con arco (0-0-1) y voleibol (0-0-1). En total, diez deportes obtuvieron preseas, cuatro menos que en Cali-Valle 2021.
Se concretaron dos de los propósitos en los que insistió José Antonio Miranda, director de Alto Rendimiento del Inder, en diferentes espacios. Fue posible evaluar la reserva del sistema deportivo antillano y realizar un análisis para conocer cuáles son los principales atletas con perspectivas de desarrollo y de rendimiento en el actual ciclo olímpico y en el siguiente.
Asimismo, se consiguieron 17 boletos (16 individuales y uno colectivo) para los Juegos Panamericanos de Lima 2027, repartidos de la siguiente manera: atletismo (ocho), luchas (tres), canotaje (uno), judo (uno), levantamiento de pesas (uno), taekwondo (uno), clavados (uno) y voleibol (uno). Entre las individualidades más destacadas resaltaron la librista granmense Yainelis Sanz, que con su título se convirtió en la única atleta antillana campeona cuatros años atrás y en esta versión, y la canoísta villaclareña Yisnolis López, quien regresó a la patria con tres oros y un bronce.
Finalizado el primer certamen multidisciplinario del actual ciclo olímpico, el siguiente escalón del movimiento deportivo cubano serán los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo 2026, una competición a la que se acudirá con la firme aspiración de escribir un nuevo capítulo glorioso en la historia de nuestro deporte.