Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

De Guanabacoa al cielo del béisbol

José María Fernández condujo a los New York Cubans al título de campeones de la Serie Mundial Negra en 1947

Autor:

Ariel Alejandro Niévares Luis

SI de algo presume la villa de Guanabacoa es de ser cuna de tantísimas personalidades en todos los ámbitos de la vida, desde íconos de la música como Ernesto Lecuona, Rita Montaner y Bola de Nieve, hasta artistas como la pintora Concha Ferrant, los cineastas Sara Gómez y Fernando Pérez, o María Marta García, primera bailarina del Ballet Nacional.

Pero entre todas esas figuras, hay una que poco se menciona para su relevancia: José María Fernández, otrora pelotero y mánager, una de las glorias deportivas más importantes de este municipio capitalino y de Cuba.

En los terrenos de la villa dio sus primeros batazos y asombró a espectadores con sus atrapadas, pero su debut en la pelota de la Isla ocurrió en 1916, con las Estrellas Cubanas (Este), y finalizó en la década del 40, con 353 hits impulsados por sus muñecas. 

Su mítico nombre apareció en los lineups de diversas franquicias del país como Parque de San Francisco, Almendares, All Cubans, Gigantes Americanos de Chicago y New York Cubans, hasta completar el récord de 24 temporadas en las ligas de la Mayor de las Antillas.

Como bateador, en varias ocasiones rozó el liderazgo de sus equipos en promedio, hits y slugging. Su poderío a la ofensiva contribuyó a los triunfos de Almendares en los años 20 y 30 del pasado siglo. Sin embargo, probablemente, muchos lo recuerdan cuando, en 1925, cortó las alas al serpentinero Phil Cockrell, que se disponía a lograr un juego perfecto.

Una de sus cualidades más destacadas como atleta era su capacidad para jugar en casi cualquier posición dentro de un terreno. Durante su carrera se lució como receptor, primera base y hasta jardinero derecho. 

Pero su impronta como mánager en los torneos nacionales le valieron un lugar cimero en el béisbol. Gracias a sus conocimientos y liderazgo dentro y fuera del terreno, desempeñó una doble función simultánea: director–jugador de los New York Cubans, donde estuvo más de una década entre 1939 y 1950, aunque desde 1942 solo asumió como entrenador.

El éxito que lo encumbró como mánager fue llevar a los New York Cubans al trofeo de campeones de la Serie Mundial Negra del año 1947, una liga que formaba parte del circuito de las Grandes Ligas estadounidenses (MLB), detalle que habla de la calidad del certamen. En la disputa por el título, la escuadra de Fernández venció a su similar de Cleveland Buckeyes. 

Solo dos entrenadores cubanos salieron airosos en toda la historia de estas series. El otro: José Méndez, en 1924, con el conjunto de Kansas City Monarchs. Un dato que engrandece aún más la proeza del guanabacoense, en un contexto donde las barreras raciales privaron a muchos. 

Pero Fernández triunfaba en casi todos los escenarios en que se presentaba. Así obtuvo par de coronas también con el equipo Marianao en la Liga Profesional de Cuba en las temporadas de 1956-1957 y 57-58, a la vez que ganaba por méritos propios su presencia en la Serie del Caribe de 1958. 

Sin embargo, el legado de Fernández no terminó ahí. Su amor por este deporte y su calidad lo convirtieron en uno de los cuatro directores que participaron en la 1era. Serie Nacional de Béisbol y en la inauguración de estos torneos en el país, en el año 1962. 

Lo hizo con el equipo de La Habana y peloteros de la altura de Jorge Trigoura y Ricardo Lazo bajo su mando, aunque el rendimiento de su conjunto no trascendió, pues culminaron en el último puesto tras 27 partidos disputados, con diez triunfos y 17 reveses. 

No obstante, la trayectoria de Fernández y sus aportes a la historia del béisbol de la Isla bien merecen mayor reconocimiento institucional y, por qué no, lucir el nombre de esta personalidad en un estadio o una instalación deportiva habanera y guanabacoense. Su hoja de vida habla por sí sola. 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.