Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Elecciones en Israel ignoran el apartheid contra palestinos

La mayor disyuntiva en estas elecciones gira en torno a la figura de Benjamín Netanyahu, primer jefe de gobierno en funciones de Israel juzgado por corrupción

Autor:

Leonel Nodal

Una docena de partidos apenas diferenciados por matices de derecha o extrema derecha, la ortodoxia religiosa judía o liderazgo personal se disputan este miércoles los 120 escaños del parlamento israelí.

Esos agrupamientos políticos batallan desde hace dos años por reunir una mayoría de por lo menos 61 diputados, que les permita formar gobierno.

Ninguna de las formaciones consiguió hasta ahora reunir con sus propios electores el cupo necesario, por lo que todo depende de la solidez o fragilidad de coaliciones de conveniencia, pendientes del reparto de cuotas de poder y ambiciones de liderazgo.

La mayor disyuntiva en estas elecciones gira en torno a la figura de Benjamín Netanyahu, primer jefe de gobierno en funciones de Israel juzgado por corrupción.

A pesar de su controversial situación, el líder del derechista Partido Likud busca su quinto mandato con la aparente intención de reunir el apoyo necesario para blindarse con una ley de inmunidad que suspenda el juicio y lo libre de la cárcel.

El mandatario israelí enfrenta desde 2020 tres casos separados por soborno, abuso de confianza y fraude, en un juicio que se reanudó en febrero de este año.

Por lo menos 20 000 israelíes se concentraron el sábado último en una ancha avenida frente a la residencia de Netanyahu en Jerusalén para pedir el fin de su gobierno.

Fue el mayor acto de repudio al mandatario de los realizados semana tras semana durante los últimos nueve meses, en los que criticaron su mal manejo de la pandemia de COVID-19 y la crisis económica.

Sin embargo, el experimentado político derechista, hijo de uno de los fundadores del sionismo y que fuera delfín del líder de la banda terrorista judía Irgún y ex premier Menajen Begin, fomentó su popularidad en su amistad con el ex presidente estadounidense Donald Trump y el expansionismo israelí en los territorios árabes ocupados.

En realidad, es el historial de la sanguinaria expulsión del pueblo palestino de sus tierras y viviendas desde la proclamación del estado de Israel, en 1948, y la participación en las posteriores  guerras despojo, las que enriquecen la hoja de servicio de los políticos israelíes en esta contienda.

La mayoría de los dirigentes que concurren a las elecciones parlamentarias de este miércoles exhiben altos grados militares en las guerras de agresión contra árabes y palestinos, o exitoso desempeño como jefes de la inteligencia y los cuerpos represivos en Gaza y Cisjordania.

Otra capa que disputa el liderazgo del estado sionista surgió en los últimos 40 años en las campañas de expropiación en Cisjordania, el fomento de asentamientos judíos ilegales y la instalación de más de 600 000 colonos.

Si bien Netanyahu ha sido el primer ministro de Israel durante los últimos 12 años, su victoria en las próximas parlamentarias no está asegurada.

Las encuestas electorales más recientes predicen una reñida carrera en la que el Likud y sus aliados nacionalistas enfrentarán a una feroz batalla de opositores, incluso antiguos aliados, deseosos de apartarlo y tomar ellos las riendas del negocio.

Israel goza de una generosa ayuda no reembolsable de Estados Unidos de más de 3 000 millones de dólares, a lo que se suma la transferencia de armas y tecnologías necesarias para garantizar la supremacía militar en su vecindario.

A juicio de analistas en Israel, Netanyahu cuenta a su favor con la exitosa campaña de vacunación contra el Covid-19 que logró acaparando las dosis, con el consentimiento de Washington y aliados europeos.

Israel presume de ser el lugar del mundo donde más dosis se han suministrado por cada cien habitantes, incluyendo 75 por ciento de los adultos, en solo tres meses.

En  ese afán se desentendió de su obligación como potencia militar ocupante en Cisjordania y Gaza para dejar sin vacunas a los millones de palestinos residentes en ambos territorios, otra confirmación de la práctica de su política de apartheid, la que tampoco entra en el debate electoral.

Sin embargo los propios analistas afirman que ni el rápido avance de la vacunación de sus correligionarios podría ser suficiente para salvarle el pellejo político a Netanyahu.

Las últimas encuestas electorales permitidas por la ley israelí, publicadas el viernes último, otorgan al bloque de partidos pro-Netanyahu 51 escaños y al bloque anti-Netanyahu 56 escaños.

Incluso si los indecisos partidos de derecha Yamina —con 9 escaños— se suma al bloque pro Netanyahu y el Ra’am —4 escaños— al bloque anti-Netanyahu, resultaría en un empate de 60 a 60.

Ese saldo dejaría a los dos sin posibilidad de formar una coalición de gobierno mayoritaria.

Y entonces, por primera vez en la historia del Estado judío, habrá un quinto llamado a elecciones.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.