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Diciembre 1.— Los jefes de las diplomacias de Estados Unidos y Rusia, Antony Blinken y Sergei Lavrov, respectivamente, sostendrán una reunión este jueves en Estocolmo, Suecia, en medio de la escalada de tensiones entre las dos potencias.
Según dijo un funcionario del Departamento de Estado citado por la CNN, Blinken dialogará también con el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitri Kuleba, al margen de la reunión del Consejo Ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
La cita tiene lugar cuando se incrementan las quejas de EE. UU. por lo que llama despliegue de Rusia en las fronteras de Ucrania, mientras Moscú denuncia que Occidente acerca cada vez más las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a sus fronteras.
Durante los últimos días, Moscú advirtió de un gran aumento de la presencia militar de la Alianza Atlántica en la región del Mar Negro que incluye buques de guerra con misiles a bordo, aviones estratégicos de EE. UU. y ejercicios a gran escala, algunos de ellos no programados, detalló Sputnik.
A su vez, Rusia señaló que sus actividades militares en la zona tienen carácter únicamente defensivo.
El 25 de noviembre, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, admitió que Washington había enviado armas a su país por más de 130 millones de dólares.
Este miércoles, sin embargo, el Gobierno ucraniano «urgió» a la OTAN a preparar sanciones económicas contra Moscú por lo que tildó de presunto plan de Moscú para invadir a la exrepública soviética, informó AFP.
El Secretario norteamericano de Estado exigió la víspera y en tono de amenaza, que Rusia «se mantenga alejada» de lo que llamó «las agresiones en Ucrania» o se podrían «desencadenar graves consecuencias».
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, dejó claro el riesgo que supondría «cruzar la línea roja» con su país y aseguró que, en caso de que alguna nación «destruya puentes» con Moscú, la respuesta será «asimétrica, inmediata y enérgica», reportó PL.
«Tenemos suficiente paciencia, responsabilidad, profesionalismo, confianza en nosotros mismos y sentido común al tomar cualquier decisión; pero espero que a nadie se le ocurra cruzar la línea roja en las relaciones con Rusia», expresó el mandatario en su mensaje anual al Parlamento.
El Kremlin advirtió que no tolerará «injerencia en los asuntos internos de Rusia» ni «insultos».
Pero, al propio tiempo, se buscan espacios para el diálogo. Según informó Telesur, durante una ceremonia de recepción de cartas credenciales de una veintena de embajadores, Putin instó este miércoles a la OTAN a comenzar negociaciones para evitar la ampliación de la Alianza hacia el este de Europa en las cercanías de la frontera de su país, e indicó que desea garantías jurídicas, por entender que Occidente no cumple sus compromisos.
Por su parte, la OTAN llamó a Rusia a reanudar el diálogo con la Alianza en medio del Consejo Rusia-OTAN para buscar paz y seguridad, según declaró el secretario general del mecanismo, Jens Stoltenberg.
«Tenemos conciencia de la importancia vital del diálogo con Rusia y estamos abiertos a ese tipo de cooperación en el marco del Consejo Rusia-OTAN», afirmó el titular de la OTAN en la cumbre de ministros de Exteriores de los países del bloque que tuvo lugar hasta este miércoles en Riga.
Stoltenberg comentó que en la reunión se debatió el «enfoque combinado» de la Alianza en las relaciones con Rusia, «que combina la contención, donde es necesario, con la apertura al diálogo».
