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AMLO no cree en exclusiones

La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Cuba no solo es consecuente con los tradicionales vínculos históricos de cariño e identidad cultural entre Cuba y México. También confirma las posiciones del Jefe de Estado a favor del respeto a la soberanía de las naciones

Autor:

Marina Menéndez Quintero

La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Cuba no solo es consecuente con los tradicionales vínculos históricos de cariño e identidad cultural entre nuestras naciones.

Además, confirma las posiciones del Jefe de Estado mexicano a favor del respeto a la soberanía de las naciones y, concretamente, como ha dicho, su convencimiento  del carácter «ruin» de la política estadounidense de bloqueo, contra la que varias veces se ha pronunciado.

Si EE. UU. lograra conseguir un cambio de sistema político-social en Cuba a merced de las presiones del asedio —cosa que no ha podido conseguir en más de 60 años, y es nota de esta redactora— sería, ha dicho Obrador, «una victoria pírrica».

«Esa política, esa actuación produce una mancha que no se quita ni con toda el agua de los océanos», apuntó.

AMLO, como también se le conoce, es un defensor de la  unidad regional y defiende que el continente americano debe avanzar hacia una integración económica y comercial «sin exclusiones, al margen de diferencias ideológicas (…) en pie de igualdad entre nuestras naciones; que nadie excluya a nadie», como enfatizó durante su reciente visita a Guatemala.

Símbolos y ejemplos de esa mutua aspiración integracionista —solo los más recientes— en relación con Cuba, han sido la presencia en México de 500 profesionales cubanos de Salud para auxiliar en el combate a la pandemia de la Covid-19 y el envío a la Isla, desde esa nación, de cientos de toneladas de ayuda solidaria en insumos médicos y alimentos como respaldo para enfrentar la enfermedad, y contribuir a paliar las estrecheces que provoca la política de asfixia estadounidense.

Ese mismo espíritu latinoamericanista también es visible en los recientes pronunciamientos de López Obrador contra la exclusión de Cuba de la 9na. Cumbre de las Américas, cita donde también se pretende impedir la presencia de Venezuela y Nicaragua.

«Ya basta de hegemonías; de la política impuesta por más de dos siglos», ha dicho el Presidente mexicano al respecto y, en general, para remarcar el cambio de época que vive el hemisferio, y que hace la postura hegemónica de Estados Unidos, un instrumento obsoleto.

Esta estancia de trabajo en Cuba refrenda, con los hechos, esas posiciones.

Nuestros lazos son históricos y se siguen profundizando. Precede a su presencia aquí, la estancia en México, en septiembre pasado, del Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, invitado especialmente a los actos por el aniversario del Grito de Dolores, inicio de la lucha por la independencia mexicana; «un gran honor» diría el alto dignatario cubano, quien también consideró esa invitación como «un reconocimiento a los lazos históricos y de hermandad existentes entre México y Cuba, una muestra genuina de aprecio, cariño y respeto que agradezco profundamente en nombre de mi pueblo».

Antes, también sostuvieron importantes intercambios los entonces presidentes de México, Enrique Peña Nieto, quien realizó una visita de Estado a la Isla en enero de 2014, y el General de Ejército Raúl Castro Ruz, quien la reciprocó en noviembre de 2015, cuando fue recibido por su colega mexicano en Mérida, Yucatán.

Ambos protagonizaron el relanzamiento de las relaciones, que despegó en el año 2013. Los vínculos se hacen más sólidos.  

Migración: enfoque integral

Durante el intenso periplo que llevó a Andrés Manuel López Obrador por Guatemala, El Salvador, Honduras y Belice antes de su arribo aquí, el mandatario de México defendió su visión integradora y humanista del drama de la emigración ilegal, que él plantea analizar desde todas sus aristas atendiendo, fundamentalmente, al enfrentamiento de los problemas que provocan la emigración, y no la represión.

Es un asunto que él asume del mismo modo en su país. En ese propósito, la Cuarta Transformación, como se denomina el proceso de cambios que AMLO lidera en México, ha instrumentado, entre otras medidas de corte social y popular, dos importantes programas: Sembrando Vidas, que ha abierto importantes fuentes de empleo en las áreas rurales con el fin de enfrentar la falta de trabajo al tiempo que reforesta amplias zonas de la nación, y Jóvenes construyendo el futuro, que capacita a las nuevas generaciones.

Esos planes constituyen parte de la propuesta de López Obrador para las naciones centroamericanas altas emisoras de emigrantes ilegales, algunas de los cuales ya los han asumido y que México respalda, también, de forma material.

«Nosotros estamos invirtiendo en Centroamérica en la medida de nuestras posibilidades. Se están aplicando programas como el Sembrando Vida en El Salvador; en Honduras, el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro. En El Salvador son 10 000 productores que están recibiendo apoyo del Gobierno de México para mantenerlos trabajando en sus pueblos y que esto no los obligue a migrar», explicó en su más reciente conferencia de prensa matutina habitual, antes de emprender viaje.

El asunto ha sido centro también de las conversaciones de México con Estados Unidos, país al que el Jefe de Estado mexicano ha pedido el desembolso de los 4 000 millones de dólares que anunció la Casa Blanca para contribuir al despegue económico del área centroamericana.

Es necesario atender el fenómeno migratorio con cooperación para el desarrollo, remarca.

Para esos fines y ordenar y hacer lo más seguro posible el flujo migratorio, López Obrador también ha demandado a Washington el otorgamiento de más visas de trabajo para potenciales migrantes.

Durante su recorrido centroamericano, López Obrador fue reconocido en Honduras con la Orden Civil José Cecilio del Valle en el Grado Gran Cruz Placa de Oro. Antes, en Guatemala, su primera escala, recibió la Orden del Quetzal en Grado de Gran Collar. Cuba lo condecora este domingo con la Orden José Martí.

Antineoliberal

En el plano nacional, Andrés Manuel López Obrador y su proyecto, la Cuarta Transformación, dedican importantes esfuerzos al propósito de asegurar el desarrollo con bienestar.

Con vista a ese objetivo, AMLO entiende que es preciso el fin del modelo neoliberal y de su política económica.

El Plan Nacional de Desarrollo, presentado en 2019 como eje rector de la nueva etapa que se construye en México, ha sido calificado por su gobierno como un verdadero acto soberano que hará prevalecer el propósito de crecer con bienestar para todos.

En ese sentido se inscribe, muy recientemente, el proyecto de reforma energética rechazado por la oposición en el Congreso, que habría devuelto a las entidades estatales la autoridad que les fue quitada antes en la explotación y la comercialización del petróleo así como en la generación de energía eléctrica, lo que también habría abaratado los precios del servicio a la población.

Sin embargo, inmediatamente después fue aprobada su reforma a la Ley minera, una legislación trascendental para salvaguardar a México la explotación de los yacimientos de litio hallados en 18 estados del país, y que constituye un importante paso para que se reserve a la nación el derecho  al manejo de ese importante mineral, cuya trascendencia resulta creciente en un mundo obligado a la sustitución de sus modelos energéticos.

El litio es totalmente mexicano.

… Como diría alguien muy cercano al proyecto social y económico que tiene lugar en México: «la Cuarta Transformación avanza».  

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