Defendernos del mundo hegemónico que nos quieren imponer requiere un trabajo coordinado, dijo el Presidente cubano. Autor: @PresidenciaCuba Publicado: 16/10/2025 | 12:47 am
Frente al desafío actual de articular esfuerzos ante la ofensiva ideológica del imperialismo, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, propuso durante el 3er. Encuentro Internacional de Publicaciones
Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda, que inició la víspera en la Universidad del Partido Ñico López, la creación de una Red Internacional de Publicaciones Teóricas de Izquierda.
Ante los 220 delegados que acuden al evento, de ellos 102 extranjeros de 38 países, el Jefe de Estado reconoció la urgencia de concretar este proyecto, comprometido siempre con la transformación social, la soberanía de nuestros pueblos y la unidad de las naciones del sur.
Motivado por las ideas expresadas en la conferencia magistral Información y manipulación mediática: la izquierda frente a los desafíos de la Superinteligencia Artificial Cuántica, impartida por el periodista Ignacio Ramonet, Díaz-Canel aseguró en sus palabras que esta red deberá articular todo los medios impresos y digitales afines, así como todo el sistema de publicaciones teóricas de izquierda, para promover también el intercambio de saberes y fortalecer la producción del pensamiento emancipador desde una perspectiva antimperialista y socialista.
«Necesitamos vincular medios teóricos de izquierda en América Latina, África, Asia y Europa, que impulsen coediciones temáticas sobre asuntos estratégicos como la comunicación política sobre soberanía cultural, la lucha de clases, entre otros», agregó el mandatario.
Asimismo, habló del imperativo de poder crear una plataforma digital colaborativa multilingüe con acceso libre a contenidos teóricos, investigaciones y materiales formativos que promueva
encuentros editoriales, seminarios y talleres de formación para jóvenes comunicadores y pensadores.
Todo este llamado lo realiza el Jefe de Estado cubano justo cuando la penetración del pensamiento capitalista se hace más evidente en los espacios digitales, y cuando impera la necesidad de abordar, según expresó Díaz-Canel, los enormes desafíos y retos que tenemos desde la izquierda.
Defendernos dentro del mundo hegemónico que nos quieren imponer requiere, comentó, un trabajo coordinado. Y en ese sentido afirmó que «vamos a mantener este encuentro de publicaciones teóricas todos los años.
«Creo que nosotros podemos mantener un debate holístico desde la izquierda sobre todas estas problemáticas. Este es un espacio académico, político, ético y, sobre todo, profundamente revolucionario y comprometido con la construcción socialista y con la voluntad de cambiar el mundo», apuntó.
Son horas de pasar de la reflexión y el diálogo, del diagnóstico a concretar acciones que nos articulen más para poder dar también salida a proyectos viables, argumentó el Presidente cubano.
En su intercambio, destacó igualmente que las ideas, cuando nacen con voluntad, se convierten en trincheras, la palabra se convierte en herramienta y las publicaciones, donde está representado el pensamiento de izquierda, se convierte en un acto de militancia.
Sobre la tremenda valentía de ser hoy contrahegemónicos, añadió que «publicar desde las ideas socialistas y de justicia, desde el progresismo en este mundo de incertidumbres, es un acto profundo de resistencia», tal y como hace Cuba frente a las narices del imperio.
En ese sentido recordó las alertas y posturas del líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a quien está dedicado el evento en el año del centenario de su natalicio. El aporte de Fidel en todos estos temas ha sido medular, dijo, y evocó su voluntad por desarrollar la ciencia y las tecnologías, incluso, en los años más duros del período especial.
Fidel fue un hombre de su tiempo, pero también de futuro. Pensó en el desarrollo integral de la sociedad, de forma colectiva, equitativa, significó. Esas son las ideas que debemos tener presentes ahora ante los retos que impone, por ejemplo, la inteligencia artificial (IA), explicó, que son también desafíos éticos y de otra índole.
Pero la inteligencia artificial puede ser empleada en muchas cosas beneficiosas dentro del socialismo, y ejemplificó su utilización en el campo biotecnológico para la creación de vacunas o en la optimización de procesos de bienes y servicios.
El proletariado mundial necesita de referentes críticos que hagan de la tecnología un arma y no un medio que los domine. Imagen generada con IA
Necesaria ofensiva digital
Al abordar el tema de la dominación y el combate virtual, Díaz-Canel, se refirió a las redes sociales. Ante su surgimiento explicó que existía una disyuntiva: «¿Nos retirábamos de las redes sociales o nos manteníamos en ellas?».
La respuesta fue clara, argumentó, pues «si no hubiéramos estado en el combate virtual hoy, ¿cuáles fueran los contenidos que estuvieran mayoritariamente en cualquier plataforma? Por supuesto, los capitalistas, los colonizadores».
Con la inteligencia artificial debemos dar esa misma batalla. Debemos apropiarnos de sus herramientas. «Vamos a entrenarlas con contenidos de izquierda, socialistas», convocó el mandatario.
El combate por la verdad fue otro punto abordado a fondo por el Jefe de Estado. Mencionó las grandes campañas de desinformación que realiza el imperialismo para llevar adelante sus fechorías macabras, entre ellas: el genocidio de Israel contra el pueblo palestino, las actuales amenazas a Venezuela plagadas de intereses materiales, o la campaña que históricamente realizan contra Cuba para naturalizar un bloqueo que persiste por más de seis décadas.
«Hay una Cuba virtual intoxicada por todas las estrategias de comunicación de la derecha, les dijo a los delegados, y hay otra real que es la que ustedes están viendo.
«Aquí se trabaja sobre las vulnerabilidades. Aquí hay más de 32 programas sociales con los que el Estado apoya a las personas que pueden estar en una condición de vulnerabilidad o de desventaja. Aquí hay seguridad ciudadana, orden. Pero, sobre todo, hay soberanía, independencia, y los cubanos hacemos lo que entendemos que debemos hacer para mantener nuestra independencia. No aceptamos injerencia de nadie», expresó.
Aunque se siga recrudeciendo el bloqueo, reiteró, vamos a tener encuentros como este, porque cuando todos nos articulamos y defendemos a Venezuela, a Palestina, a Cuba, nos estamos defendiendo de conjunto, nos estamos uniendo.
Por eso es tan importante otra función de la comunicación política, que está vinculada a cómo movilizamos conciencia, cómo no solo informamos, sino cómo tenemos una comunicación política estratégica.
«En este mundo ningún pueblo se salva solo. Y creo firmemente que como publicaciones de izquierda tenemos una responsabilidad histórica en esa batalla por la verdad», aseveró.
El camino es el de alfabetizar mediáticamente a nuestras ciudadanías con un pensamiento crítico, capaz de desmontar las manipulaciones y reconocer en la palabra revolucionaria una herramienta de liberación. Así es como se logra la verdadera soberanía ideológica, apuntó, y así es como podemos blindar también el pensamiento frente a la colonización.
En la actualidad el imperialismo realiza grandes campañas de desinformación relacionadas con el genocidio de Israel contra el pueblo palestino. Foto: Abel Rojas Barallobre
Retos ante la IA cuántica
Cuando apenas nos estamos acostumbrando al cambio de paradigma comunicacional que significó, primero, la invención de la World Wide Web en 1989, y luego la dominación impuesta por las redes sociales, hoy vivimos otro momento confuso: el del auge de la superinteligencia artificial cuántica, un concepto elaborado por el periodista francoespañol Ignacio Ramonet, quien ofreció una magistral conferencia en el encuentro.
«Toda gran ruptura en el ámbito de la comunicación acarrea —inevitablemente— rupturas y disfuncionamientos en el orden de las sociedades. Y pone en juego un valor fundamental: la libertad», apuntó Ramonet. Para responder a qué está sucediendo, el prestigioso intelectual explicó cómo la tecnología es la causante de estos cambios, sirviendo a los intereses del gran capital, o lo que es lo mismo, al imperialismo.
Ramonet detalló entonces cómo hemos llegado a este momento que él llama de «la superinteligencia artificial cuántica», y lo que ello significa. Hace unos días, dijo, recibieron el premio Nobel de Física los científicos John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis, por haber llevado a escala humana uno de los fenómenos más extraños del mundo cuántico, el efecto túnel. Con sus descubrimientos, estos premios Nobel sentaron las bases de la llamada segunda revolución cuántica, es decir, la transición de la comprensión de las leyes cuánticas a su explotación para crear tecnologías radicalmente nuevas. El vínculo más directo es la puesta a punto de la computadora cuántica, clave para resolver tareas complejas en muy poco tiempo.
La computación cuántica permite en particular la ejecución de modelos avanzados de aprendizaje automático o de modelos extensos de lenguaje, indispensables para desarrollar la IA. La combinación de la computación cuántica y la IA optimiza los procesos de aprendizaje y genera nuevos algoritmos.
Esta unión está transformando las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), al permitir que grandes volúmenes de datos sean analizados y procesados con mayor eficiencia.
Por eso considera el nuevo concepto de superinteligencia artificial cuántica, o IA cuántica, como un campo emergente que combina la superpotencia de la computación cuántica con las funciones de la inteligencia artificial. Y en ese sentido, dijo que la IA generativa es la gran revolución tecnológica y comunicacional del momento.
Uno de los desarrollos más esperados, avizoró, es la creación de nuevos algoritmos que, apoyados en la computación cuántica, redefinan los modelos de IA vigentes. Sin embargo, alertó que este acelerado desarrollo no está exento de desafíos en varios órdenes: ecológicos; por sesgos algorítmicos que perpetúan la discriminación; por falta de transparencia en sus decisiones y otros riesgos de desinformación y manipula ción; falta de privacidad de los datos; dependencia tecnológica y dilemas éticos.
Por eso, aseguró, la IA «ya está afectando nuestras vidas cuando padecemos de una dependencia excesiva de la tecnología».
Luego, reflexionó sobre algo medular. Un sector significativo de la izquierda contemporánea enfrenta un problema de percepción con las tecnologías emergentes, particularmente con la IA. Existe una tendencia a confundir la tecnología en sí con el sistema capitalista en el que se desarrolla, analizándola como un fenómeno intrínsecamente negativo. Para esta corriente, la IA es simplemente un instrumento de la clase dominante para degradar y reemplazar el trabajo humano, una «herramienta malvada» que debe rechazarse de plano, sin matices.
Esta postura choca con tradiciones históricas dentro del propio pensamiento revolucionario. Un ejemplo paradigmático es el de Cuba, donde Fidel, desde el triunfo de la Revolución, priorizó el desarrollo de las TIC, recordó Ramonet. En la década de 1960 se impulsó la formación en computación y en 1972, durante una visita a la Universidad de La Habana, Fidel abogó por fabricar computadoras para que el pueblo tuviera acceso a ellas, afirmando que «una sociedad que no se prepara para el uso de la computación está liquidada». Iniciativas como los Joven Club de Computación y Electrónica y la creación de la Universidad de las Ciencias Informáticas cimentaron esta visión estratégica.
Desde una perspectiva teórica marxista, razonó el intelectual, se argumenta que el capitalismo desarrolla tecnologías no para aliviar el trabajo, sino para generar plusvalía. La IA, en este contexto, amenaza con automatizar el trabajo cognitivo, lo que podría provocar una «proletarización» de la clase profesional-gerencial, un pilar de la estabilidad capitalista durante más de un siglo. Esta disrupción, comparable a la desindustrialización, generaría una transición dolorosa y potencialmente inestable, golpeando el corazón mismo del contrato social que sostiene al sistema imperial.
Mientras una parte de la izquierda está en este tipo de debates, la derecha ha comprendido y capitalizado el poder político de las plataformas digitales, significó Ramonet. Prácticamente todas las grandes redes sociales están ahora controladas por intereses conservadores o ultraderechistas, desde X (antigua Twi-
tter) hasta TikTok, cuya operación en EE. UU. será controlada por la Casa Blanca. Incluso, el genocida primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado abiertamente que las redes sociales son el «arma más importante» actualmente, cruciales para moldear la opinión pública global en conflictos como el de Gaza, donde una sofisticada maquinaria de hasbara (término que define la postura entre diplomacia y propaganda) despliega narrativas de manera coordinada para ocultar la masacre del pueblo palestino y generar simpatías prosionistas.
Este panorama se completa con una degradación generalizada del ecosistema informativo. Los algoritmos hoy favorecen los discursos de odio y polarización que normalizan posturas extremas. Paralelamente, herramientas como los resúmenes automáticos de IA en buscadores como Google están provocando un colapso en el tráfico hacia los medios de comunicación, privándolos de ingresos y visibilidad. El resultado es un entorno donde reina la confusión, la desinformación y la desconfianza, dificultando cada vez más que los ciudadanos puedan informarse verazmente y debilitando los cimientos del espacio público democrático. A todos esos retos debe hacer frente la izquierda.