Sahara Occidental, un territorio disputado por Marruecos y los independentistas del Frente Polisario. Autor: Tomado de Internet Publicado: 01/11/2025 | 04:49 pm
El Sahara Occidental, un territorio disputado por Marruecos y los independentistas del Frente Polisario, es también escenario de intereses internacionales.
Una controversial resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada en los minutos finales de una apretada carrera diplomática contra reloj, acaba de poner sobre el tapete un nuevo y serio desafío a las aspiraciones de plena autodeterminación del pueblo saharaui.
A escasas horas de expirar el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), el viernes último, el Consejo de Seguridad debía adoptar los términos de una prórroga, pero esta vez bajo fuerte presión del gobierno de Estados Unidos, para imponer un rumbo que legitime su influencia a largo plazo en una posición geoestratégica clave.
Durante más de tres décadas de presencia sobre el terreno, la MINURSO no ha conseguido organizar el referéndum prometido al pueblo saharaui, pero ha garantizado su legítima necesidad.
Ese bloqueo ha permitido a Marruecos ganar terreno diplomático y reforzar su plan de autonomía para el Sáhara Occidental, una propuesta que presenta la región como una «parte integrante» del reino.
En vísperas de la votación analistas diplomáticos en la ONU señalaron que, si el Consejo de Seguridad no alcanzaba acuerdo para renovar el mandato de la MINURSO, Marruecos podría verse reforzado en su intento de consolidar su control sobre todo el Sáhara Occidental.
En ciudades como Dajla (antigua Villa Cisneros) o El Aaiún (capital de iure del Sáhara) —destacó en fecha reciente la publicación española El Confidencial— Rabat ya ha impulsado ambiciosos planes urbanísticos e inmobiliarios destinados a atraer turismo e inversión extranjera en un territorio que la República Árabe Saharui (RASD) reclama como propio y que Marruecos ocupa desde 1975, cuando lanzó la llamada Marcha Verde.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el viernes una resolución, patrocinada por Estados Unidos, con 11 votos a favor, mientras que Rusia, China y Pakistán se abstuvieron. Argelia, que apoya al movimiento nacionalista independentista Frente Polisario, no votó.
La medida, según los expertos, supone un cambio significativo en el respaldo internacional a la reivindicación marroquí de este desierto costero rico en fosfatos.
A decir de algunos especialistas del tema, se trata de un hito en casi 50 años de un conflicto entre el Frente Polisario, que defiende la independencia, y Marruecos.
«Estamos viviendo un momento crucial y un punto de inflexión decisivo en la historia del Marruecos moderno: a partir de ahora, habrá un antes y un después del 31 de octubre de 2025», así calificó el rey Mohammed VI la resolución que fue aprobada por el Consejo de Seguridad, que renovó durante un año la misión de la MINURSO y tomó como base la propuesta de autonomía de Marruecos, que presentó en 2007 como solución al conflicto sobre la excolonia española que cumple medio siglo.
En su discurso, Mohamed VI indicó que se procederá a «actualizar y detallar» la iniciativa marroquí de autonomía para «su posterior presentación» ante la ONU, calificándola de «solución realista y aplicable, que servirá de base exclusiva para la negociación».
El monarca destacó el creciente apoyo internacional a la iniciativa y agradeció especialmente al presidente estadounidense, Donald Trump, quien reconoció en 2020 la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, y a Francia, que dio el mismo paso en 2024.
Por otra parte, Mohamed VI tendió la mano al presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, invitándole a un «diálogo fraternal y sincero» para «superar las diferencias» y «sentar las bases de nuevas relaciones basadas en la confianza, la fraternidad y la buena vecindad».
Las dos potencias del Magreb mantienen una rivalidad histórica agravada por el conflicto del Sáhara Occidental que terminó con una ruptura diplomática en 2021.
Argelia acoge los campamentos saharuis en su territorio en Tinduf y apoya al independentista Frente Polisario, que disputa la soberanía del territorio con Marruecos y sostiene la necesidad de un referéndum de autodeterminación como opción de solución.
Por su parte, el Frente Polisario rechazó participar en negociaciones basadas en «propuestas» que «legitimen» la «ocupación marroquí» del Sáhara Occidental y les «prive» del derecho a la autodeterminación», ante la resolución aprobada en el Consejo de Seguridad de la ONU.
«El Frente Polisario afirma que los enfoques unilaterales que buscan sacrificar el Estado de derecho, la justicia y la paz por intereses políticos a corto plazo no harán sino agravar el conflicto», declaró el movimiento independentista saharaui en un comunicado.
La mención del «derecho a la autodeterminación» en la resolución final – que no aparecía en el primer borrador presentado por Washington- supone para el Polisario «una respuesta clara a los intentos» de Rabat por «liquidar definitivamente el conflicto a su favor» en el Consejo, «con el fuerte apoyo de algunas potencias».
Sin embargo, el Polisario consideró que la resolución final intenta impulsar «una desviación peligrosa y sin precedentes» de los fundamentos adoptados hasta ahora por el Consejo y que incluye «elementos» que violan el estatus internacional del Sáhara Occidental como territorio pendiente de descolonización.
El Polisario recordó las manifestaciones registradas esta semana -durante la negociación de la resolución- de saharauis que reivindicaron el derecho a la autodeterminación, mediante la celebración de un referendo, un extremo que consideran «innegociable».
Por su parte, el representante argelino, Amar Bendjama, afirmó que su país no participó de la votación porque «no refleja de manera fidedigna la doctrina de Naciones Unidas en materia de descolonización».
«Es la puesta en práctica de esta doctrina lo que permitió a numerosas naciones estar aquí hoy representadas en la ONU.
Reconocemos abiertamente que se han aportado al texto mejoras sustantivas, como que se busque una solución justa y duradera al conflicto, que se consagre el derecho inalienable del pueblo saharaui a la libre determinación y que se implique a las partes de buena fe y sin condiciones previas bajo el patrocinio de la ONU», añadió.
No obstante, dijo que el texto «sigue adoleciendo de deficiencias» porque «se queda muy corto respecto a las aspiraciones legítimas del pueblo saharaui, un pueblo que desde hace 50 años practica la resistencia para poder tener voz y voto sobre su propio destino».
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