Aunque los mecanismos cerebrales relacionados con la depresión y la ansiedad no están completamente claros, varias investigaciones identifican una combinación de eventos cotidianos estresantes con factores biológicos predisponentes a nivel genético, que influyen en la respuesta del organismo a los fármacos antidepresivos.
Estudios de la Universidad de Columbia confirmaron cierta relación causal entre el nivel de células autorreceptoras de serotonina (la 5-HT1A, ubicada en las propias neuronas productoras de la hormona) con la capacidad de resistencia individual en condiciones de estrés y la reacción a los tratamientos con antidepresivos.
Según los nuevos resultados, una alteración genética identificada hace poco en humanos podría estar regulando los niveles de estos autorreceptores, encargados de inhibir la liberación de serotonina y su acción en zonas diana del cerebro (heterorreceptores).
En el estudio se comprobó que ratones con gran cantidad de autorreceptores mostraban una respuesta psicológica débil al estrés agudo y ninguna respuesta comportamental al tratamiento, pero si primero se les reducía el nivel de autorreceptores sin alterar los heterorreceptores mejoraba su reacción a los fármacos, lo cual abre nuevas posibilidades a los protocolos terapéuticos de la depresión en el futuro.
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