La aplicación de aprendizaje de idiomas más popular del mundo ha anunciado un gran giro hacia el uso de la inteligencia artificial generativa, una tendencia que podría ser seguida por muchas otras empresas y pone en riesgo no solo puestos de trabajo, sino la creatividad humana misma
Durante los últimos 30 años, la economía global se ha construido alrededor de internet, con el ser humano como su centro, imprescindible para su crecimiento gracias a sus ideas y creatividad. Sin embargo, este panorama podría comenzar a cambiar muy pronto, pues no son pocas las empresas que empiezan a emplear la inteligencia artificial generativa para sustituir a los seres humanos.
El caso más reciente es el de Duolingo, la popular aplicación para el aprendizaje de idiomas. Casi en silencio, como si fuera un paso técnico, la empresa anunció que sustituirá parte de su red de colaboradores externos por IA generativa. Luis von Ahn, director ejecutivo de Duolingo, así lo anunció en un correo interno que publicó luego en LinkedIn. «Al igual que las apuestas por los móviles en 2012 marcaron la diferencia,
ahora estamos haciendo un llamado similar. Esta vez, el cambio de plataforma es la IA», indicó la empresa en el comunicado.
«Lo he dicho en sesiones de preguntas y respuestas y en muchas reuniones, pero quiero hacerlo oficial: Duolingo priorizará la IA», inicia la comunicación de Von Ahn. «La IA ya está cambiando la forma de trabajar. No es cuestión de si lo hará o cuándo. Está sucediendo ahora. Cuando hay un cambio tan grande, lo peor que se puede hacer es esperar. En 2012, apostamos por la tecnología móvil. Mientras otros se centraban en aplicaciones móviles complementarias para sitios web, decidimos desarrollar la tecnología móvil porque vimos que era el futuro.
Esa decisión nos ayudó a ganar el premio a la Aplicación del Año para iPhone en 2013 y a impulsar el consiguiente crecimiento orgánico de boca en boca», recordó. «Apostar por la tecnología móvil marcó la diferencia. Ahora estamos haciendo una decisión similar, y esta vez el cambio de plataforma es la IA».
Von Ahn argumenta que «la IA no solo aumenta la productividad. Nos ayuda a acercarnos a nuestra misión. Para enseñar bien, necesitamos crear una cantidad masiva de contenido, y hacerlo manualmente no escala. Una de las mejores decisiones que tomamos recientemente fue remplazar un proceso lento y manual de creación de contenido por uno impulsado por la IA.
Sin IA, nos llevaría décadas escalar nuestro contenido a más estudiantes». «Priorizar la IA significa que tendremos que replantearnos gran parte de nuestra forma de trabajar. Realizar pequeños ajustes a sistemas diseñados para humanos no nos llevará a ello. En muchos casos, tendremos que empezar de cero. No vamos a reconstruir todo de la noche a la mañana, y algunas cosas, como lograr que la IA comprenda nuestro código base, llevarán tiempo. Sin embargo, no podemos esperar a que la tecnología sea ciento por ciento perfecta. Preferimos actuar con urgencia y aceptar pequeñas pérdidas ocasionales en la calidad que avanzar lentamente y perder el momento», subrayó el Director Ejecutivo. Detrás de sus palabras
hay implicaciones todavía más grandes.
No se trata de Duolingo y su nueva estrategia. Es el tipo de mundo hacia el que nos dirigimos o que, acaso, ya habitamos. Porque lo que ha hecho esa empresa no es automatizar tareas. Es poner en práctica que, en ciertas industrias, el talento humano ya no es condición necesaria para crear valor a escala. Lo que antes era lento, costoso y artesanal —crear contenidos formativos— ahora se puede sintetizar en masa y en segundos sin que medie el ser humano, y ello significa reducción de nóminas, cero agotamiento o exigencias creativas.
Es este el inicio de la separación entre valor digital y aportación humana directa. Un nuevo punto de partida. Porque la IA generativa no solo remplaza tareas, sino que reconstruye la frontera del mérito. Saber hacer algo bien ya no basta. Si una máquina puede hacerlo
«suficientemente bien», quizá usted y yo estemos fuera del mapa. Aunque nuestra versión sea mejor y tenga un mejor criterio.
El diferencial cualitativo ya no compensa el salto de velocidad y escala. Y en esa lógica, el talento deja de ser un activo protegido. Se vuelve opcional, como reflexionan en el sitio web Xataka. Duolingo no es el único. Hay empresas que ya no contratan si antes no automatizan, como
Shopify. Hay departamentos en los que se mide cuánto valor aportas con IA, no sin ella. Y un nuevo tipo de trabajador que debe demostrar que sigue siendo competitivo frente a una máquina.
El 41 por ciento de los empleadores tienen la intención de reducir su fuerza laboral a medida que la IA automatiza ciertas tareas, según mostró el pasado enero una encuesta del Foro Económico Mundial (FEM), citada por CNN. De los cientos de grandes empresas encuestadas en todo el mundo, el 77 por ciento también dijo, hace apenas unos meses, que planea volver a capacitar y mejorar las habilidades de sus trabajadores existentes entre 2025 y 2030 para trabajar mejor junto con la IA.
A diferencia de la edición anterior de esta encuesta, realizada en 2023, la de este año no dijo que se esperaba que la mayoría de las tecnologías, incluida la IA, fueran «un resultado positivo neto» para las cifras de empleo.
Los avances en IA y energía renovable están reconfigurando el mercado laboral, impulsando un aumento en la demanda de muchas tecnologías o puestos especializados mientras que aceleran la disminución de otros, como los diseñadores gráficos, dice el citado informe.
En el texto, Saadia Zahidi, directora general del Foro, destacó el papel de la IA generativa en la reconfiguración de industrias y tareas en todos los sectores. Esta tecnología puede crear texto original, imágenes y otros contenidos en respuesta a las indicaciones de los usuarios. Quizá por ello los empleados de servicios postales, secretarios ejecutivos y empleados de oficinas se encuentran entre los trabajos que los empleadores esperan recortar con mayor rapidez en los próximos años, ya sea debido a la propagación de la IA o a otras tendencias,
considera el texto.
La presencia de diseñadores gráficos y secretarios legales está entre los diez puestos de trabajo con mayor declive, una predicción por primera vez que no se vio en ediciones anteriores del informe sobre el futuro de los empleos. Por el contrario, las habilidades en IA son cada vez más demandadas. Cerca del 70 por ciento de las empresas planean contratar nuevos trabajadores con habilidades para diseñar herramientas y mejoras de IA, y el 62 por ciento tiene la intención de contratar a más personas con habilidades para trabajar mejor junto con la IA.
En un tono ¿optimista?, el informe afirma que el principal impacto de tecnologías como la IA generativa en los empleos podría residir en su potencial para «aumentar» las habilidades humanas a través de la «colaboración hombre-máquina», en lugar de en un remplazo directo, «particularmente dada la importancia continua de las habilidades centradas en el ser humano».
Sin embargo, muchos trabajadores ya han sido remplazados por la IA. A lo que piensa hacer Duolingo y hace Shopify, se suma, por ejemplo, el servicio de almacenamiento de archivos Dropbox, y hace un tiempo Klarna, una empresa sueca del sector fintech, informó que la IA
sustituyó repentinamente a 700 de sus empleados.
Este momento marca una ruptura. La creatividad, durante décadas, fue un bastión contra lo automatizable. Ahora está amenazada. Y eso lleva a una pregunta todavía más incomoda: si el talento ya no es imprescindible, ¿cuál es el lugar del trabajo humano en la economía digital?