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Patricia se degrada a depresión tropical en México

Unas horas después de que el fenómeno tocara tierra, los reportes de  autoridades locales daban cuenta solo de daños materiales como derribo de  árboles y postes en las calles, deslaves en carreteras, subida en los niveles  de ríos y represas y destrucción de cultivos

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Juventud Rebelde

PUERTO VALLARTA, México,  octubre 24. —Patricia, señalado como  el mayor huracán registrado por la meteorología, perdía fuerza rápidamente este  sábado para degradarse a depresión tropical al internarse en México, donde sus  lluvias intensas causaron algunas inundaciones y deslaves pero daños menores a  lo previsto, reportó AFP.

Unas horas después de que el fenómeno tocara tierra, los reportes de  autoridades locales daban cuenta solo de daños materiales como derribo de  árboles y postes en las calles, deslaves en carreteras, subida en los niveles  de ríos y represas y destrucción de cultivos.

Según un reporte emitido a las 14h30 GMT del Centro Nacional de Huracanas  de Estados Unidos (NHC), los vientos máximos sostenidos de Patricia eran de 55  km/h cuando se encontraba a 155 km al noreste de Zacatecas (norte) y se espera  que esta tarde o noche se disipe en el noreste de México, aunque sigue  amenazando con provocar intensas precipitaciones.

En el centro vacacional de Puerto Vallarta (oeste), donde el viernes se  estimaba había 21.000 turistas nacionales y 7.000 extranjeros, aunque muchos  salieron, la circulación había sido reabierta la mañana de este sábado en el  Malecón y algunos negocios ya habían abierto, constató la AFP.

En una banca del Malecón, Francisco Javier Quintero respira ya tranquilo  luego de una noche de angustia, mientras envía por teléfono fotos a sus amigos  para mostrarles que el sitio está intacto.

Las calles lucían con algunos charcos pero libres de obstáculos para el  transporte público que reanudó su servicio a medida que este puerto vacacional  del estado de Jalisco (oeste) volvía a la normalidad luego de que la tarde del  viernes quedó prácticamente desierto.

En su balance inicial, autoridades locales y federales han señalado que  Patricia ha causado daños materiales menores a lo esperado y no se han  reportado ni muertos ni heridos en las poblaciones en la zona de impacto del  fenómeno, principalmente los estados costeros de Jalisco, Nayarit y Colima.

«Los primeros reportes confirman que los daños han sido menores a los  correspondientes a un huracán de esta magnitud», dijo en la noche del viernes  el presidente Enrique Peña Nieto en un mensaje televisado, en el que pidió de  todas formas no «bajar la guardia».

 

En su recorrido final por el Pacífico, Patricia registró vientos máximos  sostenidos de 325 km/h, lo que lo hacía el mayor huracán registrado en la  historia de la meteorología mundial, superior al tifón Haiyan que en 2013  devastó Filipinas.

El fenómeno fue considerado como potencialmente catastrófico pero tras  tocar tierra en una zona poco poblada de Jalisco como huracán 5, nivel máximo  de la escala Saffir-Simpson, se topó con la Sierra Madre Occidental y  rápidamente empezó a perder fuerza para pasar a tormenta tropical la mañana del  sábado y en unas tres horas a depresión.

El sábado Patricia desataba intensas precipitaciones en el oeste y norte  del país, principalmente Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero y no se  descarta el riesgo de que provoque inundaciones y deslaves a su paso.

En otro punto de Jalisco, donde la noche del viernes había 6.333 personas  en albergues, se desbordó el río Atenguillo afectando 20 casas de una comunidad  de unos 4.000 habitantes, según reportes de autoridades de protección civil  locales.

En la carretera que une a la ciudad de Colima con el puerto de Manzanillo  (oeste) se observaron algunos encharcamientos de hasta 30 centímetros, rocas de  mediano tamaño producto de deslaves y decenas de árboles doblados o caídos y  anuncios derribados, pero nada que impidiera el paso de vehículos.

Por su ubicación geográfica, México es susceptible de ser golpeado entre  mayo y noviembre por huracanes tanto en su costa del Pacífico como del  Atlántico.

En 2013, mientras el huracán Manuel golpeaba por el Pacífico, la zona del  Atlántico era azotada por el ciclón Ingrid, dejando ambos fenómenos 157 muertos  y al menos 1,7 millones de damnificados.

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