Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tacañerías en la Cumbre excluyente de Biden

El mandatario estadounidense inauguró la víspera lo que, de antemano, se ha definido como un encuentro fracasado

Autor:

Juana Carrasco Martín

Tras dos años y medio de la pandemia que hasta la fecha  se ha llevado a 2 700 000 latinoamericanos y caribeños (40 por ciento de las muertes provocadas por la COVID-19 en el mundo) Estados Unidos aprovecha la tarima que el presidente Biden se construyó en Los Ángeles bajo la llamada 9na. Cumbre de las Américas y anunció a bombo y platillo un nuevo Cuerpo de Salud de las Américas para capacitar, dicen, a 500 000 trabajadores sanitarios en la región junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Cuba podría servirle de asesora con tantos años de experiencia demostrada en la formación de miles de médicos, incluso varios centenares de ellos procedentes de barrios pobres de Estados Unidos, en la Escuela Latinoamericana de Medicina; y con las brigadas Henry Reeve, que han acompañado nuestras misiones médicas permanentes en unos cuantos países de la región, donde también se distribuyeron las vacunas anti-COVID-19 cubanas, de efectividad más que comprobada. Pero se pierden la experiencia porque Cuba es una de las naciones no convidadas al evento publicitario bideniano.

Por cierto, esa capacitación costará 100 millones de dólares, pero el vecino norteño solo dará una parte no especificada de esa suma, y una se pregunta cómo ha podido ser tan tacaño el personaje de la Casa Blanca cuando ha destinado en lo que va de año 53 000 millones de dólares para armar a Ucrania como punta de lanza en la frontera rusa.

Si no bastara con lo que se asemeja mucho más a una burla que a una «colaboración» del poderoso, otras engañifas salen a relucir en cuanto se conoce algún que otro pormenor de ese «altruismo» retardado.

No es para formar un nuevo y poderoso ejército de batas blanca made in USA, se trata sobre todo de «brindar habilidades más avanzadas a los trabajadores de la salud existentes (…) en el ámbito de la investigación, la prestación de servicios y, hasta cierto punto, la administración de la salud pública». Dice la información de la agencia EFE publicada por La Jornada, que así lo explicó una funcionaria gubernamental que ha pedido el anonimato durante una teleconferencia; sin embargo, el propio secretario de Estado, Antony Blinken, lo corroboró en conferencia de prensa, reconociendo ahora las muchas disparidades de la región y en cuanto a la resiliencia en la salud, y dándole protagonismo al sector privado, habló del medio millón de capacitaciones que harán la diferencia «si se despliegan efectivamente en todo nuestro hemisferio para elevar el nivel básico de los servicios de salud», y cerró la cuestión porque «el Presidente (Biden, por supuesto) va a abordar algo de eso».

Además, el susodicho Cuerpo de Salud funcionará como un consorcio —lo que ya huele a negocios por el medio—, y «se asociará con instituciones académicas en Estados Unidos y en toda la región para aprovechar y ampliar los programas de capacitación existentes del Gobierno de Estados Unidos y la OPS.

¡Madre mía!, hasta mi abuela se hubiera dado cuenta de inmediato de la tomadura de pelo que, de hecho, ha servido de «alfombra roja» para la llegada del presidente Biden, quien dejó inaugurado el cónclave al que no asisten varios mandatarios de la región, tres excluidos por el anfitrión Estados Unidos (Cuba, Venezuela y Nicaragua, orgullosos de estar en la lista negativa de Washington por defender soberanía e independencia) y otros por decisión propia (México, Bolivia, Guatemala, Honduras y El Salvador). Tampoco está el presidente de Uruguay.

Llama la atención que varios de los ausentes son jefes de Estado de los países centroamericanos, origen principal de la migración irregular hacia Estados Unidos, y territorio de tránsito, cuando se supone que ese es uno de los puntos de la agenda de este encuentro angelino que muchos definieron desde antes como «la Cumbre del fracaso».

 Vale resaltar que cuando el foro auspiciado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, un títere al servicio de EE. UU., se iniciaba este miércoles, unos 15 000 migrantes en caravana avanzaban con destino a Estados Unidos, que según France 24 ya les había dado una respuesta dura y concreta por intermedio de Brian Nichols, subsecretario estadounidense para América Latina: «La frontera está cerrada, no se arriesguen».

Llama la atención  que Nichols le aseguró a EFE que esperaban cerrar el Acuerdo de Los Ángeles para Migración y Protección, que conlleva una inversión de recursos en los países que están en lucha contra la inmigración irregular, y cualquiera podría considerar que están pasándole la «bola» a terceros, pues apuntó en la entrevista que están hablando con «una cantidad importante de países de nuestro hemisferio y de otras partes del mundo» para promover oportunidades, recibir refugiados y ayudar poblaciones en riesgo en sus propios territorios.

Del asunto se encarga la vicepresidenta Kamala Harris, quien no ha tenido muchos resultados de sus viajes a la vecina región sureña.

Biden llega con «esperanzas»

A pesar de esos inconvenientes, Biden se ufanó en un tuit: Estoy de camino a Los Ángeles para ser sede de la 9na. Cumbre de las Américas. Espero con interés trabajar con líderes de todo el Hemisferio Occidental para fortalecer nuestros lazos y abordar nuestros desafíos centrales, desde la prosperidad económica y el cambio climático hasta la migración y la COVID-19.

El Presidente de EE. UU. llegó a Los Ángeles poco después de las 4:30 p.m. para pronunciar el discurso inaugural de su Cumbre en el que, según CNN, se centró en parte en un nuevo plan económico para la región; sin embargo, la televisora entrevistó a Marcelo Giugale, exdirector de política económica del Banco Mundial y hoy profesor de la Universidad Georgetown, quien dijo ver pocas esperanzas de un acuerdo que saque a la región de la turbulencia económica.

Aseguraba la cadena televisiva que Biden daría a conocer la llamada «asociación de las Américas» que se centrará en cinco temas, incluida la recuperación económica, la movilización de inversiones, las cadenas de suministro, la energía limpia y el comercio, «todo con la esperanza de fortalecer las asociaciones estadounidenses en una región que muchos líderes estadounidenses han sido acusados de ignorar».

A seguir de cerca este encuentrito, ya veremos qué dicen los latinoamericanos y caribeños. Les mantendremos informados.

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