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Terremoto en Afganistán. Autor: AP Publicado: 22/06/2022 | 10:51 pm
KABUL, junio 22.— A más de mil se elevaba el número de víctimas fatales como resultado del terremoto de 6,1 grados que asoló las provincias afganas de Paktika y Khost en la madrugada, pero se estimaba que el saldo aumentará pues faltaban por contabilizar otras ciudades, además de que el sismo también se sintió en India y Pakistán.
Aunque en un inicio las autoridades afganas calcularon los muertos en un centenar, solo en Paktiká, la localidad más afectada, los funcionarios del lugar contabilizaban, pocas horas después, más de mil personas fallecidas y más de 1 500 heridos, tomando en cuenta apenas dos de sus distritos, Gatan y Barmal, según reportó la agencia afgana de noticias Bakhtar.
A esas horas aún no había noticias exactas acerca de los daños en el adyacente territorio de Khost donde, según la fuente, se localizó el epicentro del temblor, aunque el servicio geológico de EE. UU. dijo que el epicentro se ubica a 44 kilómetros de la ciudad y a 51 kilómetros de profundidad.
Los rescatistas estaban llegando en helicópteros de las fuerzas de seguridad afganas, pero funcionarios locales estimaron que el número de muertos seguiría aumentando si el ejecutivo no enviaba ayuda de emergencia.
En un comunicado, el portavoz del Gobierno talibán, Bilal Karimi, instó a las agencias de ayuda a enviar equipos a las áreas afectadas para evitar «más catástrofes».
Según reportó IPS, las agencias de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas se movilizaban para cooperar en las labores de rescate, y equipos móviles de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) ya habían llegado este miércoles con primeros auxilios para las castigadas provincias de Paktiká y Khost.
Pero los trabajadores humanitarios carecen del equipamiento necesario para sacar los cuerpos de debajo de los escombros de los centenares de casas derruidas por el sismo, dijo el despacho, que citó a Ramiz Alakbarov, coordinador
residente de la ONU en Afganistán, al subrayar que las actuales condiciones climáticas de esa nación —lluvia, viento y nieve— dificultan las tareas de rescate.
Alakbarov mostró preocupación por la posible propagación de enfermedades una vez que centenares de familias afectadas sean colocadas en refugios temporales, agregó la nota.
Para ayudas inmediatas se requieren unos 15 millones de dólares, puntualizó el funcionario quien, no obstante, manifestó desconocer «la cifra que se necesitará a partir de mañana», una expresión que refleja cuánto queda por ver cuando se realicen las valoraciones finales de daños.
En un llamado a la cooperación, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó que «contamos con la comunidad internacional para que ayude a los cientos de familias afectadas por este último desastre. Ahora es el momento de la solidaridad», exhortó, según IPS.
También el líder supremo de los talibanes, el mulá Hibatullah Akhundzada, se pronunció por la ayuda. «Pedimos a la comunidad internacional, las
organizaciones caritativas y todas las organizaciones humanitarias que ayuden al pueblo de Afganistán a hacer frente a esta gran tragedia», solicitó en un comunicado, donde antes aseveró que las autoridades del país «adoptarán todas las medidas necesarias para evacuar a los mártires y transportar y atender a los heridos», así como para «dar una ayuda inmediata a las personas afectadas».
Observadores recordaron que el territorio afgano y la región del sur de Asia, a los pies del macizo de Hindu Kush, donde se encuentran las placas tectónicas india y euroasiática, han sido vulnerables a terremotos devastadores durante mucho tiempo y evocaron el sismo de 5,3 grados que sacudió al noroeste de Afganistán a mediados de enero pasado, con saldo de más de 25 fallecidos en la provincia de Badghis.
También en octubre de 2015 un sismo de 7,7 grados con epicentro en el extremo nororiental del país dejó más de un centenar de muertos en Afganistán y casi 300 fallecidos en el vecino Pakistán, donde se registraron también más de 2 000 heridos.
Ahora, los acontecimientos tienen lugar en una nación que atraviesa una crisis financiera y humanitaria, provocada por el bloqueo de millones de haberes en el extranjero y la suspensión de la ayuda internacional, a raíz de la toma del poder por los talibanes.
