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Cuba tiene las condiciones para ser sede del tercer ciclo de la Mesa de Diálogos Gobierno de Colombia-ELN

Entrevista de Cubaminrex a Eugenio Martínez Enríquez,  director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba

Autor:

Juventud Rebelde

¿Qué significa que Cuba sea país garante de la Mesa de Diálogos de Paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)?

El Gobierno de Colombia y el ELN han solicitado a varios países que asuman un papel en la Mesa de Diálogos en una condición que han denominado “Garantes”. El Garante tiene varias funciones.

¿Qué hace un país garante?

Por invitación del Gobierno de Colombia y del ELN, los países garantes participan de forma presencial en la Mesa de Diálogos y hacen una contribución diplomática y política a la construcción de la paz en Colombia.

Actúan como depositarios o testigos de los compromisos, entendidos y acuerdos entre las partes, los cuales por cierto subscriben. Sirven de sede para los ciclos de reuniones de trabajo. Apoyan el cumplimiento de los acuerdos y compromisos e interponen sus buenos oficios, a solicitud de las partes, en situaciones de controversias. También acompañan físicamente a la delegación del ELN en los traslados.

A Cuba se le pidió por ambas partes ser Garante y aceptóٙ. De hecho, en las discusiones exploratorias en la Mesa, las partes dijeron que Cuba, Noruega y Venezuela, a diferencia de otros países, mantuvieron sus compromisos y condición de Garantes, a pesar de que la Mesa se levantó unilateralmente por el anterior Gobierno de Colombia, en 2019.

Para Cuba, ser Garante es una alta responsabilidad y un reconocimiento al desempeño imparcial, responsable, profesional y discreto que ha tenido siempre nuestro país en el interés de encontrar una solución política al conflicto en Colombia para alcanzar la paz.

Debo significar que los primeros contactos entre el Gobierno de Colombia que asumió en agosto de 2022 y el ELN, se produjeron en La Habana. Posteriormente, hubo reuniones exploratorias en Caracas, donde se reinstaló la Mesa en su primer ciclo. 

En ese momento había tres países garantes: Noruega, Venezuela y Cuba, y dos acompañantes permanentes: la Conferencia Episcopal de Colombia y el Representante del Secretario General de la ONU en Colombia.

Durante los dos ciclos transcurridos se han incorporado como países garantes México, Chile y Brasil, de manera que ahora son seis los países garantes.

Hay otra categoría que las partes denominan Grupo de Países de Acompañamiento, Apoyo y Cooperación. En este están Suecia, Suiza, Alemania y España.

¿Cuba será sede para lo que resta de la Mesa de Diálogos?

Está definido que Cuba es una sede alternativa, no hay una sede permanente de la Mesa.

Ser sede entraña una alta responsabilidad, que Cuba está en condiciones de cumplir por su experiencia en otros procesos de diálogos en los cuales las partes han reconocido su imparcialidad, discreción, profesionalidad y la seguridad y hospitalidad que ofrece nuestro país.

¿Cómo ve Cuba este proceso?

Cuba ha saludado los avances alcanzados hasta el momento. Es una esperanza y se aprecia como una oportunidad que se haya retomado esta Mesa de Diálogos. El pueblo colombiano quiere y merece la paz y Cuba tiene la profunda convicción de que encontrará los caminos para alcanzarla. En todo lo que Cuba pueda ayudar, ahí estaremos.

El papel que desempeñó Cuba y que desempeña en este proceso se basa en el más estricto respeto al consentimiento y acuerdos específicos alcanzados entre el Gobierno de Colombia y el ELN y continuará apoyando y contribuyendo, de conjunto con los demás países garantes, acompañantes y otros actores.

Por cierto, el anterior Gobierno de Colombia manipuló la actitud y la contribución de Cuba y lo hizo de forma ingrata. Cuba cumplió lo acordado entre el Gobierno de Colombia y el ELN, más otros seis países, que se habían comprometido mediante un Protocolo firmado por todos, que en caso de ruptura de las conversaciones, una de las partes, la Delegación del ELN, debía regresar de forma segura a territorio colombiano.

En cambio, el Gobierno de Colombia de entonces tomó una decisión insólita y políticamente insostenible: demandó a Cuba entregar a la mayor parte de esa Delegación para ser encarcelados o sometidos a procesos penales.

Cuba no accedió a estas demandas, que se apartaban de lo acordado y de la práctica internacional en todos los procesos de diálogos. Aquí apareció la intromisión injusta de los Estados Unidos, que utilizó esta actitud de Cuba apegada a derecho como pretexto para declarar arbitraria e infundadamente a nuestro país como un Estado que patrocina el terrorismo. Una burda mentira.   

Con toda modestia me atrevo a decir que de Cuba no haber cumplido lo acordado, hubiera sido difícil que se crearan todas las condiciones para reinstalar la Mesa. ¡Imagínese usted que Cuba hubiese entregado al anterior Gobierno de Colombia a la Delegación del ELN que hoy se sienta a dialogar en México con el nuevo gobierno colombiano y que regresará en breve a La Habana! ¿Se podría confiar de nuevo en algún país como garante o sede de la Mesa?

(Tomado de CubaMinrex)

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