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Los miembros de Mercosur han defendido el derecho de las naciones en vías de desarrollo de diversificar su comerico exterior. En la imagen Lula y la representante de la UE Ursula von der Leyen. Autor: Canal 26 Publicado: 04/07/2023 | 08:44 pm
BUENOS AIRES, junio 4.— El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó al Mercado Común del Sur (Mercosur) a presentar una respuesta rápida y contundente a las condiciones de la Unión Europea (UE) para un acuerdo de libre comercio que se gestiona hace dos décadas.
«El instrumento adicional presentado por la Unión Europea en marzo de este año es inaceptable. Los socios estratégicos no negocian sobre la base de la desconfianza y la amenaza de sanciones», afirmó Lula tras asumir la presidencia protémpore del grupo durante la Cumbre que tenía lugar precisamente este martes, en la localidad argentina de Puerto Iguazú.
Las tratativas habían llegado casi a acuerdo en 2019 y quedaban solo asuntos pendientes, pero una carta para el cierre del compromiso por parte de la UE donde se prevén sanciones en cuestiones ambientales, ha estancado las negociaciones.
Lula afirmo que el Mercosur no tiene interés «en acuerdos que nos condenen al eterno papel de exportadores de materias primas, minerales y petróleo», reportó PL. No obstante, manifestó su interés y compromiso en concluir las negociaciones con el bloque europeo, pero enfatizó que este debe ser equilibrado y asegurar el espacio necesario para la adopción de políticas públicas en pro de la integración productiva y la reindustrialización, refirió.
También su par argentino, Alberto Fernández, dijo apostar por un resultado «equilibrado» en las negociaciones comerciales con la UE y señaló el proteccionismo de los europeos, reseñó Telesur.
«En más de una ocasión hemos cuestionado el acuerdo tal y como fue suscrito a mediados del 2019, abundó Fernández. Se trata de dudas y reparos que veníamos planteando, tanto dentro de nuestro bloque como a nuestras contrapartes. Tenemos una visión crítica de lo que se acordó entonces».
A ello añadió que «La presentación de nuevas demandas en materia ambiental por parte de la UE y luego de prácticamente cuatro años, durante los cuales el proceso negociador estuvo virtualmente detenido por diferencias políticas internas de Europa, nos presenta una visión parcial del desarrollo sostenible», afirmó.
Esta cita presidencial del Mercosur es la primera de modo presencial en cuatro años y de algún modo marca una suerte de relanzamiento de uno de los esquemas integracionistas más antiguos de América Latina.
Observadores que siguieron la reunión de cancilleres previa a esta Cumbre también apuntaron que otro asunto pendiente para el Mercosur es la revisión del Régimen de Origen del Mercosur (ROM): el conjunto de requisitos y procedimientos para determinar si un producto puede ser considerado como originario del bloque y, por tanto, gozar de tratamiento preferencial, lo que incluye la eliminación de los aranceles que gravan el comercio intrarregional.
Ese aspecto ha constituido un obstáculo añejo para dinamizar el deficitario intercambio comercial entre los países miembros del bloque sudamericano, que ha impedido una real integración entre sus fundadores: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Lula afirmó durante su intervención de este martes que existen otras discusiones en curso sobre acuerdos comerciales con distintos países, además de nuevos frentes de negociación.
«Partiendo de estas premisas, vamos a revisar y avanzar en los acuerdos en negociación con Canadá, Corea del Sur y Singapur. Exploraremos nuevos frentes de negociación con socios como China, Indonesia, Vietnam y con países de Centroamérica y el Caribe», adelantó, según PL.
El Presidente brasileño, ahora al frente también del Mercosur, volvió a defender la adopción de una moneda común que no sea el dólar para transacciones comerciales entre naciones del Mercosur, una bandera que Lula ha enarbolado en otros ámbitos y contribuye a diversificar el uso de monedas distintas al dólar en las transacciones comerciales internacionales.
En este caso, Lula explicó que «la adopción de una moneda común para realizar operaciones de compensación entre nuestros países contribuirá a reducir costos y facilitar aún más la convergencia».
