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Biden sigue tiñendo sus manos con sangre derramada en Gaza

La resolución 2722 del Consejo de Seguridad de la ONU, diluido su contenido por la perversidad de Estados Unidos, apenas será un paliativo en el doloroso martirologio palestino

Autor:

Juana Carrasco Martín

LA maniobra dilatoria y arrogante de la Casa Blanca de Joe Biden en el Consejo de Seguridad de la ONU no solo constituye un insulto a la comunidad mundial, que en la Asamblea General votó TANTO por un alto al fuego humanitario en Gaza, es también burla y desprecio hacia una mayoría de estadounidenses que consideran necesario el cese de la masacre que ejecuta Israel contra el pueblo palestino desde el pasado 7 de octubre.

Aunque este viernes, tras casi una semana de negociaciones, se logró que el organismo de la ONU pasara una resolución sobre Gaza —con la abstención de Estados Unidos y Rusia, por motivos bien distantes y diferentes; Rusia consideró que el texto había sido «desdentado» por los cambios exigidos por Washington—, este es un documento diluido y prácticamente desecho, pues solo insta a ampliar el acceso de la ayuda humanitaria a una población que ya está en el umbral de la hambruna, sin agua potable, ni combustible, hospitales, medicinas, viviendas, ni comunicaciones, y, además, bajo bombardeos persistentes por aire y tierra, los que en las últimas 48 horas cobraron la vida de 390 palestinos y 734 resultaron heridos, para elevar la cifra de víctimas mortales en 77 días a 20 057 palestinos.

Linda Thomas-Greenfield, la embajadora de Estados Unidos en ONU, había ratificado la burla consumada en el Consejo de Seguridad, cuando a una interrogante de Al Jazeera daba esta grotesca respuesta: «Todos estamos trabajando para abordar las necesidades humanitarias sobre el terreno, y estamos trabajando para abordar esas necesidades de inmediato. De eso se trata esta resolución, de trabajar con las Naciones Unidas y ayudarlas a realizar el trabajo crítico que están haciendo sobre el terreno».

Tras la votación, Eli Cohen, el ministro de exteriores israelí, acentuaba la grosería cuando publicó más de un mensaje indignante en una de las redes sociales: «Israel continuará la guerra en Gaza hasta la liberación de todos los rehenes y la eliminación de Hamás en la Franja de Gaza. Israel seguirá actuando de acuerdo con el derecho internacional y seguirá filtrando toda la ayuda humanitaria a Gaza por razones de seguridad. La decisión del Consejo de Seguridad enfatiza la necesidad de garantizar que la ONU sea más eficiente en la transferencia de la ayuda humanitaria y de que la ayuda llegue a su destino y no termine en manos de los terroristas de Hamás.

Cuando menos se le debe calificar de insolente la frase de «seguiremos actuando de acuerdo con el derecho internacional», cuando estamos ante un crimen de genocidio, pues la matanza indiscriminada de civiles, la destrucción intencional de las viviendas, hospitales e instalaciones vitales, califican como crímenes de lesa humanidad.

Y cómo conceptuar la consideración sobre la capacidad de la ONU para hacer llegar la ayuda, de por sí insuficiente, a un pueblo que el régimen sionista pretende sepultar, por lo que limita la entrada de los camiones, chequea su contenido meticulosamente, retrasando intencionalmente su llegada, y al mismo tiempo bombardea esa zona en la frontera con Egipto, causando más muertes y el destrozo de las infraestructuras viales.

El jueves 21 de diciembre, cuatro personas murieron por un bombardeo del Ejército israelí en el cruce Kerem Shalom, único punto fronterizo por donde pasa ayuda humanitaria, y uno de los asesinados fue el director del cruce, coronel Basam Ghaben al Qasaq.

Resolución 2722, Antonio Guterres, el Secretario General de la ONU, volvió a pedir un alto el fuego inmediato. De inmediato, lo urgente, es que cesen las bombas y los disparos, para que pueda ser asistido un pueblo que está siendo diezmado.

«El verdadero problema —dijo Guterres—, es que la forma en que Israel está llevando a cabo su ofensiva está creando enormes obstáculos a la distribución de ayuda humanitaria dentro de Gaza»…«Una operación de ayuda eficaz en Gaza requiere seguridad, personal que pueda trabajar con seguridad, capacidad logística y la reanudación de la actividad comercial. Estos cuatro elementos no existen» continuó, instando a Israel a tomar medidas que eliminen las barreras en el camino de la distribución de la ayuda.

Estas son las circunstancias sobre el terreno, que Estados Unidos conoce bien y la maniatada comunidad internacional observa con espanto.

Pero la administración de Joe Biden, no tuvo que vetar, simplemente presionó lo suficiente para volver a vaciar las esencias del Consejo de Seguridad de la ONU. Las manos del presidente de Estados Unidos están tan ensangrentadas como las del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

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