Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Del Gobierno, la ciudadanía y la participación «electrónica»

Autor:

Liudmila Peña Herrera

Si nos atenemos a las últimas noticias sobre el despegue del llamado Gobierno electrónico en Cuba, internet se nos presenta como el escenario más actualizado para afrontar las múltiples y complejas gestiones cotidianas. 

Y aunque muchos duden cuando se les habla de solucionar, desde cualquier sitio de Cuba y a través de internet, asuntos comunes y corrientes, trámites, compra de boletos; o incluso de expresar quejas y denuncias ante ineficaces procederes institucionales o sociales, lo cierto es que nos encontramos unos pasos más cerca de aquello que parecía una utopía para esta Isla, donde el desarrollo tecnológico no nos llega a la misma velocidad que al mundo desarrollado.

Esta semana, mientras revisaba el Portal del Ciudadano de Holguín (http://holguin.gob.cu/es/), justo un mes después de su presentación oficial a los delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular —ya estaba en línea desde hacía varios días—, tuve la certeza de que, así como la comunicación se transforma debido al uso de las tecnologías informáticas, las vías de gestión de las preocupaciones y necesidades ciudadanas en Cuba van tomando un camino más moderno, imposible de imaginar para nuestros abuelos.

Ya lo saben —porque son testigos del cambio in situ— los que viven cerca de Adrián Fernández, quien escribió en el portal el pasado 3 de enero: «Los vecinos de la calle Arias, entre Carbó y Dositeo, seguimos sin recibir respuesta sobre el hueco, de casi un metro de diámetro, que alarma a todos por su peligrosidad».

Nueve horas después, Eudelio Ricardo Mondeja, delegado de la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos, le respondía que la preocupación había sido trasladada a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Holguín para su atención. Hubiera podido parecer que la «bola picaba y se extendía», porque como contó a Juventud Rebelde el mismo Adrián Fernández, «desde hace más de diez años, los vecinos escribieron al diario Granma, al periódico ¡Ahora!, a Telecristal, en fin… ya habían perdido la esperanza de solucionarlo». Sin embargo, cinco días después el problema dejaba de existir sin necesidad de papeleo, burocracia, salas de espera, viajes infructuosos… El canal de comunicación había resultado efectivo.

No quiero decir que las vías anteriormente utilizadas no sean eficaces en innumerables casos, sino que la queja, al quedar respondida, se convertía en ejemplo de la efectividad de la comunicación entre la ciudadanía y el Gobierno mediante internet, siempre que todos los actores que conforman ese dueto se encuentren en la misma sintonía. 

Con solo un mes de lanzado al «mar de las conexiones», el Portal del Ciudadano de Holguín había recibido, hasta el 16 de enero, 116 comentarios; 80 de estos relacionados con sectores claves para la sociedad, como Acueducto, Comercio, Planificación Física y Vivienda, entre otros. Para esa fecha, el 47,8 por ciento de ellos todavía no recibía respuesta, mas el hecho de que los holguineros escriban es una muestra de confianza y de participación.

¿Que no es suficiente? Es verdad. ¿Que los representantes de los organismos deberían responder a cada una de las preocupaciones a través de internet? Más que cierto.

Esta vía de comunicación no tiene mayor prioridad que la tradicional, pero sí representa otra forma de acceso a la información y supone una ruta adicional para reconfigurar el diálogo entre instituciones públicas, dirigentes, gobernantes y la población.

Lo que sí quisiera subrayar es que, a todos, de un lado u otro de las pantallas de los ordenadores o los dispositivos portátiles, nos hace falta aprovechar al máximo las potencialidades de los portales del ciudadano que hoy existen en el país. La información y la respuesta oportunas de los organismos de la Administración Central del Estado, así como las dudas, criterios y aportes que cada persona pueda tributar, favorecerán el logro de lo que preconizaba el internauta Armando Bruzón en el portal holguinero:

«Si esto no se queda en la superficie ni cae en la inercia y se convierte en un verdadero instrumento de Gobierno, donde las masas vean que realmente participan con sus ideas en el desarrollo y mejora continua de la sociedad, será un arma verdaderamente revolucionaria en el siglo XXI para el control de la calidad de todos los procesos, y para la lucha contra el burocratismo, el delito, la malversación y la corrupción, porque será un sitio ideal para denunciar todo tipo de desvío en la construcción del socialismo».

En la época de la comunicación instantánea y el intercambio ilimitado de información en el mundo, el uso de internet en Cuba no debería convertirse exclusivamente en fuente de conocimientos o en una manera de entretenerse o «pasar el rato». Si cada byte cuenta —en lo económico, quiero decir—, y las opciones para usarlo en función de administrar mejor el tiempo y gestionar asuntos con mayor facilidad comienzan a dar frutos, los ciudadanos «conectados» podríamos repensar nuestras prácticas frente a un navegador de internet. El ejercicio de gobierno no ha de ser una tarea individual, si la ciudadanía tiene acceso a un portal que es suyo, y en Holguín esta oportunidad ha comenzado con el pie derecho.

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