Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Que el arte y el amor nos acompañen siempre

Autor:

Yasel Toledo Garnache

Es imposible no sentir indignación por la suspensión de conciertos del dúo cubano Buena Fe en España. Pareciera casi ciencia ficción que bajo el pretexto de una supuesta defensa de la democracia se esté realizando esta campaña que incluye presiones y amenazas a dueños de los locales donde estaban previstas las presentaciones, pero todo es muy real.

Vuelve a pulular el odio, la indecencia y la antiética, sin apenas maquillaje. ¿Qué tipo de actitud es esa? ¿Acaso es posible comprenderla? ¿Alguien con un mínimo de sentido común, respeto a los demás y decencia podría apoyarla? ¿Cómo es posible tanto nivel de incoherencia, y enarbolar la «democracia» para prohibir y hostigar?

Llama la atención, aunque no sorprende, que eso lo hagan los mismos «activistas» que fingen defender la libertad de expresión, los mismos que supuestamente desean una Cuba mejor, que hablan de inclusión, pero que solo destilan odio y van por ahí excluyendo, acosando y pidiendo violencia, lo cual provoca hasta vergüenza.

Ahí están las publicaciones en varias redes sociales, exhortando a tirar huevos y excrementos, tratando de sembrar miedo y lograr más cancelaciones, como si se tratase de un juego maquiavélico o un show de los peores. ¿Esas son en verdad actitudes de personas dignas, de seres humanos que quieren a su país?

Los cubanos, en cualquier lugar donde estemos, debemos ser verdaderamente inclusivos, amar profundamente nuestra nación y su cultura, y ser respetuosos de todos los hijos de esa madre grande, que es Cuba, la cual debe recibir siempre todo el cariño, sin importar cómo pensemos. Ojalá podamos ser hermanos, aunque pensemos diferente, solo el respeto es indispensable. Y si en verdad deseamos que nuestra patria sea mejor, debemos contribuir a eso desde la solidaridad, la eliminación del odio, las presiones y todas las acciones que la bloquean no solamente en lo económico.

Hay una estrategia despiadada en contra de este archipiélago, su sistema social y todos los que decidimos ayudarlo desde adentro. Buena Fe, y en especial Israel Rojas
y Yoel Martínez, están recibiendo una especie de castigo por el compromiso social en su tierra natal. Eso, sin dudas, constituye otro capítulo en el afán de intimidar a todos los creadores que apoyan el proceso revolucionario en este país, o que al menos tienen una relación visible con sus instituciones.

Como expresaron en conferencia de prensa este 18 de mayo Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música, y Alexis Triana, director del Estudio Multimedial del Ministerio de Cultura, esto no comienza con Buena Fe ni es un caso aislado. Son varios los artistas y agrupaciones que ya han sufrido acciones de ese tipo, incluidos Los Van Van y Alexander Abreu y Havana D’Primera. Todo forma parte de una escalada que
pretende también el aislamiento cultural.

Buena Fe es uno de los objetivos preferidos por su popularidad desde hace más de una década dentro del público aquí y en otros países. Varias generaciones hemos disfrutado sus conciertos en universidades y plazas, en parques y grandes salas. Hace poco hicieron una gira, junto a otros artistas, por todas las provincias, y también obtuvieron premio en la fiesta del disco cubano, Cubadisco.

Esa agrupación ha estado también, por ejemplo, con una canción dedicada a los científicos y a propósito de las vacunas, que permitieron a esta nación sobrevivir a la COVID-19 con esfuerzos propios. En los momentos más difíciles no han renunciado a sus ideas, a expresar lo que sienten y en lo que creen, como lo hacen con críticas sociales en varias de sus canciones.

Es muy favorable que en Cuba y otros países muchas personas denunciemos estas cancelaciones y cualquier manifestación de acoso y amenaza. Esto se trata del más elemental derecho a cantar y a brindar la obra creativa de cada quien.

Ya la Unión de Escritores y Artistas de Cuba manifestó su solidaridad con Buena Fe, así como «el agradecimiento a tantísimos españoles y compatriotas residentes en España y otras partes del mundo que los han apoyado y se han pronunciado contra esta injusticia porque, como nosotros, creen en el poder de la poesía, de la canción y de la cultura como plataformas para el crecimiento espiritual y el entendimiento humano».

Desde la Asociación Hermanos Saíz, organización que agrupa a la vanguardia de jóvenes creadores, también se expresó indignación ante tales sucesos, con la certeza de que «el arte de los músicos y otros creadores cubanos debe llegar a todo el mundo como expresión de una riqueza cultural reconocida a nivel internacional y de un país que nunca renuncia a los sueños ni a la belleza».

Silvio Rodríguez, símbolo de la canción trovadoresca en el panorama internacional, también apoyó a los integrantes del dúo: «¿Será que algunos hacen uso de un respetable derecho a irse, pero no pueden soportar a los que se queden a luchar por un país mejor? ¿Será por vergüenza de ellos mismos, los que piden invasiones y bloqueos contra su propio pueblo? Insoportable para algunos el ejemplo moral de Buena Fe. Es comprensible», escribió el autor de varias canciones antológicas en la banda sonora del país caribeño.

Son tiempos complejos, de mucha dificultad más allá de lo aparente. En circunstancias así se deben enarbolar con más fuerza nuestras esencias como cubanos y ciudadanos en cualquier geografía. El arte, el amor y el decoro deben prevalecer siempre, no solamente por Buena Fe, sino por nosotros como individuos, como pueblo y por la humanidad toda.

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