HE copiado a Martí, y le he puesto el título a este artículo mucho antes de comenzarlo a escribir. No sé por qué lo he hecho, pero la verdad es que me salió de mi alma cubana.
Mi pueblo está pasando por una situación económica difícil, compleja, que me duele en lo más profundo. Cuando alguien se enfrenta a problemas sin que esté en sus manos resolverlos, se encuentra como si tuviera los brazos atados a la espalda. Un pueblo tan preparado, tan noble y solidario vive en una encrucijada y padece numerosas escaceces. Como cubano que ama a Cuba, eso me duele en lo más profundo.
Por más de 60 años la primera potencia mundial ha tenido puesta la rodilla en el cuello del pueblo cubano, por declararse libre, independiente y soberano. El águila imperial se posó en su cabeza para intentar aplastarlo, humillarlo y hacerlo sufrir, solamente por el hecho de demostrar su patriotismo.
Estados Unidos, contra viento y marea, contra el resto de los países del mundo, e incluso contra la mayoría de la opinión pública de sus ciudadanos, no ha cedido y ha seguido demostrando su fuerza y su odio en contra de la nación caribeña. Es una política inexplicable, irracional y de odio contra un pequeño país que está solamente a 90 millas de sus costas. Nunca un Gobierno norteamericano ha explicado el porqué de esta infame política.
Algunas veces he contado que en un desayuno en Miami le pregunté públicamente a Richard Nuccio, quien en aquel momento era el encargado de los asuntos cubanos en la Secretaría de Relaciones Exteriores en el Gobierno de Bill Clinton, y este, ni corto ni perezoso, me contestó: «Porque podemos». Es decir, porque les da la gana. Es difícil imaginar que un país tan poderoso, como lo es Estados Unidos, con un pueblo generoso y solidario, pueda tener mandatarios que desciendan a tan bajo nivel para hundir en la miseria a un noble pueblo que es su vecino.
¿Qué le ha hecho Cuba a Estados Unidos para merecerse tan cruel y alargado castigo? ¿Qué actos terroristas ha llevado a cabo Cuba contra el pueblo norteamericano? ¿En qué ha ofendido el pueblo cubano al estadounidense?
En realidad no ha existido ninguna respuesta racional por parte de las continuas administraciones norteamericanas. Por mucho que uno trate de buscar una luz
sobre este asunto es imposible encontrarla.
Sin embargo, desde el mismísimo triunfo de la Revolución, en enero de 1959, el Gobierno del entonces presidente Dwight D. Eisenhower enfocó los cañones al Gobierno cubano. A los pocos meses empezaron las amenazas, y muy pronto pasaron de las palabras a la acción y comenzaron las infiltraciones, los desembarcos de armas y explosivos, el fósforo vivo, los billetes cubanos falsos, los sabotajes, etc. En aquellos momentos, la mayor parte de las organizaciones que se enfrentaron al Gobierno revolucionario tenían, de una u otra forma, relaciones con los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Fue una época en que las bombas explotaban en La Habana como si fuera tiempo de carnaval y crecieron como la verdolaga grupos de guerrilleros en los campos y macizos montañosos de Cuba, que alcanzaron, como la corona, el desembarco por Playa Girón de una brigada de cubanos anticomunistas que fueron organizados, entrenados y desembarcados en las costas cubanas por la Agencia Central de Inteligencia, la famosa CIA.
A pesar de la difícil situación por la cual está atravesando el pueblo cubano, estoy seguro de que este la va a superar. El Gobierno está implantando serias transformaciones en la economía, el pueblo cubano siempre ha logrado superar las dificultades. Espero que más pronto que tarde el Gobierno de Estados Unidos flexibilice su criminal política hacia Cuba. Pero lo haga o no, hay que tener esperanza y pensar en aquello que dice que nunca es más oscura la noche como cuando va a amanecer.
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