Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El primer logro de las medidas

Autor:

Nelson García Santos

A veces, ofuscados ante tantos escollos, se nos escurren las evidencias de que en el discurso oficial no solo predomina el verbo en futuro (Vamos a hacer esto o aquello…), sino que también hay realizaciones en presente, pruebas fehacientes de cuánto y por dónde andamos.

Estos avances, por supuesto, son lo más impactante en cualquier sociedad, pero nunca llegarían sin estar precedidos por la planificación del modo de concretarlas. A sombrerazos solo se llega al fracaso de prisa. ¿Estamos de acuerdo? Presiento que sí.

Verdad verdadera que transformar la actual situación económica tampoco resulta una cuestión de coser y cantar. Implica afectaciones para la economía doméstica. Pero el primer logro de esa estrategia de tirar para la cuneta lo que nunca funcionó, fue empezar a hacer los cambios necesarios, unos ya concretados y otros en camino.

Nada llegó por impulso pasajero: se partió de una realidad bien estudiada y analizada, seleccionando las opciones de mayores posibilidades y, en especial, teniendo en la mente a los más vulnerables para protegerlos en la medida de lo posible.

Sin sorpresas se avanzó, con la explicación de cada una de las medidas, precedidas de los porqués y sus fines, incluido el cara a cara entre la población y las máximas autoridades del país.

Que todo el mundo no está de acuerdo, pues se aprecia que se van del aire numerosas regalías, es verdad. Que todo el mundo no cuenta con iguales posibilidades económicas y cada cual tendrá que ajustarse a cómo pasar este trance hasta dejar atrás la actual realidad y mejorar, también es verdad.

Que, en la práctica, determinada disposición no logre alcanzar lo previsto y haya que modificarla, es otra posible verdad.

Al logro que en sí mismo representa este empezar los cambios se suman ya resultados tangibles, lejos aún de lo necesitado, pero muestras de que la economía se mueve y beneficia.

A pesar de los tiempos duros que corren, se han hecho un conjunto de inversiones importantes para el desarrollo de industrias, se terminaron edificaciones para diferentes usos, sistemas de acueductos, electrificación de comunidades, carreteras… En fin, una variada infraestructura que crece en nuestro paisaje, de oriente a occidente, mucho menor que en tiempos de mayor bonanza, pero aun así indicios de cuánto nos movemos.

Esa es la obra que nadie puede negar, aunque los opuestos a nuestro proyecto social la soslayan en sus continuos ataques, sobre todo en las redes sociales digitales y fuera de frontera.

Prefiero terminar con lo dicho en otra ocasión: muchísimas veces vivimos—estamos viviendo— trances dificilísimos y hemos salido adelante a pesar de amarguras y vivencias que semejan, si cabe, lo real maravilloso. ¡Y en esto, respetabilísimo, estoy seguro de que coincidamos!

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