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La inspiración por sí sola es insuficiente

A Carlos Ettiel Gómez, instructor de literatura, el mundo de la lectura le interesó desde muy niño

Autor:

Yunier Riquenes García

Carlos Ettiel Gómez Abreu tiene una manía con la escritura: revisar mucho. «Escribo en papel. Paso a computadora y arreglo. Termino de teclear todo y vuelvo a “pasarle la mano”. Lo llevo al taller. De nuevo, hago los cambios necesarios. Entonces queda listo para mejorarlo cada vez que vuelva sobre él. Mi manía es buscar hacer una entrega lo mejor posible», admite quien se graduara de Licenciatura en Derecho y trabajara como abogado, antes de convertirse en instructor de literatura en la casa de cultura Rolando Escardó de Jagüey Grande, la tierra donde nació en 1978.

En la pasada Feria del Libro de Matanzas escuché a este poeta, narrador, escritor para niños y miembro de la Uneac, hablar de sus premios literarios recibidos en Cuba; y de su lista de textos publicados, que ya sobrepasa la decena, recuerdo perfectamente algunos títulos: los libros de poesía para niños Polvo de hadas (Ediciones Matanzas, 2012) y Los caprichos del tiempo (Premio La Edad de Oro, Gente Nueva, 2015), las noveletas Proyecto Mellizos (Premio Hermanos Loynaz, 2016) y Despierta, Benjamín (Premio Regino Boti, El mar y la montaña, 2018), así como Ponle sazón a la décima, que viera la luz con la Editorial José Martí en 2016 y obtuviera el Premio Aquelarre.

Dice Ettiel que los primeros libros que leyó fueron: El cochero azul, La Edad de Oro, El Principito, El Conde de Montecristo, Akeké y la jutía, La noche, y El sol de Arturito. Y me escribe que el mundo de la lectura le interesó desde muy niño. A los cuatro años ya escuchaba las historias de su vecino Manuel, descendiente de gallego. «Aprendí a leer temprano y me acerqué a los libros para niños de la librería Minerva en Jagüey Grande. La biblioteca no me gustaba al principio, pues tenía que devolver el libro», confiesa.

—¿Cuánto te aportaron los talleres literarios?

—Descubrí mi interés por la escritura en segundo grado. Integré el taller literario Los zapaticos de rosa en la Casa de Cultura. Luego, el del escritor José Manuel Espino y el curso del Centro Onelio contribuyeron a que diera el salto de escribir por afición y tomar la literatura con la mayor seriedad y profesionalidad. Estos espacios me permitieron el intercambio con escritores y tomar herramientas técnicas necesarias para crear una obra literaria con mayores valores estéticos.

«Es necesario conocer y dominar los recursos literarios para crear. La inspiración por sí sola es insuficiente para obtener una obra acabada. En los talleres se perfilan estos conocimientos. Confrontar un texto también es importante para saber qué parte se debe mejorar o prescindir de ella».

—¿Cómo asumes la poesía?

—El proceso creativo en mi poesía es muy variado. Depende si es para niños o adultos, así como de las diferentes estructuras, pues no es igual para el verso libre que en la décima, en la que hay que tener en cuenta rima, métrica y elementos expresivos. Me gusta experimentar con los tropos, ya sean recursos de lenguaje o de pensamiento, además, con la estructura y todo lo que me lleve a escribir una obra inquieta, novedosa y lírica. La poesía es otra cosa: dejar libre el espíritu y que escriba él (pero auxiliado por ingenio y oficio).

—¿Y la narrativa?

—Para escribir narrativa, en el caso de la novela, hago antes un diseño de caracterización de personajes, esquema argumental, notas de ideas para conflicto, dramaturgia y escenas. Luego desarrollo sobre la marcha capítulos seriados que planteen o resuelvan pequeños contratiempos a la vez unidos a una trama general. Intento sugerir, apoyado en «lo que no se dice» para mantener el interés constante del lector. El dato escondido, la ironía, el humor, son algunas de las técnicas que prefiero.

—¿Qué personajes e historias le interesan a Ettiel Gómez?

—Los personajes e historias que me llaman la atención son los diferentes, originales, que me cuenten algo nuevo. Hay muchos libros con argumentos parecidos e irrelevantes. Con dos páginas, sé si me va a interesar. Por eso trato de ir de un extremo a otro en mis novelas, construir mundos ficcionales totalmente nuevos desde los nombres de los personajes hasta lo narrado, apoyado en el absurdo y todo recurso del que pueda sacar provecho para hacer algo distinto.

—Tienes en proceso editorial un libro para niños que se relaciona con la profesión que estudiaste…

—Mi libro Ética Pelética busca abogado, en proceso por la Editorial Oriente, tiene que ver con mi profesión. El Derecho está presente en algunos de mis textos. Para un policiaco son útiles la Medicina Legal y Criminalística que estudiamos los abogados. Con estos conocimientos puede narrarse mejor una escena del crimen, las pistas y pruebas para resolver el caso. También lo he usado en conflictos jurídicos entre personajes. Las leyes están presentes en toda nuestra realidad social. En Ética Pelética... el director Manosuave va a juicio acusado de sustraer carne de la empresa que dirige. Su hija busca abogado para defenderlo. Si es inocente o culpable debes descubrirlo leyendo hasta el final.

—¿Y qué libros o autores, cubanos y extranjeros sugiere leer Ettiel Gómez?

—Sugiero a la familia leer clásicos y contemporáneos: El Quijote, El Principito, La Ilíada, El Decamerón, El cochero azul, La noche, María Virginia está de vacaciones, La Edad de Oro, El oro de la edad... Autores cubanos como: Nersys Felipe, Aramís Quintero, Mildre Hernández, José Manuel Espino, Nelson Simón, Ivette y Enid Vian, Luis Cabrera, Enrique Pérez Díaz, Elaine Vilar, Raúl Flores, Eldys Baratute, Olga Montes... Se me quedan muchísimos y, sobre todo: Carlos Ettiel. Pues, con humildad, también recomiendo mis libros.

 

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