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Cultivar carne ya no es una utopía

Varias empresas en el mundo aplican hoy tecnologías de punta para tratar de cambiar la industria alimentaria

 

Autor:

Yurisander Guevara

Singapur se convertirá en el primer país del planeta que comercializará carne cultivada. Así como lo lee. No nos hemos vuelto locos. Se trata de una tecnología emergente que pretende cambiar la forma en que nos alimentamos con una aproximación más ética a cómo interactuamos y nos servimos de la naturaleza.

En concreto, la empresa Eat Just, con base en San Francisco, Estados Unidos, ha aplicado tecnología de punta para, a partir de células musculares animales, crear carne de pollo en sus laboratorios.

Un reporte de Reuters da cuenta de que la Agencia para la Seguridad Alimenticia de Singapur realizó un análisis para comprobar si la carne es apta para el consumo y determinó que sí, por lo que permitirá a Eat Just vender su producto bajo la nueva marca GOOD meat, creada para la ocasión.

A lo largo de muchos meses, el equipo de científicos, desarrolladores de productos y expertos en reglamentación de Eat Just prepararon una amplia documentación sobre la caracterización de su pollo cultivado y el proceso para producirlo, indica un reporte de Business Wire.

La compañía incluyó detalles sobre la pureza, identidad y estabilidad de las células de pollo durante el proceso de fabricación, así como una descripción detallada de la creación de la carne que demostró que el pollo cultivado recolectado cumplía con los controles de calidad y un riguroso sistema de monitoreo de seguridad alimentaria.

Eat Just probó, además, la sostenibilidad de un proceso de fabricación constante de su pollo de cultivo al ejecutar más de 20 series de producción en biorreactores de 1 200 litros de capacidad. Este procedimiento no emplea antibióticos. Las validaciones de seguridad y calidad probaron que el pollo cultivado cumple con los estándares de la carne de aves de corral, la cual cuenta con un contenido microbiológico extremadamente bajo y significativamente más limpio que el pollo convencional. El análisis también demostró que el pollo cultivado contiene un alto contenido de proteínas, una composición diversificada de aminoácidos, un alto contenido relativo de grasas monoinsaturadas saludables y es una fuente rica en minerales.

 Eat Just espera que su nuevo producto llegue pronto a restaurantes y tiendas de Singapur.

La compañía explicó, además, que crear este tipo de carne es más caro que aquella que hoy existe a base de plantas. Por ello, una pequeña porción de este «pollo» tiene un costo aproximado de 50 dólares. Según BBC, una vez que el producto se comercialice su precio debe decaer, pero no se espera que a corto plazo se acerque al pollo común.

Ética y prática

Lo de crear comida a partir de células no es una invención humana. Lo hace la naturaleza con todos los seres vivos desde hace millones de años. Solo que ahora el hombre dispone de tecnologías para impulsar un cultivo artificial. Si estas prosperan y se hacen estándares, cambiaría por completo la industria alimenticia y, quizá, mejoraría nuestra relación con el planeta, especialmente con los animales.

Y es que Eat Just no es la única empresa enrolada en este empeño. Otras compañías como Future Meat y Memphis Meat también trabajan en ello.

Al respecto, Memphis Meat explica en su sitio web que «las células son los componentes básicos de la vida. Toda la carne que comemos proviene de células animales, y nuestro enfoque no es diferente: producimos alimentos obteniendo células de alta calidad de animales. Luego, cultivamos las células para convertirlas en carne alimentándolas con sus nutrientes favoritos. A este proceso lo llamamos “nutrición esencial”, porque alimentamos a las células exactamente con lo que necesitan para prosperar mientras eliminamos cualquier paso innecesario en el camino».

«Al producir carne desde el nivel celular hacia arriba, podemos asegurar la más alta calidad en cada etapa. Nuestro objetivo es mantener los beneficios de la carne convencional mientras hacemos que nuestros productos sean más saludables, seguros y nutritivos», agrega la citada empresa.

En el propio Singapur una empresa llamada Shiok Meats trabaja para crear camarones desde células, y así reducir la crianza de este animal para el consumo humano.

Un proceso similar, pero solo a base de plantas, es impulsado también por las empresas Impossible Foods y Beyond Meat, ambas con un enfoque más dirigido a los veganos, pero que crean «hamburguesas» que, aseguran, tienen el gusto de las tradicionales.

Y es que de acuerdo con la compañía de servicios financieros Barclays, citada por BBC, las empresas creadoras de comida en laboratorios representan un mercado de 140 000 millones de dólares para los próximos diez años.

Detener la extención

Los beneficios de esta práctica, si llega a comprobarse su sostenibilidad y eficacia económica, podrían ser muchos. Especialmente para el planeta.

Un estudio del Panel intergubernamental para el cambio climático, de la ONU, arrojó que la eliminación de la agricultura animal reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero incluso más rápido que si borramos todos los automóviles, camiones, autobuses, barcos, aviones y cohetes de la Tierra.

De ahí que existan compañías como Eat Just o Impossible Foods que traten de cambiar este panorama. Precisamente la última de las empresas citadas llama a una interesante reflexión:

«Más del 45 por ciento de la superficie terrestre de nuestro planeta se dedica al pastoreo o al cultivo de forrajes para el ganado, cuya implacable expansión es evidente en los incendios y la rápida deforestación del Amazonas y otros ecosistemas.

«Los pastos y la vasta área necesaria para los cultivos de alimentos para el ganado sustentan mucha menos biomasa vegetal que los ecosistemas saludables que precedieron al ganado. De hecho, la pérdida histórica de biomasa de la tierra actualmente dedicada a la ganadería es el equivalente al carbono generado por unos 15 años de emisiones de combustibles fósiles.

«La inmensa escala de la agricultura animal ha provocado y está acelerando rápidamente una crisis que ha eliminado dos tercios de la biomasa de la vida silvestre en los últimos 50 años.

«En total, el 60 por ciento de los mamíferos de nuestro planeta son ganado (frente al 36 por ciento de humanos y el cuatro por ciento de vida silvestre). Los científicos y ambientalistas emitieron una proclamación para poner fin a nuestra dependencia de los animales en la cadena alimentaria, una corrección del rumbo antes de que la crisis de extinción extinga también al homo sapiens».

 

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