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Por un futuro más digital y sostenible

Durante cuatro días La Habana ha sido el epicentro de los debates para impulsar de manera más efectiva la transformación digital de la Mayor de las Antillas. Cibersociedad 2025, evento organizado por la Unión de Informáticos de Cuba, ha servido como puente para que desarrolladores, académicos y empresarios tejan lazos que tributen a este empeño

Autor:

Yurisander Guevara Zaila

Construir un futuro digital sostenible —y aquí sostenible es palabra clave—, transita por potenciar definitivamente tecnologías como los sistemas de inteligencia artificial (IA), tema que, de una forma u otra, transversaliza los debates que, desde el pasado lunes, tienen lugar en el 4to. Congreso Internacional Cibersociedad 2025, el cual será clausurado hoy en La Habana.

Delegados de casi una decena de países y expertos cubanos confluyeron en el Hotel Nacional de Cuba para intercambiar saberes en torno a los principales retos y oportunidades de la transformación digital en el mundo contemporáneo.

Tal y como dijo en la apertura Omar Correa Madrigal, presidente nacional de la Unión de Informáticos de Cuba (UIC) —organizadora del evento—, es un orgullo haber desarrollado Cibersociedad 2025 en la jornada por el centenario de Fidel, y en el camino de los diez años de fundación de esta organización.

Cibersociedad se ha convertido en una plataforma que ha moldeado el concepto y la forma de pensar en la Transformación Digital del país, apuntó Correa Madrigal. Y es que este evento aglutina lo más genuino del pensamiento científico, lo más innovador en la praxis y lo más inclusivo por su mirada de género e integración de todos los ciudadanos a la gran tarea que es hoy la transformación digital de Cuba.

Un amplio abanico de temas  

Durante las cuatro jornadas de Cibersociedad 2025, según explicó Tatiana Delgado, vicepresidenta de la UIC y presidenta del comité científico del evento, se abordaron temas relacionados con la gobernanza de la inteligencia artificial, ciudades inteligentes, ciberseguridad, competencias digitales y soberanía tecnológica, la inteligencia artificial que necesita Cuba, gemelos digitales urbanos, y los retos de la ciberseguridad en la transformación digital. 

Tuvieron también espacio las mipymes tecnológicas, y se realizaron de forma paralela talleres dedicados a la suite LibreOffice y el software libre.

El foro contó con la participación de representantes de organismos internacionales como la Unesco, así como delegaciones de Rusia, Brasil, España, Guinea Ecuatorial, Francia, México, Austria y Vietnam. 

Asimismo, se organizó una feria expositiva en la que empresas, instituciones y mipymes tecnológicas presentaron proyectos y soluciones orientadas a la digitalización del país.

Un hito en el camino 

Este congreso ha constituido un espacio de alto nivel para el intercambio de conocimientos, experiencias y buenas prácticas en torno a la transformación digital, consideró al respecto la ministra de Comunicaciones, Mayra Arevich Marín. «Nos convoca el propósito de reflexionar sobre los desafíos que plantea el desarrollo tecnológico en nuestras sociedades», aseguró, para luego añadir que la Agenda Digital 2030, implementada en el marco de la Política Integral para la Transformación Digital, constituye una prioridad.

La Ministra dijo que el Congreso es parte de un proceso nacional articulado que conecta la visión de país. Para Cuba avanzar en la Agenda 2030 significa fortalecer nuestra soberanía tecnológica y colocar a las personas en el centro de esta, acotó.

Asimismo, agradeció a la UIC por mantener este espacio de debate, y llamó a que Cibersociedad 2025 sea un hito en nuestro camino hacia un futuro digital sostenible, inclusivo y soberano.

Cuba y el futuro de la IA 

Amplios fueron los debates en torno a un tema del momento: la inteligencia artificial. En las jornadas de Cibersociedad distintos espacios se dedicaron al tema, como la intervención de Anne Lemaistre, directora de la Oficina Regional de la Unesco en La Habana, quien aseguró que si bien existen desafíos, Cuba cuenta con compromiso político y un emergente ecosistema de inteligencia artificial, esperanzador para su desarrollo sostenible y responsable. 

Lemaistre agradeció al Ministerio de Comunicaciones en particular, y a la UIC, por colaborar en este empeño. Destacó, además, el papel de Cuba como actor clave en la construcción de un sistema digital soberano y ético.

La inteligencia artificial está transformando nuestras sociedades a una velocidad sin precedentes. Sus aplicaciones abarcan desde la medicina hasta la automatización de procesos científicos, reflexionó.

Junto a estas oportunidades emergen desafíos éticos complejos, sesgos algorítmicos, opacidad en la toma de decisiones, exclusión digital y riesgos para los derechos humanos, advirtió.

Ante este panorama en noviembre de 2021 todos los Estados miembros de la Unesco adoptaron una normativa sobre la ética en la IA que sirve como hoja de ruta para orientar el desarrollo de esta tecnología en beneficio del ser humano, la justicia social y el desarrollo sostenible, recordó.

La recomendación se articula en torno a la defensa de valores fundamentales como la dignidad humana y la equidad. Asimismo, se reconoce la importancia de promover seguridad, protección, no discriminación, sostenibilidad, derecho a protección de datos, transparencia, responsabilidad en la rendición de cuentas y la gobernanza como principios inalienables.

Una singularidad es la identificación de áreas de acción política que sirven de guía para los decisores en temas como gobernanza, ecosistemas, género, salud, bienestar social, entre muchas otras esferas.

La Unesco ha desarrollado una metodología de evaluación del estado de preparación, RAM, herramienta que permite a los países conocer el nivel de preparación ética en el uso de la IA. Esta herramienta se lanzó en 2023 en Cuba en la anterior edición de Cibersociedad, y la implementación del instrumento fue un proceso valioso y de aprendizaje mutuo.

Lemaistre reafirmó, asimismo, la voluntad del organismo de continuar colaborando con nuestro país en este importante frente para la vida moderna.

Entretanto, Rafael Bello Pérez, profesor e investigador de la Universidad Central «Martha Abreu» de Las Villas, al impartir la conferencia magistral De la visión a la acción: Implementando la estrategia nacional de IA, mencionó hitos importantes sobre el análisis que se comenzó a hacer en el Ministerio de Educación Superior, en la etapa de la COVID-19, acerca de la necesidad de desarrollar sistemas de IA en la Mayor de las Antillas.

A partir de ese interés inicial, y mucho antes de que se hicieran famosas ChatGPT y tecnologías similares, se formuló un proyecto para elaborar una estrategia sobre cómo debería ser el desarrollo de la IA en Cuba, y finalmente se incluyó en el marco de la Política de Transformación Digital, recordó.

Bello Pérez aportó otras cuestiones muy interesantes sobre este campo en la Isla. Se encontró que existía una comunidad de investigadores, pero se concretaba poco en innovación a partir del desarrollo de productos. Tomando como referencia el diagnóstico, dijo que se determinaron problemas, como la noidentificación de todo el potencial de la IA como tecnología habilitadora de la transformación digital; a pesar de la existencia de sistemas informáticos para gestionar procesos, no había una total percepción de emplear estos recursos para la toma de decisiones; no existía una clara política para el manejo de datos y, además, faltaba el desarrollo de profesionales en este campo, a pesar de contar con expertos.

Entre los principales ejes de la Estrategia de IA que se propone Cuba, está que sean sistemas seguros, explicables, transparentes, trazables, no discriminatorios y protejan el medio ambiente. Además, que aseguren la protección de datos y la privacidad, y fomenten la equidad y el acceso.

También se prevé actualizar los planes de estudios en todos los niveles para integrar la IA de manera transversal, al tiempo de impulsar la formación de profesionales en este campo.

Otro objetivo es promover el desarrollo y uso de la IA en servicios, la administración pública, y transformar los procesos en esta última, que sean verdaderamente digitales.

El investigador apuntó la necesidad de que en Cuba se identifiquen líneas y programas de investigación para los sectores y problemas estratégicos del país en los cuales la IA pueda tener un impacto que permita alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible e independencia tecnológica.

Consideró que en el país sí existe un avance para que la IA salga de los laboratorios y se desarrollen sistemas que resuelvan problemas. No obstante, persisten desafíos de infraestructura y conectividad que debemos superar.

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