Y.A.: Tengo una relación hace tres años, donde falta la pasión pero reina la estabilidad. Nos llevamos bien. Hace ya más de un año que le soy infiel, porque busco en otras personas la pasión ausente. En los últimos cinco meses he mantenido una relación con otro muchacho con quien me va bien, nos divertimos y podemos hablar de cualquier cosa. Me siento enamorada como hacía años no me sucedía. Nunca fue así con mi novio. Sin embargo, el nuevo no me brinda seguridad. Mi novio me quiere, pero no lo demuestra ni tiene detalles. Considera mis reclamos de compañía y cariño como boberías. No sé qué hacer porque también está el compromiso con sus padres y me da mucha lástima dejarlo y que le vaya mal.
Trata de definir qué quieres para ti y a qué estás dispuesta. Luego podrás analizar a quiénes eliges para compartir contigo este breve tiempo que es tu vida.
Las otras personas suelen ser más fuertes de lo que esperamos. En verdad, siempre actuamos en relación con nosotros mismos, incluso, en el acto más altruista. Cuestiónate si estas dispuesta a vivir sin la seguridad y estabilidad que esta relación te ha brindado tanto como pudiste vivir sin la pasión que ahora experimentas.
Por otra parte, es posible que sean otras las razones de tu desilusión como la restricción de temas de conversación, su desvalorización de tus demandas (de amor) y la sensación de no ser amada a pesar de este «saber» que te quiere. Tal vez tu cambio se deba a que en verdad se ausentó lo que antes te mantuvo fiel junto a él, sin ser la pasión precisamente.
Toda relación presenta conflictos e insatisfacciones que la retan. Aun así, es posible disfrutar del amor. Pero para ello es importante reconocer los problemas con los cuales podremos lidiar. Ese reconocimiento debe preceder tu decisión.
Mariela Rodríguez Méndez, Máster en Psicología Clínica, consejera en ITS y VIH/sida, psicoanalista
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