F.B.: Me gustaría saber qué necesito para hacerme el agrandamiento de pene. ¿Cómo hago para una consulta de este tipo?
Lo primero que necesitaría es consultar un urólogo que determine si cumple con los criterios para una intervención de este tipo, sumamente arriesgada. Este podrá remitirlo a otras especialidades que se requiera, consulta que resulta más beneficiosa durante la adolescencia: si se diagnostica algún trastorno en esa etapa existen tratamientos no quirúrgicos que pueden resultar efectivos. En ningún caso se realiza esa cirugía por criterios meramente estéticos o por creer que el pene no es adecuado para otra persona.
La mente es un órgano sexual poderoso que puede hacer de cualquier elemento real o imaginario el mejor estímulo erótico. La satisfacción es esencialmente subjetiva y se alcanza de insospechadas maneras, siempre muy singulares. Cuando se desconoce ese lazo subjetivo que debe conectar a los amantes, el disfrute fracasa, aunque se tenga el mejor de los cuerpos idealizados.
El contacto con el clítoris y la entrada vaginal, cuyo roce favorece el orgasmo, se logra hasta con un dedo. Pero la mente es poderosa y puede convertir en fracaso las mejores oportunidades. Por eso suele recomendarse un profesional que opere con la subjetividad cada vez que se atribuya al tamaño del pene un fracaso sexual.
Tanto hombres como mujeres pueden alcanzar excelentes orgasmos mientras sueñan o se dejan llevar por la fantasía más íntima. Por todas estas razones es mejor «operar» con el tamaño alcanzado que operar el tamaño; o sea, agrandar la imaginación en lugar del órgano.
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